Birdman – Iñárritu contra los blockbusters

PortadaRiggan Thomson, un veterano actor inmerso en un paulatino proceso de olvido por parte del público, trata de reivindicarse enfocándose en el teatro. Lejos quedan los años en los que se enfundaba el traje del superhéroe Birdman y arrasaba en taquilla, al mismo ritmo que su cuenta corriente añadía ceros en el lugar correcto.  Poco a poco su edad le va retirando del cine de acción, y, en consecuencia, de los suculentos blockbusters. ¿Tiene algo que ver el dúo Birdman/Riggan Thomson con el formado por Batman/Michael Keaton? No hace falta ser un lince para afirmarlo, ya que Birdman o (La Inesperda Virtud de la Ignorancia) (Birdman or (The Unexpected Virtue of Ignorance), 2014), de Alejandro González Iñárritu es una rabiosa crítica al cine palomitero.

Seguramente la némesis de Birdman podría ser una película mucho más adecuada para ser criticada, ya que la película de Tim Burton Batman (Batman, 1989) es uno de esos ejemplos que demuestran que una película de superhéroes no tiene por qué resultar dañina para las mentes sensibles. Pero resultaría difícil encontrar un paralelismo que colocase en el papel protagonista a un actor de las capacidades de Michael Keaton, ¿o es que alguien hubiese preferido ver al Matt Salinger de la bochornosa Capitán América (Captain America, 1990) de Albert Pyun? Sin duda hubiese sido un desafío para todos los sentidos, pero mejor quedarnos con la portentosa actuación de Michael Keaton, que con toda justicia está recibiendo un aluvión de halagos que le han puesto en posición privilegiada para hacerse con el Oscar al mejor actor principal.

Pero Michael Keaton no es lo único destacable de la película, ya que el elenco actoral en general raya a gran altura. Con Emma Stone interpretando a la hija rebelde, demostrando de nuevo el buen presente y mejor futuro que se le presagia. O Edward Norton, brillando como no lo hacía desde hace tiempo, en su papel de estrella consagrada bordeando siempre entre la excentricidad y la locura. ¿Qué podemos decir del guión? Que es una obra de precisión quirúrgica, una sucesión de diálogos punzantes poco habitual en esta época. Línea a línea dan vida a esta rabiosa comedia negra, tan rabiosa como la misma obra teatral que se va representando delante de nuestros ojos en una continua sucesión entre ensayos y representaciones, mientras la vida de los distintos actores sigue. Todo rodado en forma de falso plano secuencia, con un meritorio montaje que más de una vez nos hará dudar de si realmente se rueda de forma continua. Una magnífica forma de dotar de agilidad y dinamismo a la trama.

Pese a todo lo que le rodea, nada ensombrece a Michael Keaton y su Riggan Thomson. Él es vehículo adecuado para que Iñárritu descargue toda su prosa contra los blockbusters, las películas de acción y en general contra todo el cine artificioso y vacuo que suelen copar las salas de cine actuales. Todo lo que le rodea le orienta paradójicamente hacia la fama, cuanto más descuida su salud mental y su imagen pública, más crece su fama y la expectación sobre su nueva obra. ¿Vivimos en una época en la que la mejor publicidad es la negativa? Iñárritu parece creer que sí, aunque su bilis se reserve contra el crítico cinematográfico. En el caso de la película se trata de una mujer desde cuyas columnas periodísticas crea y destruye mitos con la misma parsimonia. Alguien que tiene escrita la crítica antes de ver la obra, tal es su deseo de acabar con Riggan al considerarlo un actor chabacano conocido sólo por las sucesivas entregas de Birdman.

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Birdman construye el éxito de Riggan al mismo ritmo que destroza su mente ¿Están los actores preparados para el éxito repentino y el cambio de vida que supone? Al menos Riggan no sale indemne del proceso, y una segunda voz habita en su mente, la voz del propio Birdman que parece querer orientarle de nuevo por la senda del éxito. El mismo que ya ha destrozado su vida familiar.

Ambientada con un casi sempiterno solo de batería, que a más de uno de los espectadores parece haberle colocado al borde del hastío, el Birdman de Iñárritu es desoladora en su mensaje, pero a la vez es brillante y estimulante. Una de las mejores películas del 2014 que sin embargo, al menos en nuestro país, ha tenido uno de los tráilers más engañosos.