Slint: Squirrel Bait, el origen

El origen de bandas como Bastro y, sobre todo, Slint, Squirrel Bait fue una banda más importante por lo que surgió tras su disolución que por sus propios méritos. Logros mayores de miembros tan importantes como David Grubbs y Brian McMahan; no obstante, no podemos olvidar las virtudes intrínsecas de esta formación de adolescentes de ideas más claras que el agua osmotizada. Razones varias, las dos más reseñables son las que se refieren a un par de hechos determinantes: su apertura a  nuevas ramificaciones más melódicas dentro del post-hardcore fuera del radio de influencia de Rites of Spring, y su vital importancia en la conformación de la escena underground nacida en la Louisville de finales de los años ’80.

Formados durante 1983, en plena época de High School: David Grubbs -voz y guitarra-,  Clark Johnson -bajo- y Rich Schuler -batería- conformaron la primera encarnación de la banda, mediante la que grabarán su primera demo, auto producida en agosto del mismo año de su nacimiento. Tras esta primera prueba de vida discográfica llegó una segunda demo al año siguiente, acompañada de nuevos miembros en la formación.

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Ya con una alineación definitiva, compuesta con los fichajes de Peter Searcy, como nuevo cantante, Brian McMahan a la guitarra y Ben Daughtry -batería-, tras la marcha del efímero Britt Waltford, Squirrel Bait dan cuerpo en 1985 a un EP con claras conexiones con los Hüsker Dü, época Zen Arcade (SST, 1984), y los Replacements. Fichados por la misma casa discográfica que bandas de Chicago como Naked Raygun y Big Black, el debut homónimo de Squirrel Bait incide en un hardcore melódico propulsado entre riffs de texturas noise, mezclado con dejes setenteros que remitían a la reveladora idea desde la que partió Grubbs a la hora de formar, junto a Clark Johnson,  Squirrel Bait. El propio Grubbs lo explica así: “Los primeros grupos que me gustaron fueron  Kiss, the Who, the Beatles, the Rolling Stones. Pero, ¿quién quiere vivir en el pasado? Empecé a leer la Rolling Stone y a coger fanzines locales en las tiendas de slint 2discos cuando tenía doce años, más o menos. Entre aquellas, la Rolling Stone proclamaba a The Clash como el verdadero espíritu del rock and roll y a Public Image Limited y Gang of Four como peligrosos desmanteladores de la tradición del rock. ¿Quién quería desmantelar la música rock? ¿El rock era el enemigo? Esa insostenible ambivalencia -buscando el espíritu contemporáneo del rock, el verdadero motivo del aquí y el ahora, pero queriendo dejar fuera de juego a John Lydon-  daba vueltas en mi cabeza, me obsesionaba, provocó que formara una banda. Luego descubrí lo que había pasado en Louisville en los años  anteriores – the Endtables, the Babylon Dance Band, Malignant Growth-, y ese fue el primer contexto real, uno compuesto de verdaderos colegas. Y eso era algo mucho más importante que cualquier cosa que hubiese leído anteriormente en la Rolling Stone”[1]. Obra constituida por ocho pepinazos irrefrenables, incluyendo joyas como ‘Hammering So Hard’ y ‘Sun God’; sin embargo, lo mejor aún estaba por llegar. Así, para su siguiente paso discográfico, Squirrel Bait pegan un gran salto evolutivo. El único álbum del grupo, Skag Heaven (Homestead, 1987) supone la entrada de un pulso rítmico más intrincado, acompañado de oxigenantes bajadas de tensión dentro del corpus sonoro de la banda. Genial borrador de lo que nos ofrecerán al año siguiente Bastro, esta obra supone un punto de referencia, que se puede considerar como la primera obra realmente importante de toda la escena post-hardcore nacida en Lousville. Fin apresurado del grupo, tras la caída del telón, sus antiguos miembros no se harán esperar para llevar a cabo nuevas empresas mucho más relevantes.

 


[1] Gross, Jason: “Interview with David Grubbs”, Perfect sound forever  enhttp://www.furious.com/perfect/davidgrubbs.html, traducción del autor.