A Ghost Story – Historia del olvido

a_ghost_story-788590956-largeDavid Lowery es un joven director que parece estar comenzando a abrirse camino en las altas esferas de Hollywood, sobre todo tras ser contratado por Disney para rodar la versión en imagen real de Peter y el Dragón (Pete’s Dragon, 2016). En este 2017 su nueva película se ha movido por circuitos más modestos, pero multiplicando los beneficios respecto a la inversión realizada, pero saliendo bastante más triunfante que la producción para Disney.

A Ghost Story (A Ghost Story, 2017) es, ante todo, una propuesta arriesgada que exige al espectador paciencia y complicidad. Arriesgada desde su propia concepción y Lowery, conocedor de ello, la rodó en secreto porque no tenía claro cuál sería su forma definitiva. Finalmente se decidió por una proporción de imagen hoy en desuso, el 1,33:1 (o 4:3 de toda la vida), con sus esquinas contorneadas para dar más sensación de claustrofobia, ya que el protagonista se vería encerrado como en una caja sin poder escapar.

Paciencia, porque A Ghost Story tarda en arrancar, quizá su mayor defecto, y marca los tiempos con lentitud, acelerando hacia su parte final, incluyendo una escena donde veremos a M, interpretada por Rooney Mara, comer tarta durante largos minutos. Complicidad también por la propia forma de mostrar la historia, que narra la vida de un músico en horas bajas de nombre C, interpretado por Casey Affleck, y M. En un accidente de coche C fallece, pero su espíritu se resiste a marcharse y sale de su cuerpo para regresar a su casa, donde permanecerá durante años en busca de una respuesta. Un espíritu que pareciera sacado de una película de el Gordo y el Flaco, ya que es el fantasma de toda la vida, con su sabana y sus dos parches negros a modo de ojos faltándole únicamente una cadena y una bola ¿Es o no es arriesgado? Pues sin duda esta representación dejará más de un cadáver durante el camino, unido a su lento inicio, por la chocante propuesta y la sorprendente, por decir algo, imagen del fantasma.

vlcsnap-2017-11-09-22h41m52s577

Sin embargo, lo que podría estrellarse estrepitosamente y provocar un aluvión de carcajadas por el espectáculo, se sostiene como una sorprendente historia sobre el olvido. El espíritu de C se aferra a la casa, y ve la vida de su esposa pasar como si fuesen segundos. Resulta sorprendente cómo consigue trasmitir emociones siendo únicamente una sábana. Porque no nos equivoquemos, nos dicen que ahí debajo está Casey Affleck, pero lo cierto es que podría estar cualquiera, por lo que es la propia narrativa silente la que lleva toda la carga emotiva y el espíritu de C es su mera personificación sólida.

En la recta final las ideas se abalanzan y las reflexiones se multiplican. La vida, la muerte, el recuerdo, el olvido, la esperanza y la desesperación, todo representado en un mísero trozo de papel que M guarda en el marco de una puerta de la casa y que C tratará de obtener, aun cuando ella ya se ha ido y otra familia se instalará en la casa, siguiendo la vida mientras C se agarra a lo único que le queda de M.