Y el mundial ya (casi) está aquí (IV)

Una vez repasado el continente africano toca adentrarse un poco en el que seguramente haya sido el continente “pobre” de los mundiales. Todo esto si obviamos Oceanía, que desde que Australia se mudó a la confederación asiática ha quedado en un limbo que sólo un mundial de 48 equipos, adjudicándole al menos una plaza fija, puede solventar ya que a día de hoy tiene que jugar repesca con la Concacaf o la Conmebol, varía en cada competición, y saltar de enfrentarse a Tahití, Nueva Caledonia o Islas Salomón a hacerlo contra Perú parece, a día de hoy, un salto demasiado grande. Pese a todo, también es justo recordar que en el mundial de Sudáfrica la única selección que salió de allí invicta, tres empates, fue Nueva Zelanda con más pasión y orgullo que buen juego.

Pero estamos con Asia y siempre ha sido tradicionalmente una confederación a remolque de África, en el que eran las dos confederaciones que seguían estando por detrás, repito que descontando Oceanía, y el despertar africano pareció oscurecer a Asia definitivamente pese a la buena actuación de Arabia Saudí en 1994. Pareció despertar en el 2002 con Corea del Sur y Japón, aunque la primera con bastante polémica en sus arbitrajes, polémica que curiosamente no tuvo la otra anfitriona, Japón, y consiguieron romper la barrera de cuartos antes que África.

Sin embargo, el panorama actual tampoco es demasiado alentador para Asia en el que el primer factor en contra ha sido un sorteo en general no demasiado benévolo. Podemos empezar fijándonos en Irán, que le ha tocado lidiar con España, Portugal y Marruecos. A priori parece poder pelear con los marroquíes, pero también parece estar a años luz de ambas selecciones europeas. Lo mejor que le podría pasar es que su mundial valga para mostrar a nuevos talentos que sean fichados por ligas más competitivas, algo así como ya pasó con gente como Nekounam que a la postre tuvo una buena carrera jugando en Osasuna.

Las mayores esperanzas del país vendrán de las botas de Sardar Azmoun cuyo apodo, el Messi iraní, no parece demasiado intimidatorio para sus rivales. También es cierto que igual que en su día el apodo de el Maradona de…  estaba más que extendido, ahora le toca a lo de el Messi de… por lo que la mayoría de países pequeños tendrán su propia pulga. Sus números tampoco es que asusten, porque lleva ya siete temporadas en Rusia y en su mejor temporada sólo ha alcanzado los nueve goles en liga. Sin embargo son virtudes son más de juego y asociación que de finalización, e Irán por tradición ha sido un equipo más estético que contundente.

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Lo de Arabia Saudí ya es punto y aparte, nunca se ha llegado ni a acercar al nivel exhibido en 1994 pero su equipo actual intimida. Sí, es verídico, Arabia Saudí intimida por el cuñadismo futbolero ¿Qué ha ocurrido? Pues que estas navidades, en una operación de difícil explicación, han llegado nueve futbolistas saudíes a nuestra liga. Si a alguien no le suena es normal, porque tuvimos la noticia de su llegada y desde entonces la noticia es que no rascan bola en sus equipos. Pero claro, en algunos países llegan los cuñados de turno, cogen el álbum de cromos Panini y empiezan a ver equipos como Villarreal o Leganés, y es entonces cuando dice “¡Cuidado, que están en la liga española”, y ya la hemos liado. Sí, parece una tontería pero es verídico, pero ¿acaso no es lo mismo que pasa en todos los torneos de baloncesto? “¡Cuidado que tienen dos fulanos en la NBA!” Luego a lo mejor no juegan ni un minuto, pero están en la NBA y acojonan.

Pues de toda la tropa se suponía que el mejor es Yahya Al-Shehri que también es conocido como ¡Adivinad! El Messi asiático, exactamente.  Con este panorama lo que parece más probable es que Arabia se vaya del mundial sin pasar de la primera ronda, e incluso sin puntuar. Quizá su mayor oportunidad pueda ser el partido contra Egipto, entre otras cosas por ser ambos equipos árabes y por la rivalidad que puede surgir ahí.

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Australia, por su parte, regresa de nuevo a un mundial ya asentada como uno de las selecciones a tener en cuenta en Asia. Seguramente con un equipo de algo menos nivel que en otras ediciones, pero con un sorteo en apariencia más benévolo en el que tendrán que enfrentarse a Perú, Dinamarca y Francia. En principio sólo Francia parece muy por encima, pero ojo con Dinamarca que podría terminar siendo una de las sorpresas del mundial.

De Australia queremos destacar al de casi siempre, a Tim Cahill que vuelve a ser fundamental para su país con el que sigue marcando con regularidad. Sí, somos muy de Tim Cahill porque es un auténtico guerrero del césped, quizá por su origen samoano que le lleva a tener una fe guerrera inquebrantable. La de un trotamundos que jugó con Samoa en categorías inferiores, pudo hacerlo por Inglaterra, su padre es inglés, e incluso fue llamado por Irlanda para jugar el mundial 2002. Pero finalmente escogió el país donde nació, Australia. Técnicamente no es de los mejores, pero lo suple con una voluntad de hierro. La misma que le hace destacar en el juego aéreo pese a no ser excesivamente alto.