Tras nada menos que 67 años, al fin una editorial española se ha dignado en traducir la única novela del primer punk – sí, punk,- de la historia del pop: el genial Woodie Guthrie.
Ya en la calle desde hace un mes, Anagrama ha cumplido el sueño de todos los que intentamos profundizar entre el faraónico legado del bardo de Oklahoma; uno que sobrepasa la friolera de tres mil canciones. El complemento ideal a obras tan seminales como Dust Bowl Ballads (RCA, 1940), su obra pivotal, entre las páginas que se suceden en Una Casa de Tierra podremos comprobar la prosa nerviosa de una persona que no entendía el proceso creativo sin una causa activa; un hombre cuyo lema tatuado en su guitarra lo dejaba todo claro sibilino: “This Machine Kills Fascists” (“Esta máquina mata fascistas). En consecuencia, la historia que encierra esta obra sigue las directrices de toda su producción musical; en este caso, otra pincelada más sobre el gran fresco de las tristes consecuencias de La Gran Depresión. Pero más profunda si cabe; la prueba final de que en las entrañas de Guthrie nunca hubo descanso para su guerra; sólo al final, cuando en el psiquiátrico podía subirse a la mesa y gritar: “Soy comunista”. Como diría años más tarde, casi en el lecho de muerte, ese fue el momento de su vida en el que se sintió más libre.
Ambientada en los ’30, la historia de este matrimonio pobre que vive en una triste chabola de Texas servirá como excusa para mostrar toda la degradación humana y moral que guiaba los impulsos de una sociedad aturdida y desvencijada; una de la que las clases más “pudientes” se aprovecharon sin la más mínima compasión.
Narrativa de claro perfil Guthrie, probablemente este sea el documento que, junto a la notable película sobre su vida Esta Tierra en mi Tierra (1976), más nos dirá de la persona que hizo del folk la herramienta desde la que poner voz a todos los desarraigados y desfavorecidos; esos con los se colaba en los vagones mientras les armaba de valor al son de cantos a la libertad tan sobrecogedores como “This land is your land”.