por Sentadas en un banco del parque, juntas de nuevo, tras la cuarentena, las dos viejecitas tomaban el sol tan ricamente. De pronto, una de ellas se quedó pensativa, dubitativa.
VIEJECITA 1.- ¿Soy yo?
VIEJECITA 2.- ¿Eh?
VIEJECITA 1.- ¿Soy yo o es que no me respeta ni Cristo?
VIEJECITA 2.- Yo te respeto.
La viejecita se gira hacia su amiga del alma y se queda mirándola fijamente, como escudriñándola.
VIEJECITA 1.- A ti tampoco te respeta nadie.
VIEJECITA 2.- Pues ahora que lo mencionas…Hace poco le dije a una pareja que conocía del salón recreativo si les apetecería quedar algún día para tomar un granizado o un gazpacho. ¿Sabes que me contestaron?
VIEJECITA 1.- ¿Qué?
VIEJECITA 2.- A ver si encontramos un hueco…
VIEJECITA 1.- Para eso que te digan: “Vete a freír espárragos”.
VIEJECITA 2.- Ya.
VIEJECITA 1.- A mí los Fernández me ha tenido esperando tres semanas. Total, para decirme que en un par de días se van de vacaciones. “Ya nos veremos a la vuelta”, dijeron.
VIEJECITA 2.- Ni el más mínimo respeto.
VIEJECITA 1.- A veces…
VIEJECITA 2.- A veces…
VIEJECITA 1.- … tengo la sensación de que, de un momento a otro, alguien va a agarrar la zapatilla y me va a pisotear como a una cucaracha.
VIEJECITA 2.- (Horrorizada) como a Gregorio…
VIEJECITA 1.- Ahora, lo máximo fue uno que, cuando le dije de vernos, me puso un horario: de 17 a 20 horas, y condiciones: si hace demasiado calor, damos el paseo otro día.
VIEJECITA 2.- ¿No será…?
Se miran.
VIEJECITA 1.- El mismo.
VIEJECITA 2.- Menudo chasco. ¡Con lo enamorada que estabas!
VIEJECITA 1.- ¡No exageres!
Pausa.
VIEJECITA 1.- (Suspirando.) En fin…
VIEJECITA 2.- Él se lo pierde.
VIEJECITA 1.- Sí. De todos modos, creo que a ése le gusta más la tele que las mozas.
Pausa.
VIEJECITA 2.- Caemos mal, ¿verdad?
VIEJECITA 1.- Verdad.
VIEJECITA 2.- No nos entienden. Somos demasiado críticas, demasiado artistas, demasiado outsiders, unos bichos raros…
VIEJECITA 1.- No sé de qué hablas. Yo nos veo muy normales.
Ambas rompen en una carcajada.
