Rio 2016 – Esos velocistas paliduchos…

Las pruebas de velocidad en atletismo son ese reino que parece exclusivo para los hombres de raza negra. Caribeños, africanos, afroamericanos y demás máquinas nacidas para la velocidad, parecen haber dejado en un oscuro rincón a todos esos velocistas de tez pálida, impotentes ante la demostración de fuerza, agilidad y clase de sus rivales que imponen su genética privilegiada para la velocidad.

Es por eso que, aunque las exhibiciones de Bolt entrando en meta dialogando con el segundo son impresionantes, no está de más que levantemos la vista y valoremos en su justa medida lo ocurrido en las pruebas de velocidad en los pasados juegos de Río, ya que tanto mérito puede tener el que se pasea en su camino hacia el oro, como el que consigue una medalla de otro metal e incluso el que queda eliminado en semifinales luchando contra gigantes de ébano.

¿De qué te puede valer ser el hombre de raza blanca más rápido de la historia? Pues en el caso de Christophe Lemaitre para usar las pruebas de 100 metros como preparación para los 200 metros. Así es, el francés, capaz de bajar de los 10 segundos con una mejor marca de 9.92, fue incapaz de superar las semifinales de los 100 metros, y en campeonatos mundiales llegó a renunciar a participar para centrarse únicamente en los 200 metros. Realmente esta vez la jugada le quedó redonda, ya que Lemaitre consiguió su sueño de ser medallista olímpico en una prueba individual, anteriormente había sido bronce con Francia en 4×100 en Londres 2012. En una final memorable, en la que únicamente Bolt y Andre de Grasse superaron al francés. Un bronce que sabe a oro.

Hortelano

Fue también en los 200 metros donde Bruno Hortelano nos hizo soñar con la posibilidad de llegar a la final. Todo un hito en un país en los que los velocistas más destacados han sido siempre nacionalizados. Pero es que la mayor fuerza de Bruno es su mente, donde visualiza siempre el mejor de los escenarios y estudia cada paso que dará en la carrera, la que le permite entrar sin miedo alguno a sus rivales. Lo demostró en la ronda preliminar, ganándola y batiendo el récord de España, y en semifinales entró pensando únicamente en acceder a la final, en romper una barrera de nuestro atletismo.

Finalmente el resultado no fue el deseado, pero pese a todo hay que reconocer su esfuerzo y tengamos en cuenta que compitió de tú a tú con gente como Churandy Martina, Yohan Blake o Justin Gatlin. No solo eso, sino que su tiempo de primera ronda, 20.12, es el mismo que marcó Lemaitre para hacerse con la medalla de bronce. Así que todo apunta a que la medalla de oro que consiguió en los europeos no es flor de un día.

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Para terminar, nos fijaremos en los relevos 4×100. Imaginemos por un momento que tenemos un equipo de cuatro relevistas y ninguno de ellos es capaz de bajar de los 10 segundos. Tengamos en cuenta que nos enfrentaremos a países como Jamaica, Estados Unidos, Canadá o Gran Bretaña, que tienen a varios de esos veloces especímenes entre sus filas ¿Qué creéis que ocurrirá? Pues que si eres Japón sucederá que te llevarás la medalla de plata en los juegos olímpicos.

¿Cómo se produce tal milagro? Pues con el método nipón de trabajo, trabajo y más trabajo, preparando durante meses las postas de relevos y afinando hasta la última milésima. Dicho de otro modo: haciendo justamente lo contrario a lo que suelen hacer los equipos estadounidenses, siempre confiados en su potencial. Así, con unos relevos que para cumplir con los tópicos llamaremos kamikazes… Japón entraba en la meta en segundo lugar consiguiendo una medalla de plata histórica.