The Go-Betweens, los gitanos del pop. «Spring Hill Fair» (II)

“Aparte de los Beatles, ¿quién más? ¿A quién le importan las canciones de John Cale para la Velvet?”.

Grant McLennan

La publicación de Man O’ The Sand To Girl O’ Sea tuvo la mala fortuna de coincidir con la de This Charming Man, el primer éxito fulminante de los Smiths. Mientras los Morrissey y compañía asestaban un golpe definitivo en los charts, y de paso, salvaban de la bancarrota a Rough Trade, los Go-Betweens se habían garantizado su marcha oficial del sello. Dos meses antes, los australianos le pedían a Geoff Travis 12.000 libras para poder grabar su nuevo LP en Nueva York. La denegación de esta petición ahondó en la brecha entre sello y grupo. Rough Trade iban a apostarlo todo por los Smiths. Bandas de su sello, como The Fall y Go-Betweens, no entraban en sus intereses; y más, cuando las ventas de Before Hollywood se habían estimado en unas 6.000 copias por todo el mundo.

Así, para cuando poco antes de Navidad los Go-Betweens se fueron de gira a Estados Unidos, Geoff Travis ya había tomado la decisión de despedirlos. El momento de anunciar la noticia al grupo llegó poco antes de su concierto en el Danceteria de Nueva York.

Por el lado positivo, el éxito de los Smiths con Rough Trade no había pasado desapercibido para Sire Records, que distribuían los discos de los Smiths en Estados Unidos. De esta forma, tras haber probado suerte con Arista y Polydor, los Go-Betweens fueron a parar a Sire en marzo de 1984. Lo que no se podían llegar a imaginar es con quien iba a coincidir su fichaje…

Grant McLennan: “Firmamos por Sire al mismo tiempo que lo hizo Madonna, y te garantizo que su primer disco podría haber tenido canciones pop como ‘Bachelor Kisses’, pero ella no tendría algo así como ‘River Of Money’… de seis a siete minutos de ruido hablados en forma de prosa. Por lo que, desde el principio, no era más que nuestro propio sonido; éramos invendibles”[1].

img_3203

De este modo, si en Rough Trade habían coincidido con los Smiths, ahora les había tocado el “más difícil todavía”. Si con los Smiths ya habían tenido muy complicado acaparar el interés de la discográfica, ahora es que ya lo tenían, literalmente, imposible. Aun así, Sire contaba con una proyección y más empleados que Rough Trade, lo cual les dejaba en una mejor posición.

Robert Forster: “Mi sensación era que Rough Trade jamás hubiera podido manejar a más de un grupo a la vez, y ellos, obviamente, lo estaban haciendo bien con los Smiths”[2].

Robert Forster: “Rough Trade nos había abandonado y luego firmamos con Sire. De modo que contábamos con un gran presupuesto. Queríamos trabajar con John [Brand] de nuevo, y John nos llevó a Miraval, un estudio que su manager tenía en el sur de Francia. Había mucho más presupuesto que para Before Hollywood. Y la verdad es que Sire era una compañía discográfica más grande que Rough Trade. Además, Grant había escrito ‘Bachelor Kisses’, que sonaba como un hit. De forma que todo era como una clase de mundo diferente. Nosotros realmente no nos dimos cuenta de todo esto y realmente no lo hicimos hasta que llegamos juntos a Miraval, en el centro del sur de Francia, a millas de distancia de cualquier persona o cualquier otro lugar. La actitud de John hacia el disco -pensamos que acabaríamos de instalarnos para tocar en el estudio de una manera similar [a Before Hollywood]- fue que quería tomárselo de forma mucho más lenta. Además, tenía todas estas cuestiones sobre los tambores. No fue una experiencia tan agradable como Before Hollywood”[3].

Robert Forster acabó por describir la producción del disco como “un sonido contemporáneo londinense… [Brand] pensó que teníamos que hacer un disco competitivo, dentro de los términos de la radio comercial inglesa, que en ese momento era cosa de Howard Jones y Thompson Twins”[4].

La gran baza del que iba a ser su nuevo álbum se comenzó a gestar antes del regreso a Londres.

Grant McLennan: “Volvimos de pasar las Navidades en Nueva York habiendo perdido nuestra casa de discos en algún sitio a lo largo del camino. Esto lo escribí en Inmigración,  después de habérseme denegado la entrada en el Reino Unido. La primera persona que oyó la canción fue mi hermana. Dijo que Marianne Faithful debería cantarla”[5]. El tema al que se refiere McLennan es ‘Bachelor Kisses’, la prueba de que el cofre de los tesoros, inaugurado con ‘Cattle And Cane’ y Dusty In Here’, destrozaba las creencias de que un artista pop sólo tiene su momento una vez; que después, la fórmula se va estirando hasta que se agota por pura inanición creativa.

‘Bachelor Kisses’ no sólo es una de las gemas preciosas en la trayectoria de los de Brisbane, sino una de las canciones más arrebatadoras de la historia del pop: la canción que eleva el romanticismo a un ideal creíble de felicidad, que lucha por suplir idealismo por un anhelo pasional de realidad. ‘Bachelor Kisses’ supuso el comienzo de una serie de canciones con esta propensión temática para las que las imágenes se reflejan en primer plano, pero que al unirlas con otras escapan de los terrenos más obvios. ‘Bachelor Kisses’ enfoca a la empatía por subjetividad, el romanticismo en su forma más pura, tan lejana en cumplir sus deseos como cercana en los sentimientos que expresa.

R-3091825-1503931049-3576.jpeg

Robert Forster: “El romanticismo te permite soñar, ampliar, ver las cosas que podrían no estar allí, para observar las cosas que están allí y que no mucha gente ve. Eso es romanticismo. Cinismo, siempre y cuando no sea exagerado. Veo hermoso el cinismo, el trabajo de Billy Wilder; una especie de mirada caliente y fatigada del mundo, la voluntad de cuestionar las cosas, y que muchas personas se toman al pie de la letra. Si unes esto a lo romántico, creo que sucede una combinación encantadora”[6].

Este sentimiento descrito por Forster queda simbolizado en esta línea de ‘Bachelor Kisses”: “Don’t believe what you’ve heard / ‘Faithful’s’ not a bad word” [No te creas lo que has oído / Porque ‘fiel’ no es una mala palabra].

Robert Forster: Creo que se trata de una de una serie de canciones de Grant en las que trata de trazar lo que está pasando en un romance y cómo funciona. Estás en una banda y vas de ciudad en ciudad, ¿y cómo se construye una relación? Todo esto se extendió en un montón de canciones que hizo a lo largo de toda su carrera; sobre todo, hay un buen montón de ellas en la década de los 80, de principios y mediados de los años 80”[7].

Robert Forster: “[McLennan] era un compositor muy muy melódico. Grant era alguien que siempre podía tocar tres acordes -Do menor y Do sostenido o La-Re-Mi, algo así- y podrías pensar: ‘Está bien, cada melodía se agota en estos acordes’; entonces él volvía continuamente con nuevos pequeños giros. Era muy creativo con las melodías, era algo natural para él, de una manera más natural que para mí. ‘Bachelor Kisses’ fue algo que salió de forma muy natural y hermosa. Es asombroso”[8].

Tal como se deduce de las palabras de Forster, ‘Bachelor Kisses’ es una obra de arte en el sentido más profundo del término. No existe otra canción en todo el catálogo de los Go-Betweens que no sufra el efecto de comparación instantánea con este corte. Si ‘Cattle And Cane’ había llegado de improviso, ‘Bachelor Kisses’ lo hizo para confirmar a McLennan como uno de los grandes autores pop de su generación. Desde los primeros acordes de guitarra, el tiempo queda congelado en una suave ventisca armónica. Aflora la sensación de estar ante un momento inolvidable. Cada mínima inflexión que mueve ‘Bachelor Kisses’ redunda un acto reflejo incrustado en la memoria del oyente. Sobre todo en esa ruptura que se produce en el estribillo, sencillamente estremecedora.  Si a eso le añadimos el coro subyugante de Ana Da Silva[9], no queda otra opción que rendirse ante la evidencia de que estamos ante uno de los himnos en la nevera por antonomasia de la historia del pop.

Cómo no, ‘Bachelor Kisses’ iba a ser el tema estrella de Spring Hill Fair (Sire, 1984), el “difícil tercer disco” del grupo, la gran pincelada al cuadro final dispuesto. El caso es que para ‘Bachelor Kisses’ los Go-Betweens se empapan de la corriente synth que estaba en boga; en su caso, de una manera tan sutil que el manto sintetizado se integra con total naturalidad para acabar convirtiéndose en el clímax de la canción. Este tipo de arreglos fue parte de la influencia de John Brand en la producción, que derivó en una proyección más acorde a las producciones ochenteras y que tiene su máximo exponente en ‘Slow Slow Music’, un arrebato post-punk que acaba derivando en un sofisticado estribillo funk-pop. Si bien es cierto que los instrumentos quedan algo enterrados por la producción, no lo es menos que la canción funciona. Anda falta de nervio pero funciona.

‘Part Company’ es el otro extremo que polariza la atención de esta obra. Si en Before Hollywood las habilidades de Forster habían quedado soterradas bajo el calado emocional postergado en ‘Cattle And Cane’ y ‘Dusty In Here’, ‘Part Company’ se colaba directamente como uno de los puntos más reconocibles del imaginario que refleja Spring Hill Fair, representado en su inolvidable línea “that’s her handwriting / that’s the way she writes” [ésa es su firma, ésa es la forma en la que ella la escribe].

Robert Forster: “Esa línea provino de cuando yo tuve mi relación con Lindy. Estábamos en una casa en Sídney mientras estábamos de gira. Yo volvía con un amigo cerca del mediodía, y Lindy había dejado una nota diciendo que estaba en algún lugar, pero ella no la había firmado. Y yo dije: ‘Oh, Lindy ha salido’. Y la persona que estaba a mi lado me preguntó: ¿Cómo sabes que la nota es de Lindy’. Y yo le respondí: ‘Ésta es su letra. Ésta es la forma en que ella escribe’”.

“Escribí la secuencia de acordes de la canción en Londres, pero no podía llegar a una idea con las letras. Pero luego, tras decir esto, caí en la forma de la canción. Estaba ahí. Y me acordé de aquella frase. Y entonces, la canción empezó a moverse desde allí. Desde entonces, he escrito cosas mucho más narrativas, pero creo que con la memoria no siempre se consigue la historia completa. Hay cosas que sobresalen. La recolección de todas las cosas que sobresalen -momentos clave, cosas que brillan- te proporciona una mejor imagen que si vas en plan: ‘Entonces sucedió esto, después aquello y luego lo otro’. Es la manera en la que los novelistas escriben: se agarran y dependen de momentos con la esperanza que desarrollar toda una historia”[10].

Robert Forster: “Hay partes autobiográficas en la misma [‘Part Company’], pero también hay otras partes que son una mezcla de ficción, inventadas. No puedo imaginarme a mí mismo terminando una relación y luego escribiendo ‘Part Company’. Para mí, eso es demasiado obvio. Pero es algo que era real, aunque sea un par de líneas o un sentimiento, y luego seguir con él. En cierto modo, es lo contrario de ‘Spring Rain’. A veces algo está ahí en el papel, y ésa es la forma en la que te encuentras. Se trata de algo que te trae ciertos recuerdos, mientras que otras veces hay una gran cantidad de invención. Es algo que siempre he intentado -y no siempre conscientemente- mezclar. […] No puedo soportar a los compositores que son implacablemente confesionales. Me vuelve loco. Es como, ya basta. Los grandes en ese género -ya sean Dylan, Leonard Cohen, Neil Young o Joni Mitchell, quien tú quieras- no son implacablemente confesionales. Juegan mucho con las cosas”[11].


[1] Ware, Gareth: “The Go-Betweens: feature”, London In Stereo. Traducción del autor.

[2] Jones, Brian: “Gypsies in the fairgrounds”, Juke, página 10. Traducción del autor.

[3] Garratt, John: “Between the stripes of that sunlight sound: an interview with the Go-Betweens”, Popmatters. Traducción del autor.

[4] Bell, Steve: “A look back at The Go-Betweens’ 1984 classic Spring Hill Fair”, The Music.Com-Au, 26/09/2014. Traducción del autor

[5] Ibídem, página 25

[6] Bell, Steve: “A look back at The Go-Betweens’ 1984 classic Spring Hill Fair”, The Music.Com-Au. Traducción del autor

[7] Tom Magazine: “Interviews: The Go-Betweens”. Traducción del autor.

[8] McMillen, Andrew: “Robert Forster: 15 songs about Brisbane”, Collapse Board. Traducción del autor.

[9] Miembro de The Raincoats, firmantes de algunas de las obras más arrebatadoras de la explosión post-punk.

[10] Keyes, J.Edward: “Robert Forster talks the early years of the Go-Betweens”, Wondering Sound. Traducción del autor.

[11] McGregor, Jody: “These Are Central Things To Me”, Mess+Noise, 02/09/2012. Traducción del autor.