«La hipoteca de nuestra vida», seleccionada por tercer año consecutivo como lectura obligatoria

 

«Escribir es hacer».

Victòria Gras

 

Dicen los portavoces del gobierno que llevamos cuatro años de recuperación económica. Ahora bien, cada día que pasa se ven más indigentes durmiendo en la calle y hay más traperos y chatarreros hurgando en los contenedores de basuras. Por si esto no fuera suficiente, la semana pasada vi a un chino pidiendo limosna en la puerta de un supermercado, lo que algunos podrían interpretar como un claro signo del apocalipsis, (económico al menos). Por mi parte, este hecho concreto no puede significar nada bueno.

Desafortunadamente, La hipoteca de nuestra vida (Ñaque, 2014) sigue tan vigente como el primer día. Casi de forma visionaria, sus autores, Juan Soto Viñolo y Carmen Lloret (ahora Carmen Viñolo), terminaron el texto una semana antes de que la crisis económica irrumpiera en España. La tragicomedia que entonces fue pensada como una alarma para alertar a la población española de lo que se les venía encima, hoy se revela como la confirmación de una verdad cruel: los estragos de la crisis económica y la impotencia de la clase trabajadora frente a los poderes fácticos.

A pesar de que el texto todavía no ha sido representado -lo que denota el funcionamiento, los intereses y las precariedades (económicas e intelectuales) del teatro en este país-, La hipoteca de nuestra vida está de enhorabuena. Por tercer año consecutivo ha sido seleccionada como lectura obligatoria en el Instituto de Educación Secundaria de Cheste, provincia de Valencia. La obra se estudiará en el curso 2017-2018 de 4º de ESO junto a clásicos de la literatura contemporánea como Gustavo Adolfo Bécquer, Ramón del Valle-Inclán o Federico García Lorca. Todo un honor, todo un reconocimiento.

Antonio Espejo, profesor de literatura en el instituto de Cheste, escritor, dramaturgo y persona de gran sensibilidad, acerca de la obra:

«Paradigma de un teatro históricamente necesario, La hipoteca de nuestra vida representa un texto clave para entender las claves depredadoras del modelo económico y social que ha prevalecido durante años en España. A través de uno de los géneros más genuinos de nuestra tradición escénica, el de la tragicomedia, su lectura implica una lección consciente y autoreflexiva para el compromiso con una nueva realidad».

La alegría de todo escritor es llegar a sus lectores para que su obra no se pierda en el olvido y desaparezca. En una época en la que la literatura, el arte y la cultura están siendo abandonadas, La hipoteca de nuestra vida se encontrará con las nuevas generaciones. Nuestro profundo agradecimiento a la Junta Directiva del Instituto de Cheste y, especialmente, al profesor Espejo por su labor.

Salud.