De 808 State a «Voodoo Ray»: en las entrañas del beat

voodoo ray 1808 State fueron quienes prendieron la mecha del techno mancuniano, cuyo gran punto de partida provino de las acid jams que nutren Newbuild (Creed, 1988), uno de los incunables de la música electrónica, y la primera de las tres obras maestras con las que 808 State se ganaron el título a banda más interesante del Manchester renacido tras la canibalización house. Mediante Newbuild, 808 State alcanzaron el punto de ignición acid-house justo en su despegue. Sin embargo, limitarlo a este término sería como decir que New Order era una banda de tecno-pop… Ridículo. En realidad, Newbuild fue la constatación de la necesidad de Graham Massey y Martin Price por alcanzar el ideal de nuevo funk, que ya habían explorado en anteriores experiencias. Para ello, lo simplificaron en su esqueleto mediante una serie de líneas de bajo hiper-orgánicas, desplegándose como tentáculos en busca del punto G rítmico. Basta con decir que esta obra fue de una influencia clave en Autechre y sobre todo todo, Aphex Twin, dos de los grandes tótems de la música electrónica de estas tres últimas décadas. Pero la gran revolución gestada por Newbuild fue la de atraer a las antiguas comunidades punk y rock hacia el epicentro de la pista de baile. La gran transformación había llegado y 808 State fueron sus portadores principales. Mientras estaban marcando las pautas sobre las que edificar toda una nueva religión rave, Massey y los suyos también tuvieron tiempo de simbolizar el gran cambio con sus remixes de ‘Blue Monday’ para la reedición del maxi-single en 1988.  808 State estaban viabilizando sus pretensiones y para ello se sirvieron del mítico sello ZTT[1], pero con el poder de distribución de la Warner. Su plan era infiltrarse en la industria aprovechándose de dos factores fundamentales: la libertad que les proporcionaba ZTT y el poder de expansión de una multinacional. Sin embargo, para sus siguientes pasos contaron con la baja de Gerald Simpson, que necesitaba un espacio propio para dar relieve a un caudal de ideas que dentro del seno de 808 state quedaban totalmente solapadas por la toma de decisión autoritaria de Price y Massey.

La partida de Gerald Simpson no puso ser más oportuno. Gerald llevaba años almacenando en el disco duro de su quijotera la información sonora que le proporcionaba The Haçienda.

Gerald Simpson: “Había una gran cantidad de energía allí. Para mí, fue una especie de lugar de ideas. Había un crisol de gente. Todos, desde estudiantes al tipo de gente breakdance. Solía estar sorprendido por el tamaño del lugar y lo que estaba pasando allí, porque yo sólo había estado en estos pequeños clubes antes. Sencillamente, se convirtió en un punto focal en la vida de clubes de Manchester. Solía tomar ventaja de ir allí y luego salir de allí para ir al estudio”[2].

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Gerald Simpson en su laboratorio de sonidos.

Gerald vivía en el Moss Side de Manchester. Era de origen jamaicano. Desde muy pequeño llevaba absorviendo la música que sonaba en su casa, comandada por una colección de ska y blue beat records[3]. Pero además también iba a la iglesia pentecostal todos los domingos.

Gerald Simpson: “Solían hablar un poco de la Biblia, para luego meterse en una jam. Eso era realmente genial, muy agradable cuando eres un niño. Porque era ruidoso [risas]. En voz alta y con un montón de energía”[4].

La independencia musical de Simpson le permitió expandir su intuición para establecer comuniones entre sintetizadores de diferentes rangos. Así, en verano de 1988 programó partes en los estudios Moonraker de Manchester de lo que se acabaría conociendo como ‘Voodoo Ray’. La cirugía aplicada se basó en hacer el trasvase del sonido del MIDI SMPTE a un sincronizador DIN conectado a su equipo de sintetizador. La última fase del proceso se basaba en la Fostex 16–track tape machine del estudio. Todo esto le permitía extender las secuencias sonoras sin los problemas de controlar los tempos.

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Gerald Simpson: “Pensaba en gente atrapada en un beat. Me imaginaba una especia de ceremonia vudú. Pero en lugar de ser algo muy agresivo, acabó siendo algo muy misterioso, algo que te arrastraba”[5].

‘Voodoo Ray’ tuvo su espejo directo en los remixes que se hacían desde Chicago.  Y más en concreto de Frankie Knuckles y su habilidad para estirar las tracks sin necesidad de breaks de piano o percusión. El efecto era un estilo más neoyorkino. La cadencia, más fluida.

Gerald Simpson: “Yo estaba tratando de hacer algo que alguien me dijo más adelante que se llamaba heterodino: cuando usas dos tonos para crear un tono imaginario. El mismo sonido, pero en el que las dos oscilaciones están creando una tercera oscilación. Es como una ilusión sonora, casi como un sonido metálico que viene hacia él desde algunos lugares. Es una especie de entrada y salida de sí mismo”[6].

Voodoo Ray (Rham!, 1988) alcanzó el puesto 12 de las listas de ventas en Inglaterra. Gerald había llegado incluso más lejos que 808 State con Newbuild. ‘Voodoo Ray’ está poblada por una jungla sónica integrada por relieves. Una decena de líneas rítmicas, que van de la vocal al funk licuado al mínimo. La integración entre capas jamás colisiona. Se trata de un carrusel de sonoridades nacidas para completar a sus adyacentes. Una especia de canción-matrioska. Cuanto más buceas en su interior más huesos rítmicos te encuentras. La hipnótica es mántrica; la inducción, un fin. Cada extensión rítmica se extiende como una vibración a nivel molecular. La ciencia del ritmo aplicada al campo de batalla, The Haçienda.

Más que ninguna otra, ‘Voodoo Ray’ representa toda la efervescencia house mancuniana de aquel momento. Hecho sobre lo que Greg Wilson, un DJ norteño, comento cómo «A Guy Called Gerald proporciona la perfecta analogía de lo que ocurrió en Manchester. La mayoría de la gente asume que él fue a The Haçienda, escuchó esta increíble música house por primera vez, tuvo una revelación, y luego fue a su casa y se puso a trabajar en el single definitivo ‘Voodoo Ray’ (que escribió con Foot Patrol[7] en mente, visualizando cómo podría bailarse). La realidad, por supuesto, es que Gerald y sus contemporáneos eran esos mismos chicos de Hulme y Moss Side, que llevaron la música house a The Haçienda en primer lugar. Gerald ya llevaba durante muchos años en la escena de la música negra, bailando el Jazz-Funk, luego el electro, antes de comenzar con el scratch Beatmasters como un DJ de hip-hop. ‘Voodoo Ray’ no es una pista ortodoxa de house, sino una culminación de sus influencias. The Haçienda proporcionó el escenario perfecto para dar rienda suelta a esta pista de baile británica por excelencia”[8]. Ni más ni menos.

 

 


[1] Doyle, Tom: “Classic Tracks: ‘Voodoo Ray’ by A Guy Called Gerald”, Sound On Sound, julio de 2015. Traducción del autor.

Fuente: http://www.soundonsound.com/sos/jul15/articles/classic-tracks-0715.htm

[2] Doyle, Tom: “Classic Tracks: ‘Voodoo Ray’ by A Guy Called Gerald”, Sound On Sound, julio de 2015. Traducción del autor.

Fuente: http://www.soundonsound.com/sos/jul15/articles/classic-tracks-0715.htm

[3] El sello Blue Beat es lo que en el Reino Unido se le dio para denominar al ska y al rhythm & blues jamaicano de la primera mitad de los años 60. El nombre proviene de la discográfica Blue Beat Records.

[4] Doyle, Tom: “Classic Tracks: ‘Voodoo Ray’ by A Guy Called Gerald”, Sound On Sound, julio de 2015. Traducción del autor.

Fuente: http://www.soundonsound.com/sos/jul15/articles/classic-tracks-0715.htm

[5] Reynolds, Simon: Energy Flash, Contra, Barcelona, 2014, página 131. Traducción de Begoña Martínez, Silvia Guiu y Gabriel Cerceda.

[6] Doyle, Tom: “Classic Tracks: ‘Voodoo Ray’ by A Guy Called Gerald”, Sound On Sound, julio de 2015. Traducción del autor.

Fuente: http://www.soundonsound.com/sos/jul15/articles/classic-tracks-0715.htm

[7] Dance troupe típica de Manchester.

[8] http://www.gregwilson.co.uk/2013/07/cutting-shapes-how-house-music-really-hit-the-uk/