Los Canallas Duermen En Paz: Hamlet se mete a agente inmobiliario

Los canallas duermen en pazLa película de Kurosawa que hoy nos ocupa, Los Canallas Duermen En Paz (Warai Yatsu Hodo Yoku Nemuru, 1960), fácilmente podría pasar como la obra maestra más oscura del director japonés. La razón fundamental para esta afirmación sería que nos encontramos ante la otra vertiente de su cine, ya que generalmente, y de forma casi inmediata, se suele asociar a Kurosawa con el cine de época, esas producciones sobre samuráis, sobre su código de honor, llenas de grandilocuentes escenas repletas de vitalidad. De esta forma, se suele dejar casi de lado sus producciones en las que retrata la realidad social de su época poniendo siempre por encima otras películas como Los Siete Samuráis (Shichinini No Samurai, 1954) o Ran (Ran, 1985), por citar dos claros ejemplos. Sin embargo, en mi opinión Los Canallas Duermen En Paz debería formar parte de la relación de películas imprescindibles de Akira Kurosawa, siendo su obra cumbre dentro del cine de realismo social.

Los Canallas Duermen En Paz guarda en su interior una serie de particularidades que la hacen aún más especial. ¿Alguien cree que Hamlet podría ser el protagonista de una trama de especulación inmobiliaria? Kurosawa, y su grupo de guionistas, sí y por eso se afanaron en adaptar la inmortal historia creada por William Shakespeare, dándole un inconfundible sello personal. Preocupado por tratar temas cercanos para la población japonesa que luchaba por salir del recuerdo de la devastación de la Segunda Guerra Mundial, Kurosawa amoldó la historia de Hamlet para tratar el tema de la corrupción personalizándolo en la permisividad de los dirigentes que permite a las grandes constructoras pasar literalmente por encima de los ciudadanos, anteponiendo el beneficio a cualquier valor ético y creando una estructura interna más cercana a cualquier grupo mafioso que a una empresa respetable. Como se puede ver, la temática de Los Canallas Duermen En Paz es recurrente en el tiempo, lo que siempre le confiere un halo de actualidad que le proporciona aún más fuerza uniéndose a los otros dos temas protagonistas: el amor y la venganza.

Los canallas duermen en paz captura

Rodeado de un elenco en el que formaban parte varios de los mejores actores japoneses de la época, y dónde destaca el grandioso Toshirô Mifune en su papel protagonista, la cinta comienza de forma magistral con una escena que retrata una boda que levanta una gran expectación en la sociedad de la época, ya que la novia es la hija de uno de los hombres más poderosos del país. La tensión se siente desde un primer momento y estalla en todo su esplendor con la entrada en escena de la tarta nupcial, con forma de edificio y con una rosa negra colocada misteriosamente en una de sus ventanas. Desde ese momento se desata una historia que se irá desarrollando poco a poco, revelando a cada paso más detalles que nos irán acercando irremisiblemente a la verdad y al brillante desenlace final. Contar algo más sobre el argumento sería imperdonable, cortando así el factor sorpresa, así que sin más os invito a adentraros en Los Canallas Duermen En Paz para que así salga a la luz y ocupe el lugar que se merece.