Emilio José publica «Agricultura Livre»

emilio josé foto 1Comenzando por el hecho de que Chorando Apréndese (Fohen, 2009) fue la gran obra pop tapada de la década pasada, a pesar de la generosidad de su minutaje, la infinita espera por una nueva muestra del genio de Emilio José ya comenzaba a traducirse en duda: ¿realmente habrá continuación? Pues bien, después de seis laaaaargos años, no sólo la duda se ha evaporado por combustión espontánea, sino que cualquier tipo de expectativa ha sido desbordada de forma tan grandilocuente como consecuente. El primer aviso de que su nuevo trabajo se trataba de un triple LP no dejaba lugar a la duda: aquí nadie se ha dormido en los laureles. Ni de coña. Y menos todavía tras comprobar cómo cada unos de estos tres LPs, en realidad, se trata de un doble LP por separado. Si los sumamos todo, nos sale a cuatro horas de duración. Sobran las palabras.

Lo que se podría traducir por una sensación de irregularidad perfectamente entendible, se esfuma al instante tras la escucha del primer acto, colgado desde el 6 de noviembre en el bandcamp de Foehn. Entre estas primeras 17 canciones emerge la certeza de que estamos ante una reconcepción de lo que se entiende como “ópera egipcia”. Emilio José se ha apropiado de esta tradición flamenca, la ha descontextualizado dentro de semántica gallega, y la ha rebautizado desde el mismo título de su mastodóntica criatura tricéfala, Agricultura Livre (Foehn, 2015), que desde hace dos días ha comenzado su trayecto hacia el único destino posible: erigirse como una gran isla independiente, el gran meridiano en el que confluyen todos los afluentes temporales y geográficos de la música popular. En este sentido, el concepto no difiere de Chorando Apréndese. Donde si cambia el concepto se basa en que, mientras su anterior trabajo era un puzle armado de esbozos ideados como órganos de un cuerpo mayor, ahora se trata de canciones cerradas, unidas entre sí por un continuo contraste, como una gran circuito de fichas de formas diferentes, pero perfectamente colocadas para no perder la inercia del impacto-descubrimiento continuo.

emilio josé foto 3
Emilio José pensando en multicolor.

Hip-hop, jazz, samba,dream-pop, R & B, sunshine pop, grime galaico, bossa-nova, soul, funk, cumbia, ambient… Tratar de engarzar un multietiquetaje para cercar esta obra es como intentar rodear en defensa Schortsanitis. No se puede, resultaría tan estúpido como votar a Rajoy, uno de los no pocos objetivos que ha dispuesto con balas plateadas, y al que le enfila de un guantazo en la tremenda “ALOHAnet”. Emilio José deja claro desde el principio que “O futuro é unha merda”. La descomposición rural se esconde tras la vida filmada de las megalópolis. “O novo terrorismo sen bombas” es la tónica que alinea rebaños. Emilio José se pone el traje de francotirador y se fija en la gran cortina de humo, a la que fusila con parsimonia, buscando el ángulo deseado para cada disparo, ya sea dentro de violenta premura humorística, crítica filosófica de alto tonelaje, ironía de profundidad reveladora, o todo en uno. Para ello, nada más y nada menos que 53 balas guardadas en la recámara que pueden llegar a hacernos pensar en condicional: ¿Cómo sería si Chuck D hubiera nacido en un pueblo ourensán? De hecho, ¿alguien se quejaba de que faltaba denuncia dentro del pop actual? Pues mejor respuesta que ésta, imposible. Y no sólo por la parte narrativa, quizá lo más importante es la integración de tantas músicas dentro del mundo dentro de una fisonomía sonora rural-galaica totalmente autónoma. Se mire desde dónde se mire, un triunfo total.

Ahora sólo nos queda aguardas que la espera no vuelva a superar el lustro. Y si lo hace, que sea por un disco de 6 horas, ¡por favor!