El 10 de Julio de 1979, los ‘80 comenzaron con cinco meses de antelación. La causa: la publicación del single Don’t Stop ‘Til You Get Enough (Epic, 1979).
La prueba más reluciente de la reciente colaboración entre Quincy Jones y Michael Jackson, estamos ante un huracán en chaqué y pajarita que “prácticamente te lleva de la mano a la pista de baile, el remolino cósmico de las cuerdas te envuelve por completo, el placer fluido (“I’m melting” [me estoy derritiendo]) del falsetto embelesado de Michael, es capaz de deshacer toda resistencia y armadura. Es una canción de amor al baile mismo”[1].
Tal choque de personalidades de había dado con el concepto que iba a anticipar el súper pop, que tanto influenció a productores del new pop, como el tan díscolo como genial Trevorn Horn, y mente en la sombra de Lexicon Of Love (Vertigo, 1982) de ABC, una obra clave en la consolidación de las superproducciones que se empezaron a estilar en los ’80 dentro de un formato new pop, engrasado con fibra pop-funk de articulaciones bañadas en música disco. Hasta Gareth Garthside, la mente detrás de Scritti Politti, acabó renegando de su plantilla de post-punk Deleuze-marxista por la despampanante matemática rítmica sembrada por ‘Don’t Stop ‘Till You Get Enoug’. Increíblemente, el single nace desde la vision de un Quincy Jones más conocido por otras ramas de la música negra bastante alejadas de la fiebre disco.
Michael Jackson: “Quincy no había hecho mucho música de baile antes de Off The Wall, etc. Así que en «Don’t Stop ‘Till You Get Enough’, ‘Working Day And Night’, y ‘Get on the Floor’ Greg y yo trabajamos juntos para construir una pared más gruesa de sonido en el estudio de Quincy. ‘Get On The Floor’, aunque no fue uno de los singles, fue particularmente satisfactoria porque Louis Johnson me proporcionó un fondo lo suficientemente suave para cabalgar sobre los versos y permitirme volver más fuerte y más fuerte con cada estribillo. Bruce Swedien, ingeniero de Quincy, dio los toques finales a esa mezcla, y sigo sintiendo un enorme placer cuando la escucho”[2].
Desde el primer segundo que suena ‘Don’t Stop ‘Til You Get Enough’, la sensación es la de estar ante una bomba de relojería, muy precisa. Así, nada más abrirse el telón, Michael aparece cantando con la voz sobrecogida sobre una línea de bajo robótica. Durante esos primeros 15 segundos se fragua una sensación de incertidumbre que al momento va a explotar mediante un remolino de cuerdas trenzadas, que parecen estar colándose por cada poro del cuerpo.
Michael Jackson: “‘Don’t Stop Till You Get Enough’ tenía una intro hablada sobre el bajo, en parte para construir la tensión y sorprender a la gente con las cuerdas y los remolinos de la percusión”[3].
Todo fluye sobre una guitarra heredada de una transfiguración funky de la banda de Fela Kuti, que suena a percusión africana, mientras el sencillo ritmo de batería brota lento y seguro. La sensación de espacio creada es tan ancha que resulta imposible no ocuparlo en pleno éxtasis quiebra-huesos. Es en ese momento cuando aparece Michael imbuido en un falsetto tenso como la piel de tambor. Su voz se multiplica a diferentes niveles. Mientras estira al máximo sus cuerdas vocales, una segunda voz nace como el eco embelesador de su interpretación.
Michael Jackson: “‘Don’t Stop ‘Til You Get Enough’ también fue inusual debido a mi arreglo vocal. En ese corte canto en overdubs, como si fuera una especie de grupo. Escribí yo mismo una parte alta, que yo solo con mi voz no podría haber llevado, para encajarla con la música que estaba escuchando en mi cabeza, así que dejé que el arreglo tomara forma a partir de mi parte cantada”[4].
Una vez dentro del cuerpo rítmico creado por niveles, ya no hay escapatoria. Cuando Michael llega al estribillo, sabes que su significado puede interpretarse de diferentes formas, pero, dentro de la espiral de feromonas funkis que sobrevuelan, no pueden significar otra cosa que eso mismo: “No pares hasta que no hayas tenido suficiente”. Sin duda, la maquinaria construida te engulle dentro de una plataforma estroboscópica dentro de la que cada parte de tu cuerpo está recibiendo una fila de pellizcos que consiguen dar vida hasta a los músculos que parecían ya muertos. La excitación se palpa a cada roce con su sonido orgiástico. ‘Don’t Stop ‘Till You Get Enough’ es puro sexo, irradia unas ganas irrefrenables por quemarse sobre las brasas de la pasión.
“El estribillo simplemente repite las líneas “Keep on with the force don’t stop / Don’t stop ‘til you get enough” [Sigue con la fuerza, no te detengas / No lo dejes hasta que tengas suficiente]. Esto podría referirse a la danza o el sexo o simplemente al deseo de amar. El estribillo también es relativamente vago. Sólo sabemos que Jackson quiere que el objeto de su canción “Just love me ‘til you don’t know how (ooh)” [Sólo ámame ‘hasta que no sepas cómo (ooh)]. El segundo verso es más explícito: “Touch me and I feel on fire / Ain’t nothin’ like a love desire (ooh)” [Tócame y me sentiré en llamas / No hay nada como un deseo de amor (ooh)]. Las exclamaciones nos hacen pensar en el clímax sexual. Son una de las convenciones de la firma Jackson, que utilizó a lo largo de su carrera musical. En este verso Jackson está expresando un deseo de ser tocado y cómo le excita ser tocado. A diferencia de posteriores singles de Jackson, él no utiliza las palabras ‘chica’, ‘ella’ o ‘su’, dejando el objeto de su deseo ambiguo. Esto permite que cualquiera, él o ella, pueda proyectarse en la perspectiva del cantante. El cantante es el portavoz de la comunidad, al igual que el predicador lo es en la iglesia Negra o el cantante de blues en el club local. Jackson está expresando los deseos de la comunidad a la que está ayudando a crear en esta canción. No es ni heterosexual ni homosexual. ‘Do not Stop’ [No pares] nos permite expresar nuestra sexualidad de la manera que queramos”[5].
Sexo y baile unidos en un mismo propósito, precisamente, la finalidad máxima de esta canción es hacerte bailar hasta entrar en trance sexual. Para ello se nutre de la cultura que va de la percusión africana hasta las líneas de bajo funk de los discos de James Brown y George Clinton. La mezcla es sencillamente irresistible. La perfección de esta canción parte de una genial incongruencia: la tribalidad que detona cada tintineo o toque de percusión, expresado por un carrusel de sonidos que se mueven con total libertado sobre la línea recta, se encuadra dentro de una cuadro rítmico de embriagadora exactitud. Dos continentes que siempre han sido uno solo, de repente, han sido enfocados dentro de un mismo plano: aparte de avistar el pop-funk que vendrá en los ’80, ‘Don’t Stop ‘Till You Get Enough’ es el codón umbilical que coexiste entre los dos extremos de la música africana.
Seis minutos de subidón irrefrenable, el sprint final ya es pura adrenalina que se va disipando mediante un progresivo final en caída que se niega a acabar. La dinámica es tan sobria y física que podría durar eternamente.
Michael Jackson: “El desvanecimiento del final fue increíble, con guitarras picando como kalimbas, los pianos africanos. Esa canción significa mucho para mí porque era la primera canción que escribí en su conjunto”[6].
Siendo la primera gran composición en solitario de Michael, ésta no podría haber sido más impactante. Sin darse cuenta, el pop había cambiado para siempre, su alianza con Quincy Jones había puesto todas las piezas del tablero patas arriba. Como no podía ser de otra manera, esta bomba revienta discos se coló directamente en el número uno de las listas de ventas. Su conquista se cernió desde Estados Unidos hasta Australia y Europa. Michael había plantado la semilla del imparable crecimiento de su figura en los ’80, pero también había dotado de nuevas ambiciones al mundo del pop, perdido entre revueltas punks, choques progresivos, egomaníacos del rock y discos conceptuales.
Michael estaba siguiendo la tradición de la música total, llevándola más lejos que nunca. Tal como lo ve el crítico Simon Reynolds: La “música total” ocurre gracias a la sinergia del talento, el financiamiento irrestricto, una idea realmente buena… y algo más: un impulso sobrehumano, esa “cosa especial” que, según Tom Wolfe, tuvieron las misiones de la NASA a la Luna. Me puedo imaginar ese deseo intangible mezclado con la música de ABBA, con los clásicos de los Beatles, con Phil Spector, con Brian Wilson. Una buena parte de la música que adoro y que posiblemente significa más para mí que el “pop total” proviene de artistas que eran, a la vez, más ingenuos y, en cierto sentido, más enfocados en sí mismos, narcisistas e idiosincráticos que Jackson. Pero no puede negarse la carga especial de la que está imbuida la música hecha por personas que saben que están haciendo historia y que pueden confiar en llevarla al mayor escenario imaginable”[7].
De necesidades faraónicas, ‘Don’t Stop ‘Til You Get Enough’ es la máxima representación del pop como una instantánea de grandioso sonido en cinemascope. Su hambre pantagruélica. Esta canción está diseñada para dominar el espacio, mientras se cuela por cada uno de los poros del esqueleto e inocula veneno almibarado en la espina dorsal, como un terrón de hielo azucarado. Tiene la fuerza del punk estratosférico de los Sex Pistols, pero te tumba con un beso lento y húmedo en los labios. Su poder de atracción es como el de un hechizo de madrugada. La noche cobra vida, y esos violines ya siempre se quedarán revoloteando entre los aposentos del subconsciente esperando a despertar la lívido a la más mínima ocasión. Placer en estado candente. Sencillamente irresistible.
[1] Hoskyns, Barney: Jackonismo, Caja Negra, Buenos Aires, página 49.
[2] Jackson, Michael: Moonwalk, Alba editorial, 2010, página 68.
[3] Ibídem, página 68.
[4] Ibídem, página 68.
[5] Sidney Bayer, Konrad: “The Semiosis of Soul: Michael Jackson’s
Use of Popular Music Conventions”, página 53. (Traducción del autor.)
[6]. Jackson, Michael: Moonwalk, Alba editorial, 2010, página 68.
[7] Reynolds, Simon: “Michael Jakson por Simon Reynolds, un adelanto de “Jacksonismo”, Los Inrocks.