R.E.M.: gótico sureño (I)

“Desde un punto de vista aparente, América es un desierto cultural. Si tú te contentas con recorrerla en coche, sin pararte, no verás gran cosa. Por tanto, es un país extraño. El Sur, Georgia en particular… puedes atravesarla en coche y sólo verás un alineamiento de McDonalds o centros comerciales abiertos las 24 horas. Y todo tendrá un aire tan parecido… Pero si tú miras dos manzanas detrás, encontrarás el verdadero aspecto de las cosas”[1]. Apreciación de Michael Stipe, tras este marco descrito, R.E.M. encontraron una nueva forma de darle sentido a la unión de los conceptos “música” y “Sur de los Estados Unidos”. De esta forma, aun siendo una banda de rock del Sur de los Estados Unidos, R.E.M. se encuentran en las antípodas de bandas míticas del rock sureño como Lynyrd Skynyrd o los Allman Brothers.

Portadores de una idiosincrasia única, gracias una mezcla de factores que van de la imaginería del reverendo Howard Finster a las novelas de William Faulkner, el gótico sureño fue el tajo principal del que brotó el misterio de la música y la imagen de R.E.M., sin necesidad de ataviarse bajo máscaras neutras de afterpunk tan características de los ’80, si lo que se quería era transmitir un halo misterioso.

 Muy conectados a típicos temas sureños como La Guerra Civil americana, la tradición del cuento oral, las fábulas, la religión y las mitologías. R.E.M. emergieron como el equivalente de los Pogues al folk irlandés o los Triffids al canon clásico australiano: bandas que, partiendo de unas raíces anticuadas para el mundo del pop, acabaron por fusionarlas con estilos antagónicos, logrando un híbrido regenerador, sin estridencias.

 Partiendo de la propia procedencia sureña de la banda, Peter Buck nos señala el camino: “El mundo es cómo lo percibes, no tal como es. Mi Sur es diferente al de alguien que haya nacido, o haya estado, allí. Su percepción estará influida de la misma manera que la mía lo está de Inglaterra, en base a los Beatles. Su retrato de América proviene de la música, los libros y las películas”.

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El santuario de Howard Finster.

“Hemos estado haciendo este “Todos Santos Music Festival” en México y quiero que los chicos locales vean que la cultura es algo que tu inventas, no algo que viene de otro lugar. Y eso fue algo que aprendí -no es que fuera a la escuela de arte- a comienzos de los ’80 en la Escuela de Arte de Georgia. Howard Finster, Mose Tolliver, todos esos artistas locales hacían de su trabajo algo de donde vivimos. Eso dice más de tu vida que los pintores impresionistas, que también me gustan. Sin embargo, no puedes ir al lugar de Howard Finster, darle la mano y comprarle una pieza de su trabajo por cien dólares. Y si tú vuelves un par de veces, él te llegará a conocer. Todo era parte de mi comprensión: el arte no es algo que sucede en Nueva York o París, sucede en todas partes. Y si es bueno, puedes representar de dónde eres, hasta cierto punto. Eso es un poco lo que R.E.M. estaba tratando de hacer. Nosotros nunca hemos dicho que  fuéramos súper sureños, pero creo que hemos aportado un sentido de lugar”[2].

 Con los rasgos de la personalidad sureña inherentes a su ADN, pocos hechos más reveladores de su procedencia, y esa aura misteriosa, que la propia portada de Murmur: “La revisión iconoclasta del Sur llevada a cabo por R.E.M. fue introducida al mercado a través de  la portada de su álbum Murmur, su debut publicado en 1983. En esta, figura un paisaje ahogado con  kudzu. El Kudzu, una vid de una tenacidad increíble y con capacidad de crecimiento como la hidra, se introdujo en el sur en 1883, como bien intencionado de los agrónomos para la reposición del suelo, para descubrir que, en sólo un par de días, el kudzu era capaz de matar la otra vegetación mediante la estrangulación de sus raíces. A mediados de siglo, era igual de probable encontrar el kudzu tanto subiendo por un poste de teléfono como cubriendo las paredes de una casa de una plantación abandonada, sin discriminación entre la industria del Nuevo Sur y las viejas tradiciones. Tal como Derek y Donna Alderman observan en su ensayo “Un Cuento de Dos Malas Hierbas”, el kudzu se considera tanto como una monstruosidad como una fuente perversa del orgullo en el Sur contemporáneo -ha prestado su nombre a calles residenciales, un cómic, una serie de bares y restaurantes, salones de belleza, incluso algunas empresas de jardinería-. Emblema de raíces profundas y de fuerza, el kudzu ha llegado a ser -tal como lo expresa una de las palabras favoritas de William Faulkner- una presencia ‘infatigable’ en el Sur. El uso que hizo R.E.M. de esta imagen era brillante y convenientemente apolítica: anti-moderna y contemporánea, pastoral y amenazante. Algo logrado únicamente con un toque de gótico sureño. También fue una broma de clases: los que se habían criado en el Sur reconocieron la vid odiosa y su naturaleza insidiosa. A día de hoy, muchos de los fans no-sureños de R.E.M. creen que siguen buscando una aguja en un pajar”.

 “Así como la raíz central del kudzu sólo podría encontrar agua en los climas más áridos, parecía que R.E.M. eran extrañamente hábiles en ahondar en lo más profundo del inconsciente de la música rock para obtener algo familiar y nuevo, a la vez”[3].

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De Murmur también surgió uno de los momentos más representativos de la alianza entre el Reverendo Howar Finster y R.E.M. “Como REM, gran parte de los llamamientos de Finster (tanto dentro como fuera del Sur) vienen de la tierra de su región y una impresionante capacidad de concebir y cultivar una visión muy alejada de la corriente principal. Literalmente plantado en el suelo Georgia, “Paradise Garden” -la obra más reconocida de FInster- no podría ser extirpado o trasplantado al entorno de un mueso estéril. Como Finster rara vez viajó, los clientes y los críticos son lo que han tenido que hacer la peregrinación para ver el arte de Finster en su propio contexto y en sus propios términos. Así como los escritores de rock comenzaron a describir a R.E.M. mediante rutinarias descripciones fantásticas de la Georgia rural, algunos de los más sofisticados críticos de Finster cederán a la tentación y retratarán  “Paradise Garden” y a su creador con grandes pinceladas de color local. Estas representaciones de un rico “Sur oculto” será transferido al arte encontrado los que acompaña el video musical de Murmur para el single “Radio free Europe”, rodado en Paradise Garden en mayo de 1983. Entre las páginas de Performing Rites (1998), Simon Frith observa que los videos musicales son ‘menos interesantes como mini-películas, como narrativas visuales, que como tipos ideales de actuaciones’. En consecuencia, el vídeo de “Radio free Europe” parece ser la “actuación ideal” a través de la que banda deseó introducirse dentro de una audiencia más amplia influenciada por la MTV. En una época en la que los vídeos eran cruciales para determinar la imagen de una banda, R.E.M. se arraigaron a un Sur que aún sostenía el mito y el misterio”[4].

 Reveladores ejemplos de la apropiación de los patrones sureños, “de 1982 a 1986, R.E.M. desarrollaron la presentación de su visión única en colaboración con varios artistas autodidactas y “visionarios”, siendo el más prominente el reverendo Howard Finster. El resultado fue una estética que subvertía la música y las tendencias predominantes de la imagen en los años ochenta, así como la iconografía del Viejo Sur estaba asociada con la generación anterior del rock sureño. El uso de la percepción como “arte ajeno” a lo que provenía del Sur ayudó a configurar la imagen de R.E.M. a través de portadas de discos, vídeos y material de promoción, así como también creó una noción de autenticidad outsider fomentada en el crecimiento hermanado de la propia banda y el arte sureño dentro de la conciencia popular”[5].  “De un modo alegre, este tipo de publicidad no sólo ratifico la noción de R.E.M como intencionados excéntricos del Sur, sino que también llamó la atención sobre su situación cambiante dentro de un mercado más grande. Con su éxito, la imagen de REM pasó de ser la de una “banda de garaje” de provincias a la de unos jóvenes conocedores del Sur en su mejor momento. En las sucesivas entrevistas que llevará a cabo el grupo, se hablaba de todo: desde el arte popular local a los mejores bares de barbacoa en Georgia. Cuando se les preguntaba sobre sus influencias, ellos citaban a autores como Flannery O’Connor y Carson McCullers, junto a sus contemporáneos musicales del post-punk, articulando una separación entre ellos y la imagen estereotipada de una banda rock, sobre todo de los supuestamente ignorantes del Sur. Su entusiasmo por un Sur fuera de lo común puede sonar a una determinada autoconciencia, pero la elección de su modelo regional es notable: nada podría estar más lejos de las posturas híper macho en los ‘70 del rock sureño que un debate bien formado sobre Eudora Welty”[6].



[1]Monty, Carlos: “R.E.M.”, editorial La Máscara, Valencia, 1993, pag. 76.

 

[2] Daley, David: “Peter Buck: I think we were all ready for a change”, 10/10/2013, Salon, en http://www.salon.com/2013/10/09/peter_buck_i_think_we_were_all_really_ready_for_a_change/, traducción del autor.

[3] Sutton, Mathew: “Little America: R.E.M., Howard Finster, and southern “outsider art”  aesthetic”, 30/02/2008, en http://pcasacas.org/SiPC/30.2/sutton.pdf, traducción del autor.

[4] Ibídem

[5] Ibídem

[6] Ibídem