Katatonia – The Fall of Hearts

PortadaKatatonia regresa con un nuevo disco, The Fall of Hearts (Peaceville Records, 2016), el que supone su décimo trabajo de studio y que llega tras el anuncio de varias bajas en su última formación. Realmente han quedado Jonas Renkse y Anders Nyström, manteniendo a  Niklas Sandin al bajo y fichando a Daniel Moilanen para hacerse cargo de las baquetas. Pese a la alarma que podía haber supuesto la salida de Per Eriksson y de Daniel Lijkevist, el tercer miembro más antiguo de la banda, un breve vistazo a su historia nos hará ver que Katatonia realmente son la dupla Renkse/Nyström, y que a su alrededor hacen y deshacen cambiando fichas pero manteniendo el corazón de la banda a pleno rendimiento, y el resultado de su último disco no podría habernos dejado más tranquilos.

The Fall of Hearts confirma de nuevo a Katatonia como una banda en permanente evolución, aunque quizá estemos ante el álbum más continuista de su carrera desde que comenzaron a abrazar sonidos menos extremos y más cercanos al metal o rock alternativo, aunque sin dejar de dejar caer pinceladas del doom y el gótico, aunque cada vez más diluidas. Su melancolía sonora sigue emocionando con cada nota y se confirman como una de las grandes bandas a seguir, aunque quizá sigan mediáticamente por detrás de sus compatriotas Opeth no es menos cierto que Katatonia ha logrado imprimir un sello característico y fácilmente reconocible, con un nivel de calidad media en sus diez discos que es realmente digno de alabar.

Porque con The Fall of Hearts, Katatonia vuelve a demostrar que les queda cuerda para rato con otro ejercicio de emotividad controlada desde el primer tema, Takeover, que nos da un inicio sosegado para darnos la bienvenida y permitir que nos acomodemos mientras comprobamos que por momentos Renkse moldea su angelical voz para acercarse a registros más rockeros. Serein, segundo tema, se convierte rápidamente en una de las referencias principales del álbum, gracias a su melodía principal y a la innata capacidad de Katatonia para envolverla junto a una segunda melodía que se va complementando con la primera y alternando el protagonismo. Quizá el estribillo flojea más, pero hay que reconocer que en su conjunto resulta una composición notable.

 

Old Heart Falls fue el tema de adelanto, con un lyric video muy original, que ya nos hacía intuir que su capacidad para hacernos sentir seguía intacta con un estribillo emocionante por su melodía y por su letra. Una vez escuchado el disco completo quizá destaque menos, pero sigue siendo un tema a tener en cuenta.

 

Decima continua en la línea de su predecesor, donde Renkse toma más protagonismo que nunca con su voz, gracias a la apagada base sonora donde los escasos golpes de batería retumban más que guitarras y bajo, prácticamente un unplugged. Pero ahí está Sanction para despertarnos y recordarnos brevemente el origen de Katatonia, tan solo un breve inciso roto por Residual que nos devuelve a ritmos más suaves con una elaborada base rítmica envolviendo a las guitarras y haciéndolas destacar todavía más.

Podríamos considerar a Serac como la gran sorpresa del álbum al poder considerar este tema como el más progresivo de toda su carrera. De nuevo gran trabajo de la batería y sonidos que recuerdan más a épocas pasadas. Al principio cuesta acostumbrarse a él, por el choque que representa frente al resto del disco y la discografía reciente de Katatonia, pero una vez asimilado nos encontramos ante uno de los temas más destacados de The Fall of Hearts. La continuación, Last Song Before the Fade, mantiene alto el nivel de intensidad y sirve de preludio para Shifts, donde sonidos más dulces y atmosféricos toman el protagonismo, retomando la calma.

La recta final la representan The Night Suscriber, muy en la línea del resto del disco, Pale Flag, otra maravillosa estimulación del lacrimal, y Passer, obstinado en recuperar los riffs más heavies y pesados que por un momento parecían haber quedado desterrados para siempre. El colofón final viene a cargo de Vakaren, con la sorpresa de haber sido hecha en sueco, idioma natal por otra parte.

The Fall of Hearts no es el mejor disco de Katatonia, pese a ser de un alto nivel, pero nos confirma que todavía hay Katatonia para rato, y eso es algo digno de celebrar.