House (Hausu): Kitsch nipón

House-983992796-largeLa primera película del director japonés Nobuhiko Obayashi recibió el nombre de House (Hausu, 1977). Anteriormente, Obayashi había realizado diversas películas experimentales en 8 y 16mm., anunciando que su irrupción en el cine no sería nada convencional. Pese a todo, la gestación de House fue sorprendente, ya que nació de la celebérrima Tiburón (Jaws, 1975) de Steven Spielberg ¿Qué tiene que ver House con Tiburón? Absolutamente nada, pero visto el enorme éxito internacional de la película de Spielberg, la famosa productora Toho se acercó a Obayashi proponiéndole que realizase un guion una película similar, buscando rentabilizar su inversión de forma sencilla. Sin embargo, todo comenzó a torcerse cuando Obayashi buscó inspiración para el guion en su hija preadolescente Chigumi. De alguna manera, la conversación que tuvieron ambos abrió los ojos de Obayashi, según explicó él mismo posteriormente, abriéndole a un mundo libre de los aburridos convencionalismos adultos y dejándose empapar por las alocadas ideas de su hija y por sus miedos infantiles. Entre las ideas de la pequeña Chigumi se encontraba una sandía que se transformaba en la cabeza de una persona, una casa que devora niñas, o una pila de futones que aplasta a una incauta colegiala. Todas estas ideas, y muchas más, vieron la luz en House.

Sorprende pensar que Toho no mandó a Obayashi a freír pollo yakitori cuando les presentó semejante guion (y sin tiburón presente, recordemos), pero ocurrió que la productora dio el sí al proyecto. Quienes no lo tuvieron nada claro fueron los directores que la productora tenía en nómina, ya que uno tras otro se negaron a dirigir la producción, temiendo que aquello terminase con sus carreras. Fue la gran oportunidad para Obayashi, que se ofreció a dirigir él mismo la película.

¿Qué veían los directores en House? Pues ni más ni menos que una auténtica locura kitsch, un sinsentido que seguramente sólo entendían Obayashi y su hija, una propuesta tan arriesgada y diferente que el dirigirla exigía de unas grandes dosis de valentía, o quizá de inconsciencia. Dos años tardó Obayashi en poder comenzar a rodarla, y entre tanto fue completando el casting con modelos que habían trabajado con él en anuncios y en algunas películas experimentales. Además contó con su propia hija Chigumi, con un cantante japonés y sí, algún actor había también.

Con semejante elenco y con esas perspectivas ¿qué ofrecía House? Pues por decirlo rápidamente: un espectáculo kitsch japonés. Una amalgama de cine de terror gore (totalmente paródico, sin que trate en ningún momento de ser desagradable), comedia ligera, algún que otro número musical extremadamente ñoño y efectos especiales voluntariamente exagerados, con una estética que parece sacada directamente de algún manga de Tezuka. Una ensoñación fílmica en la que Fanta, chica protagonista con una gran fanta-sía e imaginación, se enfada con su padre porque pretende buscarle una nueva madre que sustituya a la suya, fallecida. Ella se va a casa de su tía junto a seis amigas, también de nombres curiosos como Kung Fu, que sabe artes marciales, Melody, que sabe música, o Sweet, que es una chica muy dulce como era de esperar. Una suerte de pre-Sailor Moon, de personajes brutalmente estereotipados acordes con la mente preadolescente que les dio vida.

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Nada es lo que parece, todo está permitido y las reglas del tiempo y el espacio se moldean y quiebran a voluntad del director, que se niega a seguir convencionalismos en todo momento. Por eso, House no es para todos los públicos, hace falta haber bregado duramente con otras delicatesen marcianas venidas de Japón, es la única manera para no quedarse parado frente a la pantalla con los ojos abiertos de par en par y preguntándose continuamente “¿pero esto qué es?”. El terror de baratillo inunda la pantalla, aderezado con saltos imposibles, bailes que harían parecer a Dirty Dancing una ópera rock. Todo en una atmósfera que baila sin pudor entre lo kitsch y lo kawaii (bonito, hermoso…) Una auténtica experiencia para los sentidos.

Es realmente difícil describir con precisión lo que oculta House, más aún cuando fue una producción que tardó varias décadas en ver la luz fuera de Japón, hasta que la productora Janus compró los derechos para lanzarla en DVD y, posteriormente, la prestigiosa The Criterion Collection hiciera lo propio lanzando una notable versión en bluray.

 

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