Con This Is Hardcore sucedió un hecho fundamental: Jarvis ya no era el observador, sino el observado.
Cocker: “Es cierto que perseguí la fama durante mucho tiempo, pero cuando llegó no me reconocía en el personaje que el éxito había hecho de mí. A veces me sentía completamente idiota, tenía la sensación de ser un ídolo pop en oferta, que perdía su precioso tiempo jugando a la estrellita. Me sentía desamparado porque ya no sabía muy bien hasta dónde iba a llegar, ni en lo artístico ni en lo físico, no sabía cómo hacer para retomar una vida normal y tranquila. En el plano artístico, This Is Hardcore me parece un gran disco, incluso más que Different Class, que es el disco pop perfecto que buscamos durante mucho tiempo. Pero en lo personal preferiría suicidarme antes de tener que volver a esa época”1.
Escribir This Is Hardcore fue una tortura. Jarvis estaba viviendo la peor de las resacas. El éxito era todo por lo que había luchado, pero ahora estaba conociendo su lado más podrido.
Cocker: “Fue el peor periodo de mi vida. Sin duda alguna. Yo era un desastre. Consumir drogas no ayudaba, nunca ayuda. A menudo, escuchas decir: ‘Desde que consume drogas es una persona tan amable. Realmente, ha salido de su caparazón. Es tan amable. Ha prosperado’”2.
El tono auto reflexivo brota por cada poro de This Is Hardcore. En el intervalo de tiempo entre el éxito descomunal de Different Class y su nuevo LP han cambiado muchas cosas.
Cocker: “Cuando un grupo llega a la cima, enseguida tiende a escribir sobre lo solitarias que son las habitaciones de hotel(risas). Para mí la fama es como esa escena de Fiebre del sábado noche cuando John Travolta entra en la discoteca y todo el mundo le va saludando. Por una vez fue interesante sentirse incluidos en vez de excluidos. Lo malo es que para escribir canciones tengo que observar las cosas, y eso es imposible cuando todos te ven como el protagonista”3.
“Cuando, como me ha sucedido a mí, pasas del asiento del cine a un papel en la pantalla, te das cuenta de que allí solo hay un mundo de cartón-piedra, que lo que siempre has soñado ni siquiera existe. Una de las cosas que tengo más claras ahora es que mucha gente es infeliz porque no sabe diferenciar entre la televisión y la vida. Pero es que incluso en televisión los sueños son simples decorados. El ‘shock’ de descubrir algo tan simple me ha servido de inspiración para muchas canciones de este disco. También lo aproveché en ‘This Is Hardcore’, que habla de pornografía. Ser filmado follando es algo muy fuerte. Es el mismo salto de la butaca a la pantalla, y estoy seguro que tu visión del sexo cambia radicalmente”4.
“El disco empieza muy tétrico con ‘The Fear’, y busqué darle un poco de optimismo. Me excita bastante la idea de derribar este orden político. Pero también me pregunto si realmente serviría de algo. Apuesto a que al día siguiente los ingleses saldrían a la calle buscando un líder a quien obedecer. A la gente le molesta hacerse responsable de su vida”5.
This Is Hardcore fue la gran acta de defunción del Britpop, el espíritu sombrío, de sexualidad plastificada, traspasaba la misma portada del disco.
Cocker: “El technicolor era como la cima de esas grandes películas de Hollywood de finales de los años 50 donde todo era artificial. […] Todo estaba completamente estilizado. Supongo que una gran parte del tiempo de nuestras canciones tratan de entrar debajo de esa superficie para mostrar cómo son las cosas realmente, pero al mismo tiempo gustándonos ese tipo de cosas”6.
Tal como explica Cesc Guimerà: “Con This Is Hardcore, Pulp cambia su estilo de forma sustancial. Los temas prescinden del trazado pop de los dos anteriores discos, se alargan en épicas progresiones y las letras pasan el costumbrismo ácido de Jarvis Cocker al lamento, la decrepitud y la confesión. Desde la referencia pornográfica del propio título del álbum a la opresiva ‘The Fear’, pasando por la depresiva ‘Help The Aged’ y la reivindicativa ‘Cocaine Socialism’, en la que el autor se olvida por una vez de las referencias políticas explícitas en sus letras, el álbum transpira pesimismo. Es el epílogo, el fin de fiesta más solemne posible a cinco años de excesos.
Help the aged
One time they were just like you:
Drinking
Smoking cigs
And sniffing glue7
‘Glory Days’ es el penúltimo escalón del disco, el cierre perfecta a una utopía, en el que Cocker remite el sentimiento más arraigado de los británicos: su gran conciencia de clase. La esperanza no reside en buscar más allá, sino en aceptar la condición.
Come & play the tunes of glory
Raise your voice in celebration
Of the days that we have wasted in the cafe in the station.
And learn the meaning of existence in fortnightly instalments.
Come share this golden age with me
In my single room apartment
And if it all amounts to nothing
It doesn’t matter, these are still our glory days8
La negativa de Cocker de distanciarse de sus temas siempre ha proporcionado a Pulp un borde más humanitario que los gustos de Blur, cuya Gran Declaración del Britpop, The Great Escape, fue finalmente una observación fallida de la vida en los ‘90, limitada por su propia locuacidad. No es de extrañar entonces, que al final del nuevo álbum, en ‘The Day After The Revolution’, el cantante proclame: ‘La ironía se ha acabado’”.
Cocker: “Nunca me he separado de las cosas sobre las que escribo. Quiero decir, veo un montón de ironía en la manera en cómo funciona la vida. No me he separado de la vida y no me sentiría con derecho a escribir sobre ella a menos que yo haga lo mismo que todos los demás. Creo que hay una sensación de que la gente realmente no quiere pasar el resto de sus vidas casándose con la persona equivocada o haciendo las cosas mal en su vida. No hay forma de poder acercarse a esa clase de ‘crea-tu-vida-en-orden’ sin algún tipo de distanciamiento irónico. Tiene que ser de verdad. Supongo que al hacer este disco estaba intentando hacer esto conmigo mismo. Quiero decir, nunca he estado de acuerdo con la opinión de que [Pulp] éramos irónicos, no de la manera en la que fue usado, generalmente, mediante un tipo de mirada individual, ligeramente divertida, de las cosas”9.
This Is Hardcore fue el cierre más honroso que pudo tener el Britpop. Fue como matarlo con dulzura, envolverlo cuidadosamente, y guardarlo en el estante de las revoluciones inconclusas del pop. Visto con perspectiva, fue el mejor final posible que pudo tener. Ya no quedaba ni un resquicio de aquel optimismo que lo había alumbrado. Lo mejor era aniquilar con elegancia aquel sentimiento artificioso, y mostrarlo en toda su podredumbre.
Casi dos décadas después de su defunción oficial, la pregunta es: ¿mereció la pena? Habiendo salido bandas como The Auteurs, Saint Etienne, Suede, Denim, o los renacidos Pulp, resulta difícil decir que no. Más, cuando todo este retorno a los ‘60 sirvió como acicate para que se conformara una vía alternativa que miraba al futuro, conformada por la última gran generación del pop británico: Stereolab, Disco Inferno, Moonshake, Bark Psychosis, Laika.
En pleno siglo XXI, la insipidez del post-Britpop ha reevaluado el legado dejado por el Britpop original -sí, original-. Sinceramente, si bandas como Girls, Stereophonics o Idlewild fueron la onda expansiva dejada por el Britpop, casi mejor volver a los primeros discos de Suede y la gran trilogía de Pulp.
Si bien el Britpop, más bien, cumplió una función de puente hacia el gran pop británico de los ’60, tampoco debemos olvidar que nos dejó una colección importante de obras autónomas, fascinantes, inalterables al paso del tiempo: de los primeros discos de The Auteurs y Saint Etienne al Britpop subterráneo de Denim. La herencia está ahí, aunque pocas sean las bandas interesantes que hayan sabido recoger el lado positivo de su influjo, quizá sólo los Artyc Monkeys, cuyo primer LP, Whatever People Say I Am, That’s What I’m Not (Domino, 2006) fue todo lo que, en su momento, debió haber sido la versión más rock del Britpop: excitante, feromónico, haciendo que lo viejo vuelva a sonar totalmente renovado, contemporáneo.
La huella está ahí y, pese a todas sus sombras, tras dos décadas no deja de ser altamente significativo que el último gran disco del pop británico -y me refiero a pop en su concepción más clásica- siga siendo This Is Hardcore y que la última canción definitiva del pop sea ‘Common People’ ¿A alguien se le ocurre una canción más apoteósica? Después de todo, bajo la piel de obras como Dog Man Star, The Stone Roses, Parklife, Different Class, So Tough y el propio This Is Hardcore se puede palpar algo que se echa tanto en falta en el pop de hoy en día: ambición, esa sensación de estar reescribiendo la historia, aunque sea por medio de la evocación de épocas pretéritas en primera persona.
Mirar hacia el Britpop en toda su extensión puede llegar a resultar indigesto: el anglocentrismo descarado de la Britpress, la grotesca figura de Tony Blair, bandas tan estereotipadas como Bluetones, Cast, Menswear, Kula Shaker. Sin embargo, una selección entre sus manjares más selectos, y las sombras de la generación perdida, sigue siendo uno de los placeres más gustosos de saborear dentro del pop facturado en estas dos últimas décadas. Siendo así, vuelve a surgir la misma cuestión: ¿realmente mereció la pena? Que cada uno saque sus propias conclusiones. Pero quizás el gran problema no ha sido el Britpop, sino todo lo que ha venido después: Travis, Keane, Coldplay, Snow Patrol, Starsailor, Elbow Embrace y tantas otras bandas sin la más mínima personalidad, cuya épica está desprovista de todo tipo de semántica. Al lado de este tipo de formaciones, Blur parecen realmente los Kinks, Oasis los Beatles del ’65 y Pulp lo mejor que le ha pasado al pop británico desde los ’90. Bueno, ¿acaso no ha sido así?
1Conte, Christophe: “Veterano de guerra”, Los Inrockuptibles, página 52.
2Dower, John: Live Forever: The Rise And Fall Of Britpop. Traducción del autor.
3Lenore, Victor: “Pulp: reconstruyendo desde cero”, Rockdelux.
4Ibídem.
5 Ibídem.
Una vez fueron como tú:
Bebiendo
Fumando
Y esnifando pegamento
8Venid y tocad las canciones de gloria. Alzad la voz para
Celebrar los días que hemos perdido en la cafetería, la estación
Y aprended el sentido de la existencia en pagos quincenales
Venid a compartir esta edad dorada conmigo en mi apartamento
De una habitación, y si todo esto no llega a nada no importa
Éstos siguen siendo