Hong-Jin Na: «The Yellow Sea»

Portada(1)A la espera de que el director coreano Na Hong-Ji rompa este año, al fin, un silencio que dura ya seis años, nos queda el consuelo de poder revisionar sus, hasta ahora, únicas dos obras cinematógraficas: The Chaser (Chugyeogja, 2008) y la que nos ocupa en esta ocasión, The Yellow Sea (Hwanghae,2010). Otro ejemplo más que nos cuenta, bien a las claras, que la facultad de realizar thrillers impactantes y que no insulten al espectador, hace tiempo que se desplazó de Hollywood hacia latitudes mucho más exóticas.

Thriller salpicado de denuncia social, porque The Yellow Sea comienza en Yanji, en la frontera entre Rusia, Corea del Norte y China. Allí viven personas de ascendencia chino-coreana, sumidos en la pobreza en tierra de nadie. Sólo la esperanza de una vida mejor en la próspera Corea del Sur les ofrece algo de esperanza, eso o dedicarse a actividades ilegales en su propia tierra, lo que es casi su único modo de subsistencia. Es por eso que la mujer de Gu-nam, un taxista local, viaja a Corea del Sur tratando de conseguir dinero para su familia. Como cabía esperar, el viaje no es sencillo y necesita la ayuda de la mafia para costearlo, contrayendo de este modo una deuda de 60.000 yuanes que Gu-nam deberá salvar trabajando.

La situación se volverá poco a poco insostenible, la ausencia de su mujer es cada vez más insoportable y la deuda parece no tener fin. El caldo de cultivo ideal para que la mafia le proponga un trato que ponga fin a sus problemas y le permita iniciar una nueva vida. Su tarea parece sencilla, sobre todo para alguien que vive en un lugar tan peligroso, ha de pasar la frontera para matar a un hombre y traer un dedo pulgar como trofeo. Yanji no es un lugar para tener escrúpulos por lo que acepta, además eso le permitirá investigar el paradero de su mujer, ya que llegan incesantes rumores de que las mujeres que viajan allí acaban prostituyéndose, incapaces de ser aceptadas por ser, como se les llama, joseonjok.

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Una vez en Corea del Sur, la película se destapa como thriller trepidante y hasta violento. De nuevo nos enfrentamos a la belleza plástica que parecen mostrar los coreanos con las acciones violentas en sus películas, aunque en The Yellow Sea no llegue a las cotas de otras producciones. De nuevo tenemos a una serie de personajes que prefieren siempre un arma afilada o contundente, antes que la clásica pistola. De nuevo la sangre salpicará la pantalla provocando alguna que otra sonrisa cómplice. De nuevo nos dan una lección de cómo dar un espectáculo de acción mientras siguen sin descuidar el desarrollo de la historia.

The Yellow Sea enredará poco a poco la trama, se esconde tras un inicio aparentemente simplón, para poco a poco ir desenmarañando la madeja y mostrarnos que finalmente aquella simple misión, realmente escondía mucha más historia detrás, y a cada esquina, a cada recoveco que atraviesa el protagonista, un nuevo factor se une al espectáculo. Tampoco es bueno esperar nada convencional, ya que la película te golpeará cuando menos te lo esperes con resoluciones no esperables, aunque a veces demasiado poco creíbles.

En definitiva, otro ejemplo más, otra razón más para posar nuestros ojos sobre Corea del Sur y adentrarnos en su cine, que seguro que no dejará a nadie indiferente.