Sigue la fiebre del fútbol en Rusia y ya hemos dejado atrás la fase de grupos y el cuadro de eliminatorias ha quedado definido, con la horda de periodistas apresurándose a decir que España está en el lado fácil del grupo. Es curioso cómo se menosprecia a determinadas selecciones y, sin embargo, se potencia otras como Uruguay, Portugal, Francia y Argentina que se enfrentarán entre sí y entre las cuatro saldrá un semifinalista. Pero no nos equivoquemos, porque aunque es cierto que son cuatro selecciones peligrosas, también es cierto que las cuatro se han caracterizado por una anormal dificultad para generar un juego fluido. Esto tampoco significa que las esté menospreciando, sino que al contrario son selecciones que por su forma de juego darán más guerra cuando estén contra un gran rival que contra selecciones con menos nombre y que les ceda la posesión del balón.
Pero dejémonos de las eliminatorias, porque antes de eso creo que en esta web nos caracteriza más fijarnos en las derrotadas. Comenzamos por Arabia Saudí y Egipto, la primera superó sus expectativas sobre todo teniendo en cuenta su flojo inicio, pero una victoria contra la propia Egipto hace que se vayan con una sonrisa, todo lo contrario que los faraones que dio desde el principio la imagen de equipo deprimido. No hay duda de que las aspiraciones de Egipto comenzaron a esfumarse en la final de la Champions, pero parece que el golpe de gracia llegó en el primer partido contra Uruguay, siendo derrotada en el momento final. Al menos nos quedó la imagen de El Hadary debutando en un mundial a sus 45 años… y deteniendo un penalti. Una justa recompensa para un portero mítico en África.
Siguiendo con equipos árabes, tanto Marruecos como Irán también se van dejando una buena imagen. Marruecos con un solo punto, pero sin haber sido inferior a la propia Irán, de hecho mereció ganar, ni a Portugal, a la que puso en muchos problemas y donde mostró un fútbol mucho más imaginativo que el luso. Además, contra España también la puso contra las cuerdas y acabó llevándose un merecido punto. De nuevo, Renard da el do de pecho con una selección africana. Irán estuvo incluso a un paso de clasificarse, con un juego muy defensivo pero también muy bien organizado y con un portero, Beiranvand, que nos ha dejado buenas actuaciones con una solvencia muy por encima a lo que estamos acostumbrados a ver en selecciones de oriente próximo.
Otra selección que mereció mejor fortuna fue Perú. Llegaba con el aval de una solvente fase de clasificación, pero un penalti fallado por Cueva en el primer partido frente a Dinamarca acabó lastrando al equipo. El segundo partido era contra Francia, y el juego atrevido de Perú es el más propicio para los galos, mucho más brillantes destruyendo el juego contrario que construyendo el propio, por lo que ahí terminaron las aspiraciones peruanas. Quedaba el consuelo del partido contra Australia y además de ganar marcó Guerrero, que llevó una lucha más allá de lo deportivo para poder estar en el mundial. La propia Australia mantenía esperanzas de clasificarse, y su propio instinto de supervivencia es digno de alabar y es el mismo que le llevó a superar a Siria y Honduras de camino a Rusia. Sin duda es una selección a la baja que aunque puede mantener todavía su poderío en Asia, necesitará algo más para volver a pisar unos octavos de un mundial ¿Quizá clonar a Tim Cahill? No sería mala idea, salió en el tercer partido y peleó, pero no marcó en lo que sería su cuarto mundial anotando y lo que le hubiese aupado a un club en el que están muy pocos jugadores.
Sabéis que Islandia es una debilidad personal, de nuevo vimos la comunión entre el público y los jugadores… o casi diríamos nación en lugar de público, porque, volviendo al apartado de datos mil veces repetidos sobre Islandia, repetimos que el 10% del país estaba por allí, por las gradas. No decepcionaron, empataron contra Argentina aunque quizá fue un resultado que después perdió parte de su importancia por los problemas del equipo argentino. Contra Nigeria dieron la cara mientras aguantaron físicamente, porque aunque no fue un partido rápido, con Islandia nunca lo es, sí que fue un partido muy físico, muy al choque. Finalmente tuvieron sus opciones contra una Croacia B, pero acabaron ahogándose en la orilla. Con honores, eso sí. También honores para Nigeria, que rozaron el eliminar a Argentina y nos mostró a un Ahmed Musa a gran nivel y con un joven portero como Francis Uzoho que comienza una misión casi imposible: sustituir al gran Vincent Enyeama. Es una pena que África no haya metido a ningún representante en octavos y no nos consuela que nosotros ya advertíamos en esta misma página que no parecía el mejor año para los africanos. Nigeria, como digo, estuvo cerca, lo suficientemente cerca para sentir rabia e impotencia.
Serbia volvía a una gran competición y ofreció cara y cruz. Por un lado una victoria más o menos convincente contra Costa Rica y una buena primera parte contra Suiza, por otro lado una segunda parte contra Suiza que prácticamente les hizo decir adiós. Contra Brasil poco que decir, ya que cada vez tengo más claro que estamos ante la más firme candidata a campeona. Costa Rica venía con una losa muy importante, el mundial 2014 y su gran actuación. Esta vez los mimbres, al menos los más importantes, eran los mismos pero con cuatro años más y todo lo que eso supone. Además el grupo no era el más fácil.
Corea en ataque fue lo que quiso Son, en defensa fue un equipo ordenado y combativo… pero hacía falta algo más para poder pasar de ronda pese a su victoria final contra Alemania. Por detrás estaba latente la amenaza del servicio militar coreano, del que no se libra prácticamente nadie salvo que el gobierno te lo “perdone” por haber representado a Corea de forma honrosa. Por lo visto, habían marcado dicha honra en octavos, de otra forma a varios jugadores les tocaría cambiar el balón por el rifle, entre ellos a Son lo que podría suponer el fin a su carrera. Tengamos en cuenta que allí no se andan con chiquitas y lo de hacerse un hombre, como decían por aquí cuando te llamaban a filas, les lleva dos años. Dudamos de si la victoria contra la actual campeona mundial valdrá, pero si no les quedan los juegos asiáticos.
Lo de Alemania merece un capítulo al margen, porque es de nuevo el ejemplo de que si hay algo difícil en el fútbol es renovar cuando vienes del éxito. Más allá de si era o no oportuno llevar a Neuer tras un año completo en blanco, peor parece haber sido apostar de nuevo por Khedira y Özil, cuyo desempeño ha quedado a años luz de la de competiciones anteriores. Pero lo más sintomático ha sido lo de Thomas Müller, un jugador fundamental en los dos mundiales anteriores y que amenazaba con acabar batiendo el récord de goles en las citas mundialistas, en esta ocasión ha sido una triste sombra casi inoperante. Ni los cambios de alineación de Löw, que en el 2014 fueron fundamentales, ha servido para lavar la cara de un equipo que ya empezaba a avisar del desastre en los amistosos previos. En general, poco rescatable de Alemania y en el que varios jugadores habrán dicho adiós definitivo a la selección.
Panamá llegaba, a mi entender, como la selección más floja de todo el mundial. Por desgracia lo ha demostrado llevándose un buen carro de goles, pero por otro lado es de admirar el buen talante con el que se han tomado la cita y sobre todo la gran fiesta que montaron cuando consiguieron marcar a Inglaterra. Era su primera cita y su primer gol, no lo olvidemos. Túnez se mostró como un equipo ordenado, pero cayendo en el mismo grupo que Bélgica e Inglaterra las posibilidades eran muy pocas. Pese a todo compitió bien contra Inglaterra y venció, como se esperaba, a Panamá, pero el juego de Bélgica fue demasiado para ellos.
Polonia protagonizó lo que parece ser la última decepción de la generación liderada por Robert Lewandowski. Una actuación gris que ni la victoria final contra Japón pudo tapar y otra selección que va a necesitar una profunda reestructuración. Senegal, en cambio, parece estar en el inicio de una etapa que puede dar grandes alegrías sobre todo viendo que, paradójicamente, su jugador más importante, Mané, no ha estado a gran altura y pese a todo Senegal ha dado guerra hasta el final. Fruto sobre todo del trabajo de un prometedor entrenador, Aliou Cissé, único además de raza negra en todo el campeonato y que ha sido capaz de montar un equipo sólido rompiendo la tendencia a la anarquía de la que hacía gala hasta hace bien poco.
Hasta aquí el breve repaso a las selecciones eliminadas, para el resto y para hablar de cuadros fáciles… los medios de siempre.