Los desheredados: «Una infancia. Biografía de un lugar» de Harry Crews

harry crews foto 2Noticias maravillosas, desde hace unos meses que ya está en la calle la tercera referencia en castellano de la obra de Harry Crews. Desde la primera línea, Una infancia. Biografía de un Lugar (Acuarela & Machado, 2014) emerge como la obra más personal y sentida de su brutal autor. El título, Una infancia. Biografía de un lugar, no podría estar mejor cogido. En realidad, no estamos ante una mera descripción de recuerdos no vividos, sino ante un gran mural que expone en toda su crudeza las vidas miserables de las gentes del condado de Bacon, un ejemplo inmejorable de aquella América profunda de los años 20. En ese lugar, el padre de Crews se convirtió en el paradigma de esa gente que no era violenta, pero tenía que vivir dentro de un entorno de violencia constante.

Para los que hayan leído tanto Cuerpo (Acuarela, 2011) como El Cantante de Gospel (Acuarela, 2013) podrán comprobar cómo ha cambiado el estilo usado por Crews para esta ocasión. Ya no queda ni un gramo del barroquismo que inundaba las páginas de El Cantante de Gospel, y desde luego no hay ni rastro del espíritu grotesco con el que estaban descritos los rednecks de Cuerpo. Lo único que tiene en común con esta última son el tipo de diálogos utilizados para recrear a estos personajes tan familiares en la infancia de Crews. En realidad, Una infancia. Biografía de un Lugar fluye en un tono reflexivo, aunque también hay tiempo para mostrar la violencia agreste, seca, real, que define su estilo inconfundible. No obstante, todo está al servicio de la inmersión de Crews, que desde el mismo comienzo del libro no podría estar más clara: “Mi primer recuerdo se remonta a una época diez años anterior a mi nacimiento, transcurre en un lugar en el que nunca he estado y tiene que ver con mi padre, a quien nunca llegué a conocer”. Cada foto desempolvada de la caja de Crews es llevada a la vida, pero también es enfocada desde la distancia de los pensamientos del propio Crews. Su visión no es nostálgica, en vez de eso, sirve para mostrar la conexión natural de Crews con su progenitor. Crews nos muestra en primer plano una terapia que también podría ser la de muchos otros que nunca llegaron a conocer a su padre. Como mejor reflejo de estas intenciones, o no, no puedo dejar de terminar este artículo con este más que revelador extracto de este demoledor libro.

harry crews foto 3

“Jean-Paul Sartre, en su autobiografía Las Palabras, al escribir sobre la tendencia a asfixiar a sus hijos dijo que su padre le engendró y tuvo inmediatamente la decencia de morirse. Siempre he pensado que debido precisamente a que mi padre murió antes de que pudiese llegar a conocerle acabó transformándose en un recuerdo más formidable, en una influencia mayor y una presencia mucho más palpable de lo que hubiese sido de haberle conocido en vida. No es que tenga muy claro que dice eso de mí, pero no me cabe duda que ha de decir bastante más acerca de mí  que acerca de mi padre o de su muerte. También dice mucho de la gente del lugar del que procedo. Nada se deja morir en una sociedad de gente que se dedica a narrar historias. Todo, tanto lo bueno como lo malo, se incorpora y se traspasa de una generación a la siguiente. Y quienes cargan con ello son los que acaban dándole forma y color.

De ser esto así, ¿es verídico todo lo que ransmite? Estoy convencido de que sí. Cualquiera que sea la violencia que se ejerza sobre la letra de la experiencia colectiva, el espíritu de esa experiencia permanece intacto y sigue siendo verídico. Es su noción de sí mismos, su comprensión de quiénes son. Y justo fue ese el motivo por el que empecé a escribir estas páginas, porque a decir verdad nunca he estado muy seguro de quién soy yo”.