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Operación Overlord era el nombre en clave del Desembarco de Normandía, y éste también fue el nombre que tomó Stuart Cooper para su película basada en dicho momento histórico: Overlord (Overlord, 1975), rodada en riguroso blanco y negro e ideada inicialmente como un documental. Pese a que finalmente fue un largometraje de ficción, Cooper tuvo acceso a una ingente cantidad de material real cedido por el británico Museo Imperial de la Guerra, creado después de la I Guerra Mundial. Dicho material consistía incluso en negativos originales de grabaciones realizadas durante el conflicto bélico, además de disponer del acceso a diarios reales de soldados que participaron en el desembarco. Parte del material real se usó durante la película, conformando buena parte del metraje, y se trató de que las tomas de Cooper se fusionaran con el metraje real para dar la sensación de continuidad, algo que se consigue en buena parte pero no a la perfección.
Overlord es un alegato antibelicista, un camino hacia ninguna parte que se inicia con una premonición de la muerte del protagonista, dejándonos claro que no hay esperanza, que no hay futuro para él. Sin duda es un recurso para convertir la película en una agonía de más de una hora, dándole a la guerra un inequívoco marchamo fúnebre. Este poco inocente inicio transforma irremisiblemente todo el metraje posterior, durante el que veremos la despedida de la familia ante el llamamiento a filas. Una despedida llena de esperanza por el regreso. El posterior entrenamiento militar, con la habitual dureza léxica, tratando de adiestrar a un soldado dispuesto para la batalla, pero en lugar de eso podremos ver los anhelos de los reclutas, que distan mucho de vencer en la guerra o de salvar el mundo. Antes de partir el soldado protagonista encontrará el amor en una fiesta, siendo incapaz de despedirse al ser destinado a Francia con urgencia. Precisamente allí vivirá sus momentos previos al desembarco, hecho al que el director le da una importancia casi nula, ya que no se centra en él en ningún momento, sino que siempre prefiere centrar su cámara en los soldados expresando sus deseos.
Por su carácter eminentemente anti comercial, si obviamos el haber ganado el Oso de Plata en el 25º Festival de Berlín, Overlord fue un fracaso en lo que a recaudación se refiere, e incluso su estreno en los Estados Unidos se retrasó hasta el año 2006 en televisión y en unas pocas salas. La reciente edición de Criterion en Bluray es una nueva oportunidad para Overlord de adquirir el reconocimiento que merece.
