Barcelona, ciudad cateta: es tan difícil hacer amigos

Barcelona, ciudad de fenicios, se ha sabido siempre vender muy bien. Que si es una ciudad cosmopolita, que si los barceloneses son tan abiertos, que si hay tanto ambiente…

La realidad es muy distinta. Barcelona es una ciudad dura, hostil y cerrada a cal y canto.

Es tan difícil, aquí, en Barcelona.

Un rasgo esencial y único de esta ciudad es su endogamia putrefacta. En Barcelona, la gente se organiza a base de clanes -ya sea la pareja sentimental o el grupito de toda la vida- que actúan como compartimentos estancos, blindados a conciencia e impermeabilizados para impedir la entrada de cualquier intruso. Ni la monarquía, tú.

Si intentas entrar en un grupo, te cierran la puerta en las narices.

Quillo, abre la puerta o la ventana, deja entrar o salir a alguien, que ya apesta. 

Ni caso.

Ahora, «cuando tengo un evento, ahí sí que te invito. Y tú te vienes. El resto del año, paso de ti como del aire. Pero a mi evento, te invito y tú vienes».

Este proceder endogámico putrefacto no es inocuo; tiene graves consecuencias que generan una dinámica característica únicamente de la ciudad de Barcelona, y que la convierten en un territorio de miasmas. Al tener los barceloneses su vida hecha y los planes de fin de semana asegurados, ya sea con su parejita o con su grupito, el resto de personas pasan a un plano de usar y tirar. De ahí, «como no te necesito para nada, te trato como un trapo».

Se dan dinámicas del tipo:

«Ay, que se ha puesto a llover. Quedamos otro día».

Mensaje enviado media hora antes de la cita

«Ay, que al final no vengo. Quedamos otro día».

Mensaje enviado media hora antes de la cita

«Ay, mira, me ha llamado fulanito. Pues no le contesto».

usw. 

En cualquier otro lugar por semejante comportamiento, como mínimo, te lapidan, pero aquí, en Barcelona, no pasa nada; es el proceder habitual.

¡Ni en el salvaje oeste!

La sociedad barcelonesa carece de unos valores en torno a las relaciones humanas, sobre cómo deben tratarse las personas, ya sean amigos o conocidos. Además, son desagradables y maleducados, no tienen modales.

Barcelona es un estercolero social.

**

«Cruzo los dedos» de Doble Pletina

 

 

Doble Pletina

6 comentarios en «Barcelona, ciudad cateta: es tan difícil hacer amigos»

  1. Estoy totalmente de acuerdo con el artículo sobre Barcelona. Por fin alguien confirma lo que yo he pensado siempre!
    Hice más amistades en cinco años en la «fría y distante» Alemania, que en más de 40 años en Barcelona, dónde todos son tan «abiertos» y » simpáticos».

    1. ¡Hola, Andrés!
      Muchas gracias por tu comentario, de verdad.
      Sí, aquí en Barcelona hacer amistades es misión imposible. Yo tb hice muchos más amigos viviendo en Austria que aquí en esta ciudad tan cosmopolita.

  2. Coincido muchísimo con lo que dices….

    Me ha pasado alguna vez que cuando por fin logramos quedar los compañeros de trabajo (a semanas vista porque tienen todos los planes ya organizados ) cuando llegamos dicen cosas tipo: «bueno en 1 hora me tengo que ir porque tengo una cena»… No sé pero de donde yo vengo si quedas con alguien, quedas con alguien, especialmente si nos ha costado tanto cuadrar una fecha (no por mí, sino por ellos). Me parece una falta de respeto.

  3. Depende en cierto sentido. Hay muchos factores que entran en juego también, la disposición, el grado de timidez, si eres introvertido. Lo que sí está claro es que los catalanes son más cerrados en ese sentido. Es verdad que ya tienen sus grupitos montados, inamovibles eso lo he notado mucho. Si eres de fuera, y vienes a Barcelona, hacer amistad con un catalán es tarea difícil. Yo soy italiano y estuve cursando estudios en una universidad catalana por 4 años seguidos. En 4 años, nunca he recibido invitación de algún compañero “ catalán” para salir a tomar algo, o hacer cosas juntos. Y la gente con la que quedaba eran para temas de trabajo, o de la uni. Luego desaparecían, y si le escribías para quedar, tr dejan el mensaje en visto, o te dicen que tienen exámenes, cuando luego miras su insta y está con sus amigos. En cambio, si he podido entablar algunas relaciones con gente de fuera como yo. Si eres extranjero, harás amistades seguramente con extranjeros. Casi siempre es así. Luego Hay excepciones como en todo.

  4. Buenas, yo la verdad es que no he podido sentirme más identificado con el post. A ver, tampoco los veo tan desagradables como tú comentas pero mi experiencia ha sido muy parecida. Soy malagueño, muyyyy extrovertido y en Barcelona hacer amigos es tarea imposible, mucho más difícil que en otras ciudades, como Londres, donde sí he vivido. Es una ciudad dura de cojones, aparte cuando por fin conoces a alguien, no te introducen en sus grupos ni de coña. Incluso invitarte a su casa es toda una epopeya. Mira que he vivido en distintas ciudades pero nunca me he sentido tan solo como en Barcelona. Es flipante, son lo más cerrado que he visto en mi vida y también extremadamente clasistas. Incluso por la noche, con copas de mas, si te acercas a alguien te miran como «quién coño eres tú». Es alucinante. Ciudad abierta en sus sueños, vamos. No les veo mala gente pero cerrados de cojones sí. No volvería ni aunque me ofreciera un trabajo de 5.000 euros al mes. Una cosa que me llamó mucho la atención es que incluso la población latina, que son muy abiertos en general, allí se había catalanizado, eran más secos y cerrados. En fin, vaya city, para el que la quiera. Superficial, cruda y muy solitaria. Y eso en un país como España, que somos de los más abiertos de Europa. Para flipar.

  5. Lamentablemente, todo esto que dices, es una realidad. Yo llevo viviendo aquí 9 años. Sorprendentemente todos mis amigos si que son catalanes, algo difícil. Pero lo de la impermeabilidad de los grupos es así. Muy poquitas personas me han dicho «he quedado con unos amigos, vente». Incluso a sabiendas de que, sin ese plan, pasarás el domingo sola.
    Para pertenecer a un grupo únicamente hay dos formas. O eres uno de los fundadores o eres pareja de uno de ellos. No hay más.
    Siempre me ha llamado poderosamente la atención. Y es que es algo que ellos mismos también sufren, nunca he escuchado a tanta gente sentirse sola como aquí (incluso siendo barceloneses).
    Me he topado con gente maravillosa, que son buenos amigos, pero sin mezclar. Y es que cada vez tengo más claro que Barcelona es una ciudad donde hay mucha gente de todos lados. Pero si los nativos crean un cordón de seguridad para que nadie entre… Lo de ser cosmopolita… Para mi es otra cosa. No descarto irme, creo que soy demasiado joven para sentir así la soledad. Qué dejo para cuando sea mucho más vieja?

Los comentarios están cerrados.