Andaba yo preso de ese estado calenturiento de la gripe, dengue, trancazo, coqueluche o influenza, cuando decidí indagar su etimología. Supe que a fines de su reinado Luis XV enfermó de ella. Por ello, la grippe fue muy conocida en Francia derivada de la palabra germano-suiza, das Grüppi, que los germanos aplicaban a la enfermedad desde 1510, cuando se documentó por primera vez tras la muerte del cardenal de Amboise en Lyón.
Grüppi significa encontrarse mal. La popularidad de la palabra fue instantánea, si bien no la reconoció el Diccionario de la Academia Francesa en su edición de 1765, aunque el pueblo y los escritores ya la usaban.
En el Recueil de ballets et de mascarades de 1751 aparece un ballet titulado Les grippes de mode. Luego el chansonnier P.J. Nougaret compuso la comedia La grippe, y el conde de Tressan dejó escrito en 1776: «Aparece este invierno una enfermedad general en todo el reino que se llama grippe, que empieza por un resfriado y dolores de cabeza, lo que proviene de la niebla y de los malos aires. Desde hace 15 días no hay casa en París que no tenga uno o dos de estos enfermos».
La palabra gripe se incorporó al diccionario español en 1899.
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Este billete fue publicado en El Periódico de Cataluña el lunes 24 de enero de 2000. Su autor es Juan Soto Viñolo.