Canino – Niños burbuja

PortadaRompedora, transgresora, diferente, y así todas las calificaciones amenazan con quedarse cortas ante la obra del cineasta griego Giorgos Lanthimos, Canino (Kynódontas, 2009). Difícilmente una película así podría dejar indiferente a nadie, y seguramente gracias a eso Canino gozó de un cálido recibimiento en el festival de Sitges, pero más sorprendente, y atrevido, fue que Grecia la seleccionase para representarle en los Oscar, y más aún que quedase entre las cinco candidatas para llevarse la estatuilla a la mejor película de habla no inglesa. No se llevó el premio gordo, pero consiguió trascender y dejar huella gracias a un mensaje que requiere poner todos los sentidos.

La realidad, lo que innumerables filósofos han tratado de describir a lo largo de la historia y que en la familia protagonista de Canino se encuentra alterada a voluntad de los progenitores. Ellos y sus tres hijos viven en una apartada casa con jardín, rodeada completamente por una gran valla que impide que nadie pueda entrar o salir sin el consentimiento del padre, único que tiene contacto con el mundo exterior y que se encarga de traer la comida y todo lo necesario para la supervivencia.

El aislamiento de los hijos, un chico y dos chicas, parece tener su razón de ser en apartarles de toda influencia negativa, negándoles todo aquello que les incite a pensar en la existencia de un vasto mundo que desconocen. Pero el aislamiento no sólo es físico, sino que también léxico ya que tergiversan el sentido de palabras que se refieren a objetos no existentes en su entorno. Así “mar” pasa a significar “sillón”, y “teléfono” es la “vagina”. Cada nuevo conflicto, cada nueva situación que implica que sus hijos accedan a más información, es resuelta de manera estrambótica por los padres. Estrambótica dentro de parámetros normales, pero no dentro del microuniverso que es su casa. La única esperanza de libertad reside en la promesa de que el día en que se les caiga un colmillo – canino- habrán alcanzado la edad adulta y podrán partir a voluntad.

Fotograma

La única persona ajena a la familia que puede acceder es la vigilante Christina, que es traída y llevada por el padre con los ojos cerrados para que no pueda reconocer el camino. Christina no es sólo usada para que vigile a los chicos, sino que además satisface sexualmente al hijo mayor, tratando así de tener sus hormonas controladas.

Todo parece estar controlado, hasta que la aparición de un elemento externo, una cinta VHS, comienza a alterar todo el mundo de esta familia y pudiendo peligrar su castillo de naipes.

Canino es una clara crítica al sobreproteccionismo al que muchos padres someten a sus hijos, tratando de hacerles vivir dentro de una burbuja e impidiendo que puedan experimentar y descubrir por ellos mismos el mundo que les rodea. Muchas veces negándoles la oportunidad de discernir por ellos mismos lo que es bueno y lo que no.