En plena época del Thatcherismo más punzante y radical, y con la guerra de las Malvinas como telón de fondo, surgió una comedia con un título que hacía referencia a una canción clásica de Cliff Richard interpretada junto a The Shadows. La figura del entrañable cantante británico aparece siempre presente a lo la largo de las tramas de una comedia absolutamente ácida donde cuatro tipos de lo más variopinto -a saber: Mike el pijo (Christopher Ryan), Rick el anarquista (Rik Mayall), Neil el hippie (Nigel Planer) y Vyvyan el punkie (Adrian Edmondson)- comparten un piso de estudiantes en el Londres de los primeros años 80. Supuestamente, todos son estudiantes universitarios en la Scumbag College, pero a lo largo de los episodios se demuestra que esta faceta es absolutamente irrelevante en sus vidas. Apenas 2 temporadas y 12 capítulos en total le sirvieron para convertirse en una serie de culto y una auténtica oda al humor corrosivo e irreverente.
Emitida originalmente en la BBC2 entre los años 1982 y 1984, el argumento de cada capítulo pendía de una finísima trama argumental y resultaba una burda excusa para hilar situaciones absurdas, como pasajes históricos, conversaciones entre elementos de la casa (desde la escoba hasta los guisantes), y siempre todo aderezado por la entrada en acción del casero Jerzei Balowski (Alexei Sayle), una bizarra mezcla de histriónico gentleman con un red skin de proclamas incendiarias. Sin duda, un digno merecedor de una spin off si se hubiese estilado en aquellos tiempos. Para darle el aliño perfecto a toda esta mezcla, en cada capítulo se incluía la actuación de algún grupo en pleno desarrollo de una trama (Motörhead o Madness entre algunos otros), que luego continuaba como si nada hubiese ocurrido.
Por si fuera poco, las relaciones personales entre los cuatro inquilinos carecían de ningún tipo de armonía y pacifismo. Mike ejercía de vividor de las rentas y de encargado de tomar las decisiones importantes que concernían al grupo, a pesar de que Rick cuestionaba su autoridad. Vyvyan sí obedecía ciegamente a sus consignas, a la vez que ejercía de punkie autodestructivo, destrozando todo lo que pillaba por delante y agrediendo siempre que podía a Rick, que a su vez pagaba sus neuras con el plácido Neil, el cual se veía incapaz de instaurar la soñada paz en el hogar.
The Young Ones resultó ser una auténtica caricatura de la muchas veces idealizada convivencia por las series de TV entre miembros de una misma casa, sean amigos, familiares o ninguna de las dos cosas, como era el caso. La rutina habitual de los protagonistas gira alrededor de la violencia física y verbal, la irreverencia, la inmadurez o la falta de expectativas en sus vidas. La crítica social merodea en cada capítulo, con incendiarias consignas anti Thatcher, criticando la falta de oportunidades y la opresión de la clase obrera y media baja.
La serie alcanzó un notorio éxito en especial en Cataluña y Galicia, en parte debido a lo peculiar del doblaje que se hizo para sus televisiones a finales de los 80, y que acabó por convertir en objeto de culto y coleccionismo los episodios emitidos en su momento por dichas autonómicas. De todas formas, resulta sencillo conseguir hoy en día ediciones en DVD de la serie completa, con doblajes en varios idiomas. Por supuesto, resulta altamente recomendable, como con todo lo concerniente al humor inglés, el visualizado en versión original de esta auténtica joya, obra de los mismos autores de otra obra de referencia del humor incendiario en los 90 como fue «La pareja basura».