Los Desheredados: «Chump Change» de Dan Fante

Dan Fante Chump Change Hijo del imprescindible John Fante, Dan es el autor que hoy toca celebrar como uno de los pocos escritores de la actualidad que es capaz de conmover desde una realidad tan sucia y biográfica que llega a provocar tanto espasmos de terror vital como arrebatos personales de una extraña ternura. Heredero de los genes del padre, Dan viene a ser como una versión de éste, pero más agria y trágicamente cómica. Menos dotado que su progenitor para la poesía urbana y su grandilocuencia aplicada a la realidad más dura; sin embargo, la sinceridad que transmite Dan en cada palabra mascada resulta demoledora. Bañada en un reguero de alcohol penetrante, esta factura de intenso pulso tembloroso es, precisamente, una de las constantes más contagiosas de Chump Change (Sajalín, 2011), la primera novela escrita por el hijo pródigo.

Autobiográfica en su gran parte, al igual que su padre mediante “el señor Bandini”, Dan cobra vida a través de su desastrado alter ego: Bruno Dante. Exorcismo total, a lo largo de las páginas, Dan nos coloca en una posición privilegiada de las acciones de Bruno: el paradigma de un alma abocada a la eterna tortura interior. Sin estúpidas moralinas, describiendo una fauna urbana que se hace más hostil conforme Bruno va alcanzando desarbolados punto de ebullición etílica, Chump Change avanza asilvestrada mediante una serie de trompicones perfectamente ensamblados en concatenación, como la vida misma. Así, uno de estos crouchets narrativos alcanzará el nivel de gigantes como Edward Bunker, en cuanto Bruno llegue al encuentro de su padre moribundo. Demasiado bueno como para describirlo, los instintos interiores que emana esa vital escena son de los que se adhieren con mayor facilidad, y fuerza, a esa magia empática que, pocas veces, se consigue en el arte. En este casi, no sólo Dan alcanza un arrebato de literatura sucia, hermosa, devastadora, sino que demuestra una habilidad impropia para convertir en tinta indeleble las riadas de recuerdos perdidos entre los recovecos de su afectada memoria.

Obra al límite de los instintos de Bruno, Chump Change quizá no cuente con la narrativa preclara, a la par que desbordante en imaginación cotidiana, de clásicos, -siempre la sombra del padre-, absolutos de la novela americana como Pregúntale al Polvo (1938) o La Hermandad de la Uva (1977) pero muestra una voz propia, nacida desde las mismas vísceras del alma humana. Algo tan verdadero que resulta imposible no salir volcado en mil preguntas interiores tras su inevitable voraz lectura.

Ya para terminar, sólo comentar a todos los que piensen que Bruno es una versión amable del “señor Chinaski” de Bukowski que relean a uno y a otro y me expliquen algún punto de unión entre la intención vital de la intensa prosa de Fante con las vomitonas egocéntricas de Bukowski…