¿Quién, en un millón de años, podría haber imaginado que las palabras que Laura Palmer le dijo al agente Cooper –“Te veré en veinticinco años”– se harían realidad? Sí, se oían rumores, pero el retorno de la serie parecía algo inverosímil, (casi) imposible. Hasta que el propio Lynch lo publicó en su cuenta de twitter: “Queridos amigos: está ocurriendo otra vez”.
El estreno se anunció para 2016. Sin embargo, la alegría iba a durar poco. Justo seis meses después, Lynch informaba, de nuevo, a través de su cuenta de twitter que, tras más de un año de negociaciones con la productora Showtime, abandonaba el proyecto a causa de un presupuesto insuficiente. Fue un jarro de agua fría para las esperanzas de sus fans. El regreso de “Twin Peaks” no era posible sin Lynch. El reparto lo sabía. Y no iba a permitir que la catástrofe que casi hunde la serie durante la segunda temporada, y que acabó con su cancelación in extremis, se repitiera. De modo que se unieron cual piña hawaiana del doctor Jacoby y, bajo el hashtag #SaveTwinPeaks, removieron cielo y tierra. Abrieron una petición para que los seguidores firmasen en apoyo de Lynch, y crearon un vídeo en el que ellos mismos hablaban de lo inconcebible que sería el programa sin el director, porque “Twin Peaks” sin Lynch es como…
una chica sin un secreto
un perro sin ladrido
una camarera sin uniforme
una oficina del sheriff sin donuts
rieles de cortinas sin bolas de algodón
Lynch volvió. David había vencido contra Goliat.
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Este artículo forma parte del reportaje «Informe Twin Peaks», coescrito junto a Quim Casas, que fue publicado en la Revista Rockdelux en junio de 2017. ISSN 1138-2864
La autoría de los artículos que publicamos en esta serie es de Carmen Viñolo.