Siousxie and the Banshees: «Juju». Magia negra (I)

“El primer recuerdo del que tengo constancia fue el de hacerme pasar por muerta. Mi madre solía seguir pasando por encima de mí mientras yo estaba tirada en el piso de la cocina. Yo tenía cinco años. Otra vez, me tomé una botella de píldoras para que fuera más realista”.

Siouxsie

“Posiblemente, profundizar en esto podría ser peligroso. Las cosas que he leído, algunos cuentos extraños acerca de gente a la que se cargan, todo muy duro. Yo no sé si es que las personas involucradas son, básicamente, malas y están perpetuando este miedo o si, en realidad, es algo que los científicos no pueden explicar. Sólo pienso que puede ser peligroso si tratas con algo desconocido. De nuevo, se trata de una desvío de poder”.

Siouxsie

 

Juju fue el primer disco “conceptual” que hicimos. Nos basamos en elementos más oscuros. No fue algo pre-planeado, pero mientras estábamos componiendo, vimos un hilo definitivo fluyendo por las canciones; casi algo narrativo que nos hacía ver el álbum como un todo”.

Severin

 

Tras Israel, arrancaba 1981 para The Banshees. Ese año el panorama musical estaba cambiando sistemáticamente. El tronco del post-punk fue derivando en formas más sintetizadas, el futurismo post-industrial estaba en boga. Esta inercia acabó convirtiendo 1981 en el año analógico por antonomasia. Desbordante volcán de bits en erupción, durante el ‘81 se publicaron obras tan importantes como Computer World (Kling Klang, 1981) de Kraftwerk, Alles Ist Gut (Virgin, 1981) de D.A.F, Penthouse and Pavement (Virgin, 1981) de Heaven 17 o Tin Drum (Virgin, 1981) de Japan. Suficientes razones como para considerar la cosecha tecnológica de ese año como un punto de inflexión en la historia del pop, no obstante, donde verdaderamente se cocieron las habichuelas fue a cuento de tres obras que, definitivamente, cambiaron el signo de los tiempos: Dare (Virgin, 1981) de The Human League, Arquitecture & Morality (DinDisc / Virgin, 1981) de O.M.D. y Non-Stop Erotic Cabaret (Some Bizarre/Vertigo, 1981) de Soft Cell.

Vista la evolución tomada por los Banshees en Kaleidoscope, el siguiente paso del grupo bien podría haber seguido el cauce de los acontecimientos de la Synth Brittania. Sin embargo, Siouxsie y compañía tenían otros planes: labrar su propio camino y acentuar su espíritu de contradicción: si ahora era la época de la reivindicación del sintetizador, ellos iban a hacer todo lo contrario, suprimirlo de su dieta musical. Por lo que se muestra en esta entrevista concedida en diciembre de 1981 a Marsha Gordon, la ironía era lo único que parecía que no iba a cambiar un ápice…

“¿Cómo veis la progresión en vuestra música? ¿Habéis cambiado hacia una dirección predeterminada?”

Severin: “Hemos tenido un montón de guitarristas y baterías”.

“Pero vosotros dos seguís juntos. ¿Qué es lo que os mantiene unidos?”

Siouxsie: “Un núcleo”.

Severin: “El sadismo, (se ríe débilmente)”.

Siouxsie: “S&M” (grita).

“¿Existe algún tipo de idea musical que compartáis que os sirva para seguir manteniéndoos?”

Steve: “No. No tenemos ideas musicales, en absoluto”.

“Okay, okay  ¿Quién escribe la música? ¿Cómo escribís las canciones?”

Siouxsie: “No existe una fórmula”.

“Chicos, sois imposibles (a Siouxsie). ¿Hay algo que queráis decir sobre las letras de vuestras canciones?”

Siouxsie: “Bueno, eso depende de ti, si las escuchas”.

“¿Se trata de algo que se te aparece en la mente en un momento muy particular, o es algo que tienes preparado en tu cabeza? “

Siouxsie: “Si escribo algo es porque quiero escribirlo”.

“¿Qué significa eso?”

Severin: “Nosotros no somos la ‘blank generation’  [generación vacía]”.

Siouxsie: “Sólo cuando llueve. Sólo somos la blank generation cuando llueve”.

Severin: “Somos la ‘generación zanahoria’. Sólo escribo canciones cuando mastico zanahorias”.

“Esta entrevista se está volviendo un poco extraña”.

Siouxsie: “No tan extraña”[1].

juju 1Un nuevo cambio de piel sobre sus mismas carnes, pero sin cambiar el rumbo. El hechizo, bautizado como Juju -título inspirado por un programa televisivo sobre el crecimiento de los cultos esotéricos en el mundo occidental-, acabó publicándose un 6 de junio de 1981. Desde la misma portada, Juju desprende vibraciones intensas, de magia negra; no en vano, se trata de una reproducción de una estatua africana del museo Horniman, que se encuentra en Forest Hill.

Una máscara ocultando algo desde la misma cubierta de esta obra. Búsquedas hasta la misma esencia de la maldad. Juju no engaña a nadie. Desde el primer impacto visual, estas palabras de Severin cobran pleno sentido: “Siempre estoy intrigado por esas cosas en las que realmente tienes que profundizar… Si te sumerges totalmente en la magia negra o en algo que te convierta en una persona totalmente diferente, no podrás vivir de la misma manera. Sólo tendrías que aislarte y tal vez es porque tienes que tener ese compromiso con las personas que lo consideran como algo malo”.

“Estoy interesado en descubrir si estas cosas realmente son malas, o si es el hecho de que  tienes que aislarte de la sociedad y de la forma habitual de hacer las cosas que la gente considera que son el mal”[2].

Juju también ahonda en la cualidad visual de su música. De las fotos de Man Ray a los cuadros de El Bosco, sobre éste último se puede trazar un paralelismo que conecta directamente con esta obra discográfica; y más en concreto con “Trípitico del juicio de Viena” (1482). El pecado original, el juicio final y el infierno, condensados en tres partes, no resulta nada extraño que, precisamente, este cuadro, donde horror y belleza mefistofélica nacen de la misma pincelada, influyera directamente a Siouxsie.

De la imágenes influidas por El Bosco a los sentimientos más personales de Siouxsie, la magia chamánica que encierra Juju es una que, como en ‘Happy House’, puede darse en cualquier momento. Precisamente, sobre el aspecto personal de Juju, Siouxsie habla en esta entrevista junto a Severin.

“Más que en Kaleidoscope, las letras en Juju parecen ser de una psicología tan malsana como en Join Hands.

Siouxsie: “Simplemente pienso… en cómo las cosas pueden afectarte cuando llegan. Creo que Kaleidoscope era muy luminoso e irreal, un montón de sus protagonistas eran luminosos e irreales”.

“¿Y oscuros al mismo tiempo?”

Siouxsie: “Sí”.

“¿Es intencional ese aspecto controvertido, que enfoca la locura y los juegos peligrosos dentro de la religión?”

Siouxsie: “Bueno, jamás he pensado eso. Como norma, debes hablar sobre algo extraño, para encontrar ese camino (extraño)”.

“¿Por qué?”

Siouxsie: “Es muy obvio. Es sensacionalista. Es sobredramático. Muy teatral”.

“En una canción como‘Mother’ es algo así”.

Siouxsie: “Sí…”

“¿Hay algo de autobiográfico en todo este material, o es sólo información adquirida?”

Severin: “Creo que en gran parte es autobiográfico”.

Siouxsie: “Si son cosas que te golpean, o cosas que te han pasado a nivel personal, es algo que acaba por afectarte”.

“¿Cómo reacciona vuestra audiencia ante semejantes protagonistas y las historias sobre relaciones destructivas, el incesto., etc.?”

Severin: “Cuando estás con cada uno de tus fans en el backstage, éste no es el tipo de cosas de las que se habla”.

Sí, pero debe de haber algún punto de contacto en esas canciones. ¿Notáis algún tipo de feedback que os indique que están siendo recibidas?

Siouxsie: “Sí, pero también es bueno que la gente pueda disfrutar y que también pueda bailar”[3].

Para la producción de Juju, la continuación de Nigel Gray a los mandos acabó por afianzar el sonido en relieve, expansivo, de la banda; aunque para esta ocasión todo queda más matizado, sólido, como una roca envuelta en una aureola creciente. Kaleidoscope ya había marcado el camino, ahora no había más dejarlo fluir.

Severin: “Musicalmente, Juju está muy conectado con los discos precedentes: The Scream, Join Hands y Kaleidoscope. Lo que sí que creo que ocurre es que, en Kaleidoscope, estábamos tan satisfechos del sonido que habíamos alcanzado en la producción que nos dijimos: ‘Vamos a pararnos aquí, vamos a profundizar en este punto, en vez de seguir intentando abarcar más y más…”[4].

Siouxsie: “No creo que otra persona tenga el derecho a interponerse en nuestro camino e imprimir sus ideas equivocadas sobre nuestros discos. Tenemos que tener un entendimiento común”[5].

Por otro lado, la senda comenzada en Kaleidoscope con McGeoch y Budgie como nuevas piezas del puzzle fue adquiriendo desarrollo. En este disco, suenan más compenetrados y atrevidos. Todos van hacia la misma dirección por sendas diferentes. Siouxsie escapando de sus propios sueños, Severin dotando de granulado físico a su bajo, McGeoch volcado en una fascinante dicotomía entre psicodelia etérea y rugosidad al tacto, y Budgie concentrando su perfil tribal entre galopadas a pleno pulmón y círculos mántricos. En Juju, los Banshees encuentran el punto de contacto entre los cuatro vectores. En este sentido, no hay más que fijarse en la compenetración total alcanzada para esta obra, en la que la banda ya, desde el mismo momento de composición, se trataba de una integrada por cuatro piezas.

McGeoch: “El pasado invierno en Estados Unidos, donde fue muy bien y todo eso, todavía no me sentía que perteneciera allí. Luego empezamos a escribir juntos como banda y empezamos a hablar de la estructura y la mecánica de la escritura. Era bastante obvio que ya se trataba de una cosa de cuatro piezas”[6].

Severin: “Budgie y John ya habían empezado a tocar más o menos al mismo tiempo que nosotros. Hubo un conocimiento tácito de un montón de cosas que no podrías ‘enseñar’ a nadie. Habíamos crecido a través del mismo período. Una gran cantidad de comunicación innecesaria salió de la ventana”[7].

Budgie: “Cuando estoy tocando con Steve, no tengo que puntuar cada nota de su bajo con el ritmo de batería, sólo estoy tocando a su alrededor. Hay canciones donde toco a la derecha a través de lo que él está haciendo, de tal manera que en realidad esto fortalece su parte”[8].

Siouxsie: “Pienso que en Juju hemos logrado plasmar la resolución de nuestro planteamiento, aunque nuestra intención es seguir investigando en esta vía, ver hasta donde somos capaces de llegar en este proceso”[9].

Juju comenzó a gestarse a principios de 1981. Su obra más redonda, sin fisuras, hasta la fecha, el atinado crítico Simon Reynolds lo tiene muy claro: “Juju es la obra cumbre de la banda: cada canción parece esculpida con el mismo material oscuro e impecable. El álbum definió muchísimos aspectos líricos y musicales de lo que sería el gótico. En ‘Sin In My Heart’, ‘Voodoo Dolly’, ‘Halloween’, ‘Spellbound y ‘Night Shift’, la banda exploró por primera vez ideas relacionadas con la magia y lo sobrenatural”[10].

El aspecto mágico y sobrenatural al que alude Reynolds no sólo se centra en la parte lírica del disco. En realidad, donde más emerge es a través del perfil instrumental. Juju es un hechizo en sí mismo: el estado sobrenatural entra directamente a través de los sentidos.

Severin: “Una canción como ‘Jigsaw’, cuando la tocamos bien, me puede poner en trance y eso es algo que estamos tratando de proyectar en la audiencia. Juju explora eso un poco más coherentemente. Pero nuestro interés por la magia religiosa es algo natural, no es nada tan burdo como los Talking Heads, que consiguen libros de la biblioteca para empollárselos: como si los sacaran de una bibliografía sobre música africana y  religión”[11].

Magia, religión, pesadillas. Respecto a esta última faceta, la misma disposición de Siouxsie a la hora de componer resulta perfectamente explicativa de los resultados finales: “Mi reloj no me va bien. No consigo dormir mucho antes de las cuatro o las cinco. No me levanto antes de las dos, así que todas mis ‘inspiraciones’ ocurren cuando no hay nadie alrededor. A veces una canción entera puede ser detonada por una sola palabra -‘Icon’-. También puede tratarse simplemente de la nada, o de una cosa específica que he visto o sentido. Nunca me he esforzado mucho en las letras. Escribo en una especie de goteo desorganizado. Si se detiene, yo no lo fuerzo, porque por lo general también suele haber otras cosas que quiero ir colocando en diferentes canciones”[12].

 


[1] Gordon, Marsha: “Siouxsie and the Banshees – Interview?”, The Bob,. (Traducción del autor.)

[2] Cooper, Mark: “The Magic of trance”, Record Mirror. (Traducción del autor.)

[3] Gill, John: “Enter The Dragon” Sounds. (Traducción del autor.)

[4] Cementerio Bibliográfico: “Siouxsie & The Banshees”.

[5] Smash Hits: “Black Music”. (Traducción del autor.)

[6] Hanna, Lynn: “Into the valley of the voodoo doll”, NME. (Traducción del autor.)

[7] Ibídem. (Traducción del autor.)

[8] Lord, Nigel: “Interview”, Rhythm. (Traducción del autor.)

[9] Cementerio Bibliográfico: “Siouxsie & The Banshees”.

[10] Reynolds, Simon: Postpunk: romper todo y empezar de nuevo, página 492-493.

 

[11] Ibídem. (Traducción del autor.)

[12] Van Der Veene, Valac: “Interview”, Sounds. (Traducción del autor.)