Margarita vuelve a la carga tras cuatro años

Uno de los discos más esperados de la temporada, hoy por fin sale a la calle Margarita (Chingaste la Confianza/BCore, 2014).Tras cuatro años de espera, Margarita vuelven a la acción, y de qué forma. Se nota que durante todo este tiempo, el cuarteto ha ido acumulando músculo y aumentando la panorámica, mientras surgían proyectos paralelos tan excitantes como Prisma en Llamas o el inminente Sierra. Con el objetivo más claro que nunca, que este 10” se titule precisamente Margarita no es ninguna casualidad. Es más, se podría decir sin ningún miedo que tras recibir la mayestática descarga de esta media docena de cortes, la inimitable esencia de Margarita ha quedado perfectamente ejemplificada. Siguiendo la costumbre, Margarita nos vuelven a transportar a la misma boca de un volcán en plena erupción. La diferencia es que para esta ocasión las placas tectónicas que mueven sus engranajes sonoros lo hacen con más matices, si cabe, que en anteriores ocasiones. Las líneas rítmicas están más a flor de piel que nunca, su genoma tribal se adentra hasta el mismo corazón de las canciones y nos adentran en el medio de una jungla de tormentas eléctricas regenerativas, repletas de texturas mutantes, y explosiones vocales que siempre apuntan hacia el cielo, como si fueran un instrumento musical más. Si a este fascinante entramado le añadimos el tremendo poder visual que le otorgan a la cordillera de palabras disparada, el brutal impacto ya queda plenamente asegurado.

Margarita foto 2De todas a todas una tremenda experiencia física, Margarita no entra por los oídos; en realidad, es una descarga que se adentra hasta misma espina dorsal y nos revuelve de vitalidad como una coctelera agitada con frenético ritmo tropical. Porque si por algo se identifica el torrente de sensaciones que exhala esta imprescindible banda madrileña es precisamente por hacernos sentir más vivos; llegar a dar vida a músculos que creíamos que ya no existían.

Imposible escoger una canción entre tanta fibra, de ‘Idéntico’ a ‘Coge un trapo y cúbrete’, Margarita son capaces de sintetizar su expansivo libro de estilo, dejando por el el camino seis nuevas razones para creer a ciegas en el poder curativo de la música.

Sólo me queda por decir que con este disco ya sobra hablar de referentes o influencias; resultaría una absoluta incongruencia. Margarita ya son un universo en sí mismo, no tiene más que mirar hacia su propio pasado para ir cimentando su más que esperanzador futuro. De hecho, Margarita se mueve entre el frenesí urgente de Parque Mágico (BCore, 2008) y el excitante esqueleto de múltiples articulaciones que sustentaba Explota el Cuerpo (BCore, 2010), pero con un notable  plus en el nivel feromónico de su propuesta. Margarita se erige como un trabajo que es capaz de saciar la larga espera desde 2010 por medio de un cuarto de hora tan memorable que no se me ocurre un disco español más relevante en todo lo que llevamos de 2014. Más que imprescindible, necesario.