Pervy Perkin – ToTeM

ToTeM(2016)_coverPervy Perkin es una banda de rock/metal progresivo de origen murciano, aunque afincada en Madrid sin duda en busca de mayores oportunidades en su carrera, ya que es algo sabido que en este país prácticamente todo el panorama musical se concentra en dos o tres núcleos, tal y como ya hemos explicado en otras ocasiones en esta misma web. Pervy Perkin debutaban discográficamente con Ink (Autoeditado, 2014), álbum en el que ya demostraban que los convencionalismos no iban con ellos, recibiendo múltiples influencias. Algo que está definiendo a muchas de las bandas que están sacando la cabeza hoy en día, y que se aleja de los férreos caminos que dominaron sobro todo el metal de los 80 y principios de los 90, en los que cualquier experimentación o variación en su sonido podía conllevar una lluvia de críticas. Muy al contrario, Pervy Perkin lleva la experimentación en su ADN.

Para demostrarlo y recalcarlo han lanzado recientemente su segundo álbum: ToTeM (autoeditado, 2016), en el que la amalgama de sonidos llega hasta extremos casi insospechados. El primer corte del álbum, I Believe, podría ser perfectamente el abanderado de su sonido, con una sección rítmica a veces desconcertante por sus ritmos sincopados que por momentos parecen bordear el desastre, pero que finalmente siempre se mantienen dentro del caótico orden que impera en la canción. La temática de este tema enlaza directamente con la de la portada del álbum, enfocada en la cultura maya con un indígena sosteniendo una calavera que parece sacada de la cuarta parte de Indiana Jones. Aquí asistiremos a una conversación entre un maya y un hombre de la actualidad sobre la vida en otros planetas. Tal contraste parece potenciarse al oír una voz casi robótica y más adelante sonidos que parecen llevarnos a la américa precolombina pese a estar hechos con sintetizador.

I Believe supone una toma de contacto perfecta por sus continuos cambios de ritmo y registro, pero no es todo lo que este ToTeM oculta en su interior. El disco continúa con el primer interludio, I. The City, de los cuatro que tiene el álbum, que sirven como nexo de unión entre los cinco temas que podremos escuchar. Cinco que aunque es un número bajo tengamos en cuenta que parecen estar afectados por gigantismo y encontraremos temas de 15 y hasta 26 minutos.

Mucho más corto es KountryKuntKlub, que tras su provocador título, por su traducción y sus tres “k”, esconde el tema más desconcertante de todo el álbum. Resulta difícil describir con palabras qué esconde KountryKuntKlub, pero imaginaos temas de Ennio Morricone, mezclado con un poco de rock sureño sacado de la Creedence, con sonidos mucho más actuales e incluso fases vocales que llegan a rozar el rap ¡ah, y todo mezclado con sonido de banjo! Aún así faltarían datos para completar la descripción de un tema que por momentos amenaza con descolocarnos definitivamente.

El segundo interludio, II. The Fog, que incluso parece simular el ritmo de una respiración mezclado con una batería más convencional de lo visto hasta ahora, sirve como enlace para la mastodóntica Mr. Gutmann, que tiene un inicio muy bucólico, de cuento de hadas para luego romper con riffs de guitarras que casi nos acercan al metal más clásico. Efímero sentimiento que se evade rápidamente con la entrada de los teclados y un sample de lo que parece un locutor de mediados del siglo pasado. Una vez pasado tenemos un riff que a mí me ha recordado poderosamente al Seek and Destroy de Metallica, pero la sensación se esfuma muy rápido porque no nos dan ni un respiro con un nuevo cambio de riff, lo que será una constante durante sus 26 minutos, por lo que no habrá tiempo al aburrimiento. Todo está suficientemente bien hilado y de nuevo nos faltarán palabras para describir todos sus pasajes.

 

La calma antes de la tormenta es el interludio III. The Sound, aunque resulta inquietante con sus rítmicos y espaciados golpes y esa robótica voz hablando en japonés, porque en Hypocondria es cuando los Pervy Perkin finalmente se desatan, y qué bien les sienta. Con ritmos acelerados y voces guturales y shriek, estamos ante el tema más frenético y cercano a lo que podría ser el death metal progresivo nórdico o incluso el black metal. Aunque a estas alturas ya no nos va a sorprender que esta sensación no dure mucho tiempo, porque ya habremos interiorizado que la línea recta no es el camino que suele seguir esta gente, prefieren pararse y apartarse a menudo para recrearse en el paisaje o, en este caso, en la experimentación de nuevos sonidos.

El último interludio, IV. The Void, nos deja con esa sensación de haber oído esa canción en alguna parte, suena al cine más clásico, de la década de los 30, y nos presenta T.I.M.E. (Part 1 The Experiment), cuya tercera parte ya habíamos podido escuchar en Ink, así de especial es esta gente que quizá en el siguiente álbum nos traiga la pieza faltante, la segunda parte, o quizá traigan la cuarta o incluso el preludio, que a estas alturas todo podría ser. Comienza con una bella parte vocal que da paso a una machacona e insistente base rítmica que, con matices, nos acompañará durante buena parte del tema, de nuevo de larga duración, para finalmente desatarse y volver a los ritmos variados y hasta casi desordenados que ya son marca de la casa. De todas formas también contiene partes mucho más clásicas en su parte central, cercanas al metal clásico tanto en riffs como en registro vocal. Pero el camino nos tiene reservadas, era de esperar, varias paradas que nos llevarán a ritmos más sosegados y a un acelerón final en el que parecen querer soltar todo lo que les quedaba en el interior rasgando sus cuerdas vocales.

ToTeM es toda una vivencia que te hará viajar sentimentalmente entre varios extremos sonoros. Pese a lo arriesgada de la propuesta y lo complejo de unir tantas influencias, ToTeM sale vencedor del envite con nota. Sin duda un disco a tener en cuenta y una banda a seguir en un futuro muy prometedor.