Una invención diabólica: Verne y Zeman

Una_invencion_diabolica-522871771-largeTras el éxito que supuso Viaje a la Prehistoria (Cesta do Pravěku, 1955), el checo Karel Zeman encaraba una nueva producción escogiendo, de nuevo, un relato del escritor francés Jules Verne como base. No sería la última vez que se formase tal binomio, ya que el imaginario de Verne encajaba como un guante dentro del mundo de Zeman. En esta ocasión la novela escogida sería Ante la Bandera (Face au Drapeau, 1896), tomando la línea argumenta aunque añadiendo ideas de otras novelas del mismo autor.

En Una Invención Diabólica (Vynález Zkázy, 1958) Zeman recurre a una elegante fotografía en blanco y negro, evocadora de los grabados de los libros de aventuras, y va más allá respecto a su anterior película, arriesgando en su concepto y dándole mayor protagonismo a los decorados de cartón, conformando así un universo plisado en el que destacan, precisamente, su infinidad de líneas rectas que incluso forman el cielo. Una estética que se revela como una inequívoca evocación del mundo de George Méliès  y, sobre todo, a la inmortal Viaje a la Luna (Le Voyage Dans la Lune, 1905). Sin olvidarse de sus criaturas en stop motion, mención especial a las criaturas submarinas, Zeman dota a su película de una versión propia de un decorado teatral a prácticamente cualquier elemento que sale en escena, ya sea maquinaria, vehículos, e incluso trajes de buceo.

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Argumentalmente también es una mejora notable respecto a Viaje a la Prehistoria, con una historia mucho más elaborada y que adquiere un protagonismo que no conseguía en su anterior producción, pese a que su diseño artístico sigue comiéndose a todo lo demás y que siga provista de un aura de ingenuidad más propia de producciones juveniles. La trama gira en torno a un científico inventor de un poderoso arma (evocadora de la bomba atómica) que es utilizado por el malvado millonario Artigas, quien le mantiene engañado pensando que trabaja por el bien de la humanidad oculto en su base, que simula ser una isla con un enorme volcán. Los hombres de Artiga actúan como piratas, abordando barcos con ayuda de un submarino. En uno de sus ataques secuestrarán, sin saberlo, a Jana, la hija del inventor, quien formará una amistad con Simon Hart, también secuestrado por Artigas.

El resto de la historia es fácilmente deducible, pero su mágico ambiente te sorprenderá fotograma a fotograma.