En 1996 los hermanos Coen hicieron creer al mundo entero que la macabra historia de Fargo estaba basada en un hecho verídico. Nada más lejos de la realidad. Ethan Coen le contó a un viejo amigo, William Preston Robertson, que «había más elementos verdaderos en El gran Lebowski que en Fargo». ¡Se habían inventado la historia por completo! ¿Se trataba de una travesura más de los hermanos o pretendían subvertir los géneros y revolucionar el medio cinematográfico? Veinte años después, Noah Hawley tomó el relevo y rehízo este caso real, creando un universo paralelo, en el que el personaje más fascinante ya no era Marge la buena policía, sino Malvo la viva encarnación del diablo. El resultado: algo insólito y nuevo, a la vez que inquietante, pues la historia iba a ser diferente, pero la atmósfera, la misma.
De todo esto y mucho más versa Fargo. Una historia real (Quarentena Ediciones, 2015) de Carmen Viñolo quien, tras su aclamado ensayo Twin Peaks. Fuego, camina conmigo, rompe de nuevo las reglas del ensayo cinematográfico y televisivo e ingenia un campo propio, donde el microcosmos de Fargo se despliega en sus múltiples variables: desde la leyenda del leñador más fuerte del mundo, Paul Bunyan, pasando por el maletín del millón de dólares, hasta El Tenedor de Morton.
El Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges acoge la presentación de Fargo. Una historia real, que tendrá lugar el sábado 8 de octubre a las 18 horas en el Espacio Fnac (carpa del Auditorio del hotel Meliá). El acto contará con la inestimable participación de Sílvia Comet, periodista y locutora de Catalunya Ràdio, Montse Crespín, filósofa y profesora de la UB y la UAB, y Pere Homs, editor de Quarentena Ediciones, así como de la autora.
Para ir abriendo boca, un fragmento del ensayo:
«La noticia en la que basaron su película hablaba de una mujer asesinada en 1986 de una manera atroz: en una trituradora de madera. «Esta sí que es buena», dijeron los hermanos Coen, riendo, al enterarse del suceso[1]. El caso apenas tuvo repercusión mediática en su momento. Ethan Coen se mostraba sorprendido al respecto en una entrevista para el magazine francés Positif: «Cuántas cosas de este país reciben tan poca publicidad. Nosotros conocimos la historia por un amigo que vivía muy cerca de donde la historia se desarrolló, en Minnesota, que es casualmente de donde somos»[2]. No pasó lo mismo diez años después. Pues se montó un considerable revuelo en torno al caso, quizá debido al misterio que sembraron los Coen por no dar a conocer más datos sobre los sucesos reales. Lo cierto es que la gente quería saber más sobre los crímenes».
[1] Levine, Josh: The Coen Brothers: The Story of Two American Filmmakers, página 120. Traducción de la autora.
[2] Entrevista a Joel y Ethan Coen en Ciment en Michel/ Niogret, Hubert, Positif, julio-agosto de 1996, recuperada por Palmer, Barton R.: Joel and Ethan Coen, página 183. Traducción de la autora.