por ¿Qué hace ahora el comandante del Apolo XVII, Eugene E. Cernan, el último de los 12 astronautas que han pisado la Luna hasta hoy? Este selenita espigado, de rostro enjuto y cabello plateado, no se resigna a la jubilación. Esponsorizado por Omega, reloj oficial de la NASA, orbita el mundo recordando aquel viaje, exhibiendo su figura ante la mirada curiosa y absorta de los que, como mucho, han volado en el Concorde o, sin ir más lejos, en el avión del Tibidabo.
Durante su periplo se detuvo un fin de semana en Barcelona, invitado por Luis del Olmo. Intervino en Protagonistas, dio una rueda de prensa, jugó al golf con cierto estilo sobre el Green del Club Costa Daurada, exhibió un evidente don de gentes más una bonita voz timbrada para resaltar el clima, el sol y el Mediterráneo. Luego saboreó una calçotada en casa de Luis.
Cernan nació en Chicago (Illinois) hace 66 años y, del 7 al 19 de diciembre de 1972, se entretuvo en darse un garbeo por el Mar de la Tranquilidad. Bien puede decirse que hizo realidad el viejo aforismo español de «tocar la Luna con la mano». Cernan nos dijo que tardó 302 horas en llegar a la Luna, que permaneció sobre su superficie 75 horas y que recogió más de 100 kilos de rocas de un color anaranjado en compañía del geólogo Harrison Schmitt. Le habría gustado quedarse más, pero con la certeza de poder regresar a casa y reunirse con la familia.
Eugene E. Cernan confiesa que repetiría el viaje y asegura, con la firmeza del privilegio de haber pisado la Luna, que el hombre llegará a vivir en ella y en Marte. Recuerda con emoción que pudo ver la Tierra a una distancia de 250.000 millas. Cree, por otra parte, que Bush será «un buen presidente» de EEUU y opina que el último ataque a Irak estuvo sobradamente justificado.
Si las premoniciones de Cernan llegan a cumplirse, no sería raro que en un futuro viaje los nuevos astronautas norteamericanos descubrieran al llegar una valla publicitaria de Jesús Gil que rezara de este tenor: «Pisos de alto standing. Luna de San Rafael. Venta sobre plano. Pago por adelantado».
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Este artículo fue publicado en El Periódico de Cataluña un jueves, 8 de marzo de 2001. Su autor es Juan Soto Viñolo
