Va por ustedes

Hoy hace un año que el Club Taurino Unión Extremeña de Sant Boi de Llobregat celebró su XXIV conferencia taurina anual, en la que se rendía homenaje a Juan Soto Viñolo, mi padre y mi maestro, por su extensa y apasionada labor literaria en torno a ese mundo extraño, bello y desgarrador que es la tauromaquia.

El Soto, así lo llamaban su círculo de amistades, no pudo asistir al homenaje. Estaba cansado. La vida se le alejaba. Pero no la literatura, que lo acompañó hasta sus últimos días, ya fuera leyendo la biografía de su admirado cineasta Luis García Berlanga, como escribiendo estas líneas de agradecimiento que, debido a las incesantes actualizaciones de las nuevas tecnologías, no pudo enviar por email en su momento. Hoy las recogemos. Unas líneas de agradecimiento hacia un homenaje que le llegó muy hondo.

Carmen Viñolo

Queridos amigos:

Agradezco vuestra invitación y recuerdo a mi persona que, como vosotros, ha dedicado a la Tauromaquia muchas horas de mi vida, desde aquella madrugada sangrante de agosto del 47 en la que murió Manolete en el coso árido del ruedo de Linares, localidad donde nació en 1917.

Motivos de salud me impiden acompañaros como es mi deseo. Me caigo del cartel, pero ahí está el doctor Enrique Sierra con su bisturí literario, que se encierra con una conferencia titulada Tauromaquia, cirumaquia y “La cuarta cuadrilla”, denominación con la que ambos hemos calificado a los cirujanos taurinos, tan importantes en la corrida de toros.

Gracias, pues, por acudir a esta Peña para escuchar al eminente doctor Enrique Sierra, amigo, cirujano y colega literario. Gracias a quienes que, con vuestra resistencia en defensa de la fiesta, seguís luchando por lo que a mí me parece una utopía: el regreso de las corridas de toros a la Monumental, hoy cerrada a cal y canto por designios fundamentalmente políticos.

Nos han robado la fiesta del pueblo, pero no la afición; nos han robado el colorido, la emoción, el riesgo y la gloria del toreo; pero no han podido arrebatarnos el sentimiento estético, los sueños y la alegría espontánea por un natural de José Tomás, el dolor hondo por la muerte de Víctor Barrio o el éxtasis al que nos conduce Morante de la Puebla, capaz de inspirar a García Lorca si viviera.

Con la sentencia del Tribunal Constitucional favorable a las corridas de toros en Barcelona sólo se ha conseguido un triunfo moral que no conducirá a abrir sus puertas. Entretanto, el poder irá poniendo palos en las ruedas para que cualquier día desaparezca el taurobolio, como llamó Henry de Montherland a las plazas de toros.

Las nuevas generaciones, el Diario Digital, Va de Braus, los fieles aficionados, los veteranos profesionales y otras personas seguirán alimentando esa fe, esos recuerdos y esos sueños.

Nos queda Ceret, a 12 kilómetros de la frontera de La Jonquera. Allí podrán escuchar sardanas y pasodobles, y a alguna corrida asistirá un joven conceller del Govern. Con la mano en el pecho, cuando la banda La mil•lenaria interprete el himno nacional de Catalunya, regresará a Barcelona.

Reitero mi agradecimiento a esta peña y me siento dichoso por encontrar personas como vosotros que mantenéis vivos unos sentimientos profundos que abarcan el toreo, la pintura, la literatura y otras artes.

Ahora, dejemos al conferenciante que abra el capote azul y amarillo de su sabiduría taurina y ejecute en este taurobolio de Sant Boi una faena magistral como si fuera el mismísimo Morante de la Puebla.

Que suenen clarines y tambores, para que la corrida empiece ya.

Va por ustedes, amigos todos. Que se abra el portón de toriles y empiece la lidia literaria.

Juan Soto Viñolo

 

 

Foto de portada de Faricle.