Vladimir Nabokov y el mito literario de «Lolita»

La fecha del 23 de abril, Día del Libro, es un referente literario de vida y muerte. El 23 de abril de 1564 nació William Shakespeare, que moriría en igual fecha de 1616, el mismo año y día que expiró Miguel de Cervantes. También el 23 de abril de 1981 falleció el escritor catalán Josep Pla. Y el 23 de abril de 1999 se cumplían cien años del nacimiento en San Petersburgo Vladimir Nabokov, el autor de la celebérrima y controvertida novela Lolita, luego trasladada al cine en versiones de Stanley Kubrick y Adrian Lyne.

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Vladimir Nabokov

Vladimir Nabokov, cuyo verdadero nombre era Vladimir Sirin, nació en el seno de una familia aristocrática y cercana al poder, con la que vivió en Rusia durante 17 años, hasta que tuvieron que huir amenazados por la Revolución del 25 de octubre de 1917, cuando Lenin anunció la caída del gobierno provisional de Kerensky, al que pertenecía su padre como ministro de Justicia, y el paso del poder a los soviets. La familia Nabokov tenía tres fincas en los alrededores de San Petersburgo -Bátovo, Rozhdéstveno y Vira-, donde generalmente iban en verano.

Nabokov se trasladó primero a la península de Crimea con su padre Vladimir Dmitrievich, uno de los fundadores del Partido Constitucional Democrático, y después a Europa para no regresar jamás a la Unión Soviética. Nabokov fue irreductible en su odio visceral al marxismo, y a los totalitarismos, pero nunca quiso votar, y sus opiniones sobre asuntos sociales y políticos podían ser irritantes e intempestivas. Estudió en Cambridge (Reino Unido) y pasó a residir en Estados Unidos, dedicándose a la entomología y a la literatura. Con el obligado y doloroso exilio, tuvo que cambiar de idioma y escribir en ruso, alemán, francés e inglés, aunque fundamentalmente redactó 10 novelas en ruso y 8 en inglés. Steiner acuñó el concepto extraterritorial a propósito de Nabokov. El escritor extraterritorial abandona su lengua o, mejor dicho, se instala con ella en otra. Nabokov es extraterritorial, como Oscar Wilde, Samuel Beckett y Juan Larrea, que escribieron en inglés y francés y en español y francés, respectivamente. Además de su obra emblemática, Lolita, consiguieron fama su autobiografía Habla, memoria y los libros como Otras riberas, La verdadera vida de Sebastián Knigt, Parada y Ada o el ardor, posiblemente su mejor creación literaria escrita en plena madurez en 1969, pero que en ningún caso igualó en popularidad y ventas a Lolita.

La casa natal del escritor ruso-americano, ubicada en la calle Bolshaya Morskaya, 47, de San Petersburgo, está siendo el punto de encuentro de los actos que vienen conmemorando el nacimiento de un autor cuya densa obra estuvo prohibida en su tierra hasta principios de los años ochenta. Los rusos tuvieron que esperar la llegada de Mijail Gorbachov y su efímera pero algo útil «perestroika» para poder leer en su idioma las obras del compatriota Vladimir Nabokov. Sus primeras publicaciones en la URSS datan de finales de los años ochenta, tres años después de la muerte del escritor (que escribió su primera novela en ruso en 1926 y la última en inglés, en 1974).

Actualmente, en la convulsionada Rusia del ulcerado y tambaleante por temulento Boris Yelsin, Nabokov es un novelista muy editado. En 1990 aparecieron sus Obras Escogidas en 5  tomos y también han visto la luz los Cuentos completos, estudiándose además su dimensión y su inclasificable lugar dentro de la historia de la literatura, donde su brillante artificio ha logrado superar las barreras del tiempo, la censura y las traducciones. Hoy, recuperado por editoriales antes renuentes, universidades y programas escolares, Vladimir Nabokov vuelve a ser un punto de referencia para la cultura rusa. Nabokov se encuentra entre los escritores más recomendados a los escolares rusos. Su novela Invitación a la ejecución es de las más leídas por ellos. También el último manual escolar de literatura, publicado en 1996,  incluye un extenso artículo sobre su vida y obra.

Ruso blanco, Nabokov fue novelista en ruso, francés, alemán e inglés. Nadie le ha superado en esta condición extraterritorial. Tradujo del inglés y del francés al ruso. Espléndido narrador, magnífico memorialista, agudísimo crítico, pulcro traductor, su perfil es de una extrema modernidad. Desarraigado por el exilio, sin nación que soportar a sus espaldas ni banderas que enarbolar. Nabokov se adaptó a las circunstancias geopolíticas, pero siempre deploró el obligado abandono de su «libre, rica, infinitamente libre lengua rusa».

La Fundación Nabokov de San Petersburgo celebra por estas fechas un festival sobre la obra del escritor, dentro de unos actos de conmemoración que culminarán con una gran velada en el teatro de ópera y ballet Maríinsi. Además, está previsto un festival de cine dedicado al escritor y un seminario internacional bajo el tútulo de Pushkin y Nabokov. Estos actos culturales complementan los celebrados en septiembre de 1998 en la Universidad de Cornell (Estados Unidos) donde enseñó Nabokov, consistente en un ciclo de películas, exposiciones, debates y lecturas. Nabokov fue profesor en el departamento de ruso de la citada Universidad entre 1948 y 1959, posiblemente el período más prolífico y durante el cual no sólo se dedicó a coleccionar mariposas, sino que también escribió Lolita.

Nabokov fue el autor del mito literario de Lolita, la última ficción erótica de nuestra cultura. La historia de amor como una pasión maldita y desatada. El primer esbozo de Lolita se escribió en ruso en 1939 y fue traducida por el hijo de Nabokov al inglés con el título de The encharter (El hechicero). Lolita aparecería en 1955. Prohibida en Francia e Inglaterra, tardó 3 años en publicarse en Estados Unidos. Es un libro que no tiene nada que ver con la pornografía. Es una novela moral, aunque sin moraleja: la historia de Humbert Humbert, un profesor universitario que construye su autodestrucción sin poderlo evitar. Por el cuerpo de Lolita dio el alma. Por eso en la cárcel, donde penará y morirá condenado, inicia su confesión escrita con estas palabras inequívocas: «Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía». Pero la novela es también la historia de una sociedad estúpida y de una familia irrisoria.

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La historia de Lolita está jalonada por polémicas y escándalos. El profesor cuarentón se enamora de una niña de 14 años. Es un argumento corriente. El profesor que se enamora de la alumna o ésta del profesor. A partir de ahí, Nabokov traza una novela magistral. Para estar cerca de ella alquila primero una habitación en la casa de ésta y más tarde se casa con su madre. En la novela la heroína cuenta tan sólo con 12 año. Hay quien ha interpretado Lolita como una metáfora del love-affair del autor con la lengua de Shakespeare. Se la calificó desde «una nueva metamorfosis de Tristán» y «una novela genial», hasta «el último libro más divertido que haya leído nunca»; se la ha descrito ya como «la vieja Europa corrompiendo a la joven América»; también como «una penetrante exposición de la adolescencia crónica y el materialismo sustancial de los norteamericanos», o como »una obra maestra diabólica. Humbert Humbert está marcado en su adolescencia por un amor hacia una adolescente. El tifus se llevó a la pequeña bañista de la Costa Azul y el personaje se siente incapaz para unirse a su primera mujer. Su carácter, las circunstancias exteriores, todo parece conjugarse para impedirle permanecer en el camino recto. Entonces aparece en su vida Lolita, hija de su huéspeda de Nueva Inglaterra. Con objeto de estar junto a la muchacha, se casará con la madre. Pero la señora Haze pronto interfiere en la vida de su marido y descubre, horrorizada, su diario. El furor que se apodera de su corazón al leerlo la hace –accidentalmente- perecer bajo las ruedas de un coche. Mister Humbert quedará como tuto de la huérfana, entregándose a las orgías de que es capaz en su estado de adoración; Lolita, falsa virgen, le obliga a convertirla en su amante y a viajar en su compañía. La muchacha provoca por todas partes pasión para dolor del cuadragenario, que trata de liberarla de la curiosidad de los demás y de librarse de la perversidad y de la perversión de la turgente ninfa. Para ello tiene que jugar dos papeles: el de severo protector y el de tórtolo dócil. Lolita terminará abandonándole por otro miserable cuadragenario, y Humbert matará a Quilty para que «el espíritu de Lolita viva siempre en las generaciones futuras», cuando ya la muchacha, tras un periplo por América, se haya casado.

La historia de Lilita y Humbert produjo graves escándalos en la hipócrita sociedad de la época. Volviendo a la novela, y teniendo en cuenta al protagonista y su tara psicológica, es el relato de una pasión pura, íntegra que hace al criminal más simpático para el lector que a la víctima. El estilo narrativo es perfecto, con influencias de Proust y Joyce en el conjunto de la visión temporal del autor sobre los hechos. Oscilando entre la picardía, para evitar el melodrama y el humor para no atentar contra el pudor, Nabokov traza sin la menor falta de gusto esta odisea psicológica de un hombre que paga con un infierno interior su imposible y anhelada dicha.

Lolita fue llevada al cine en dos ocasiones. La primera (1962), excepcionalmente, de la mano de Stanley Kubrick, con James Mason, Shelley Winters, Sue Lyon y Peter Sellers. Antes de que James Mason fuera contratado para el papel, Noel Coward y Lawrence Olivier fueron solicitados para el rol protagonista del profesor universitario Humbert Humbert. En esta producción fueron censuradas algunas escenas eróticas. La segunda versión, interpretada por Jeremy Irons, resultó un fiasco, según la crítica. Su hijo Dimitri Nabokov y el guionista Stephen Schiff acudieron a la universidad norteamericana de Cornell para un pase especial de esta versión de Lolita de Adrian Lyne, antes de su accidentado estreno en Estados Unidos.

Nabokov falleció en Suiza en 1977, país en el que se refugió para morir y que se convirtió en un lugar de referencia en sus novelas.

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Este artículo se publicó en la revista Jano. Medicina y humanidades el 23-29 de abril de 1999. VOL. LVI Nº 1297. Su autor es Juan Soto Viñolo.

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