Captain Fantastic – Los asilvestrados de Viggo Mortensen

PortadaMatt Ross era, hasta hace no mucho, más conocido por sus papeles de actor secundario en diversas películas y series de televisión, que por su corto bagaje como director de cortometrajes. Pero todo comienza a cambiar con el estreno de 28 Hotel Rooms (28 Hotel Rooms, 2012) y, sobre todo, con el de Captain Fantastic (Captain Fantastic,2016) en el que confirma que, pese a no tratarse de un mal actor, su mayor talento parece salir a relucir cuando se sitúa detrás de las cámaras.

Captain Fantastic cuenta con un planteamiento inicial valiente, ya que en plena cuna del capitalismo y el consumismo se atreve a retratar a una familia educada en plena naturaleza, que trata de apartarse de la civilización y sus reglas. Valiente en su planteamiento aunque quizá poco a poco se diluya en el mensaje para abrazar parámetros más normales o, mejor dicho, socialmente aceptados.

El punto de partida nos sitúa con Ben, interpretado por Viggo Mortensen, cuidando a sus seis hijos en un apartado bosque. Instruyéndoles en diversas ramas del conocimiento y entrenándoles físicamente como si deportistas de élite fuesen. La ausencia notable es la de la madre, de la que solo sabemos que está gravemente enferma, y no tarda mucho en morir, quitándose la vida.

El fallecimiento de la madre es el detonante que enfrentará a la familia de Ben con la sociedad. El padre de Leslie, la mujer de Ben,  le acusa de la muerte de su hija y de maleducar a sus nietos, terminando por amenazarle con denunciarle a la policía si se le ocurre aparecer en el funeral de Leslie.

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Las reglas no están escritas para Ben y, tras la presión de sus propios hijos, decide emprender el camino hasta el funeral de Leslie, para así además poder cumplir sus últimas voluntades. En su destartalada furgoneta, casi a imagen y semejanza del viaje de Pequeña Miss Sunshine (Little Miss Sunshine, 2006) de Jonathan Dayton y Valerie Faris, en lo que viene a representar el paulatino acercamiento de Ben y su familia al mundo consumista que les rodea. Tal choque cultural no será en vano, y las evidentes tentaciones comienzan a hacer mella, sobre todo comienzan a notar su falta de socialización al no ser capaces de entablar una relación de forma normal con el resto de personas debido a la brutal diferencia de educación recibida. Ellos acostumbrados a pensar por sí mismos y a plantear y discutir todo, mientras que el resto de jóvenes parecen haber perdido la capacidad de crítica frente a según qué realidades.

En definitiva, película valiente y que invita a la reflexión sin aspavientos y definitivamente, aunque pueda parecer lo contrario, sin mojarse en exceso y dejándonos a nosotros la valoración final. Aunque pensándolo bien, ¿no es eso lo más acorde con la educación de la familia de Ben?