«Les fogueres del Pertús» de Àlvar d’Orriols

0LFDO000Les fogueres del Pertús. Diari de l´evacuació de Catalunya (Gorbs Edicions, 2014), original del escritor Àlvar d´Orriols (Barcelona, 1894-Bayona, 1976 sin haber regresado a Catalunya), es la crónica descarnada de un intelectual republicano que, ante la inminente llegada de las tropas facciosas, huye con su familia hacia Francia como otros miles de personas inocentes. La obra, fechada en 1939, describe el calvario de la fuga, partiendo de Barcelona donde residían hasta llegar a Bayona.

La propagandista prensa del Movimiento, la literatura de guerra y los relatos orales de algún superviviente de la Quinta del Biberón, propiciaron durante el franquismo que me fuese enterando del exilio republicano hacia el sur de Francia, conocimiento que los noticiarios  españoles y extranjeros sobre todo, complementaron posteriormente, incluso hasta hoy la BBC. Las gráficas y el celuloide, recordaban el paso fronterizo  de La Jonquera y la travesía de El Pertús. A pesar de los años transcurridos, mantengo fresco en la memoria el recuerdo de aquellas colas de exiliados con sus familias, mujeres, hombres, niños, tullidos y enfermos, custodiados por la Gendarmería y sus conmilitones senegaleses sin ningún miramiento, antes al contrario. Los culatazos rompían los huesos de los pobres derrotados. Unos días antes, enero de 1939, el poeta Antonio Machado, con su madre, hizo el mismo camino refugiándose en la  pensión Quintana de Colliure donde ambos murieron al poco tiempo de frío y pena,  mientras los vencidos también se morían en los campos de concentración de Argelés y Saint Cyprien, entre otros mataderos.

Joan Manuel Serrat en plena dictadura le puso inspiración, guitarra y voz a este verso de Antonio Machado, contribuyendo a divulgar su obra: Caminante, son tus huellas/el camino, y nada mas;/caminante no hay camino,/se hace camino al andar./Al andar se hace camino,// y el volver la vista atrás/se ve la senda que nunca/se ha de volver a pisar,/Caminante no hay camino,/sino estelas en la mar.

Hay que decir que Álvar d´Orriols fue poeta, escritor y dramaturgo, amén de músico,  y catalán universal, si bien la censura franquista opacó su figura intelectual y republicana. Ocurrió además que Catalunya tampoco se interesó por él, cuya etapa más brillante la vivió en Madrid durante la República incorporando el teatro de masas a los escenarios.

Esta obra que en su momento fue traducida del catalán al español y francés aparece ahora en catalán como diario de la evacuación de Catalunya. En ella el autor se descubre como un narrador nato, un dúctil y tierno observador y un luchador infatigable. Este diario  enriquece la bibliografía de la guerra civil con el mismo valor testimonial que la literatura de Hemingway y George Orwell, con la diferencia que estos escritores no tuvieron que exiliarse. De lectura obligada.

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Les fogueres dél Pertús es una obra maestra con una narrativa rica y panorámica, que recoge todos los detalles que jalonan el exilio, hasta el punto que el lector se siente inmerso en esa caravana iluminada por las fogueres del Pertús rodeadas de ateridos seres humanos. Rutas a pie, en tren, en camión, en autobús en carro para llegar a la frontera franchute. Niños muertos en los brazos de sus madres, otros perdidos en medio del Empordá. De su lectura destaco la descripción irreprochable, impactante, de los bombardeos de Figueres y su castillo y el dramático viaje en busca de una libertad inexistente, azotados por la tramontana silbante y fría.

La obra –ilustrada por Orriols- aporta además una rica traducción de Violeta Roca Font que ha sabido rescatar numerosas palabras del catalán más  añejo y culto olvidadas hoy por el periodismo y la literatura. Por ejemplo: la traducción española de embalums se corresponde con volumen; jou, pieza de madera o hierro utilizado en agricultura; filat, tejido de hilo metálico; xusco, chusco; saure, reptil; noctiluca, luciérnaga; host, anfitrión. Su lectura me ha llevado a recordar al ilustre filólogo Pompeu Fabra que, como Álvar d´Orriols, también cruzó la frontera francesa el 31 de enero de 1939 y tampoco regresó a Barcelona, mi ciudad.