La Mina. Arte a la sombra de Camarón (IV)

El Concurso de Cante Flamenco de La Mina nació en 1991 con pocos recursos económicos para corresponder a los gustos del treinta por ciento de la población gitana del barrio. También, añade Perona, para lavar cierta mala imagen de La Mina con referencia a personas del exterior. «Intento dar cabida al cante flamenco analítico de los estudiosos pero también al flamenco gitano de transmisión al público, que es fundamental».

El cantaor-autor con mayor solera de La Mina es Juan Amaya, «Juan el de la Vara», orondo y simpático, primo hermano de Carmen Amaya, que vive desde hace 25 años en el barrio. Después de un retiro de diez años, ha reaparecido estrenando un disco titulado Fuente de los Amayaque recoge rondeñas, fandangos, jaleos, bulerías, soleares y cañas. Siguiendo las tradiciones gitanas a Juan el de la Vara se le respeta mucho. «Los gitanos queremos mucho a los niños y a los viejos y respetamos al prójimo», dice Juan Amaya. «La Mina es un barrio como otro cualquiera. Habemos buenos y malos y lo único que pretendemos es que todo se haga lo mejor posible por parte de la asociación gitana. Estaremos aquí para servir a quien venga».

«De mi prima hermana Carmen Amaya, se hablará todavía mucho tiempo, porque fue la máxima figura del mundo entero por cómo bailaba. En 1956, Carmen inauguró el paseo marítimo de Barcelona con una fuente llamada de Carmen Amaya. Esta asociación gitana es la envidia de mucha gente por la forma que la llevan. El Festival es uno de los mejores de España».

Dice Juan el de la Vara que en el Centro Cultural Gitano de La Mina hay un valioso archivo flamenco para el que quiera aprender los viejos cantes. «El flamenco no se puede enseñar; hay que nacer con ese don», añade. Con respecto al flamenco-fusión, Juan el de la Vara lo acepta, «siempre que los instrumentos huelan a flamenco».

Juan el de la Vara le llama el patíbulo al escenario y le tiene muchísimo respeto. «Cuando salgo a cantar ni me acuerdo del dinero que cobro. A mí lo que me interesa es quedar bien y hacerlo lo mejor posible. Ningún artista se acuerda del dinero cuando sale a cantar. Sólo quiere satisfacer a la gente y quedar lo mejor posible».

El guitarrista granadino Paco Heredia «Lucerito«, emigró a Catalunya, instalándose en Gerona, después se fue al barrio de La Catalana y, finalmente, recaló en La Mina. Es el guitarrista oficial del Concurso de Cante Flamenco de La Mina y del Yunque, y su hijo de 17 años también es un sensible tocaor. Corto de palabras, se expresa con riqueza con la guitarra. Hijo de Juan el Pajarillo, cantaor del Sacromonte, primo hermano de Luis Heredia «El Polaco». Con su hermana María del Mar Heredia y su cuñado Modesto Fernández, «hacemos un poquito de flamenco y también vivimos de los mercaíllos».

El cantaor Juan Fernández Amador «Juanenque», nació en los alrededores de La Mina en 1950, de raíces granadinas con artistas en la familia como Juan el Pajarillo. Se vinculó al Centro Cultural Gitano por la facilidad que se le ofrecía para intervenir en festivales. Ganó el segundo premio de soleá en 1991. Canta flamenco en los tablaos de Barcelona. «En La Mina, aunque sea Catalunya, hay mucho arte andaluz metío. Así que yo iba viendo bailar y cantar a los niños por las esquinas y lo he vivido desdeniño y eso se lleva en la sangre».

«Juanenque» ha grabado tres discos de rumbitas, «un poco comercial para que se venda y ahora voy a hacer uno de solistas flamenco, que es lo que siento».

Su hermano Justo Fernández Amador es otro guitarrista asiduo de La Mina. «Tocamos en las peñas los fines de semana y en las cosas que van saliendo por ahí. Traigo a la niña a las clases de baile. Mi mujer trabaja y con eso vamos saliendo adelante. Tengo cuatro hijos, el mayor de 18 años».

Antonio Córdoba, de Cabra, es vendedor ambulante de ropa en el mercadillo de la plaza de Abastos de San Adrián y frecuenta el Centro Cultural de La Mina. Organiza misas rocieras para las romerías nacionales. «Vine a Barcelona en el año 63, viví en una chabola del Campo de la Bota y me fui a trabajar a Pueblo Nuevo ganando 640 pesetas a la semana y allí encontré a mi paloma como yo le digo a mi compañera Magdalena Cortés Cortés, me casé en La Mina, tengo ocho hijos casados y nueve nietos. Yo estoy a todas horas en el Centro dispuestos a ayudar a lo que nos necesitan». Antonio Córdoba recuerda la última Navidad cuando se reunieron muchas familias y pasaron dos días juntos, comiendo, bebiendo y cantando.

Basilio Perona Cortés, hermano del secretario del Centro Cultural Gitano, fue el primer bebé nacido en La Mina en 1973. «Mis padres vinieron del Campo de la Bota y a los dos meses nací yo».

Basilio forma parte del grupo Potaje y, además, es educador de la Generalitat de Catalunya. ¿Cómo ha conseguido un gitano de La Mina trabajar de educador para la Generalitat? «Yo sólo tengo el graduado escolar, pero he vivido en la asociación el trabajo social. Me enteré que la Generalitat necesitaba un educador gitano par un programa especial llamado “Neteja vides” para sacar a los chicos que había en los semáforos limpiando parabrisas. el 40% que había en la calle haciendo actividades marginales eran gitanos y pensaron contratar a un educador gitano, me presenté y me cogieron. Soy el único educador gitano contratado en Barcelona por la Generalitat. En Lleida hay otro. Yo hablaba con los chicos, a algunos los conocía y les ofrecía trabajo. Antes hubo cinco educadores castellanos que fracasaron porque los gitanos no se creían que les iban a dar trabajo. Llegamos a contratar a trescientos gitanos y después hicimos un seguimiento. Ahora estoy haciendo de mediador entre la Generalitat y las familias gitanas que no escolarizan a sus hijos para convencerles que les lleven a la escuela».

Refiriéndose al grupo, dice: «Como en casa siempre hemos vivido el flamenco, creamos el grupo “Potaje” en 1996 y empezamos a trabajar en las fiestas de la jet catalana de la Costa Brava y Barcelona, y nos pagaban muy bien. Como también nos gustaban otras músicas como el blues, el jazz, la salsa, así nació la idea de montar el grupo de flamenco-fusión. Acabamos de publicar nuestro primer compacto titulado Tasunko(toro en húngaro) con la discográfica Avispa en coproducción con Caimán Record para su difusión en América Latina y Estados Unidos. En agosto cruzaremos el charco». Potaje está compuesto también por el percusionista Paco Fernández, Pablo Fernández, compositor y saxo, José Cortés, guitarrista y Luis Cortés «El Chato».

«Potaje», dice Perona, «ha recogido referencias de Ketama y Pata Negra, para fusionarlas con el flamenco y hacer lo que se hace hoy día, que es la música fusión, flamenco con ritmos calientes, salsa, punky, rumba catalana, con arreglos de Yumitus, otro gitano catalán».

Enrique Soto Gómez, catalán, vecino de La Mina, con raíces gitanas malagueñas, tiene un amplio árbol genealógico de artistas. Por parte de padre está emparentado con La Repompa de Málaga, La Pirula, La Cañeta de Málaga y El Ronquillo de Málaga. Por parte de madre, su abuelo Ramón Gómez fue tocaor de Carmen Amaya. «Además», agrega, «tenemos a nuestro tío Juan el de las Leyes que fue un gran cantaor y luego a nuestra madre que también canta y baila». Cantaor y guitarrista da clases a los niños de La Mina y produce desde hace quince años el grupo Fantasía, con el que ha grabado diez discos de baladas y rumbas catalanas «un poquito andaluzas, también flamenco con mi hermano Juan Manuel que canta de bien p’arriba desde los once años y Rafael. Con Fantasí fuimos innovadores porque hicimos música de fantasía».