David Lynch conoció a Angelo Badalamenti durante el rodaje de “Terciopelo azul”. Fue el inicio de una estrecha relación que duraría años y desembocaría en una de las bandas sonoras más icónicas y soberbias de la historia. “Podría decirse que mi estilo se desarrolló a partir de las sugerencias de David, de su visión creativa. Curiosamente esa especie de acercamiento musical, casi minimalista que hice con ‘Twin Peaks’, conectó con gente de todo el mundo. ¡Se vendieron 3 millones de copias del álbum de la banda sonora!”.
Badalamenti compuso toda la música antes de empezar cada temporada. “Siempre que le pedíamos que compusiese algo para una escena, se negaba y nos mandaba a los archivos”, recuerda Tim Hunter. Un total de más de 200 piezas; algunas de ellas acompañadas de la voz ensoñadora y abisal de Julee Cruise, quien también aparecía en la serie interpretando algunos temas en el Roadhouse, como “The World Spins” o “Rockin’ Back Inside My Heart”.
La música desempeña un papel decisivo en “Twin Peaks”, pues crea la atmósfera del lugar y los seres que lo habitan. La serie abre con “Falling”, sumergiendo al espectador en un mundo particular y remoto. Los episodios cierran con “El tema de Laura”, una melodía melancólica que remite a la inocencia robada de su protagonista. El tema de inicio y el final son como la encuadernación perfecta de un libro. David Lynch: “Para el ‘Tema de Laura’ fui al estudio de Angelo. Recuerdo que dije: ‘¡Tiene que crecer!’. Y Angelo estaba creando algo, ¡y me parecía tan hermoso que empecé a llorar! Angelo me mira y me dice: ‘¿Qué te pasa, estás loco?’. Y le dije: ‘Angelo, es precioso. ¡No te imaginas lo hermoso que es!”.
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Este artículo forma parte del reportaje «Informe Twin Peaks», coescrito junto a Quim Casas, que fue publicado en la Revista Rockdelux en junio de 2017. ISSN 1138-2864
La autoría de los artículos que publicamos en esta serie es de Carmen Viñolo.