La sensacional historia de “Sensación de vivir”

Los años 80 fueron el caldo de cultivo perfecto para el exceso y la extravagancia. También para las telenovelas; las echaban a mediodía cuando las amas de casa se tomaban un respiro antes de que llegase la prole hambrienta del colegio, y el marido hastiado del trabajo. Eran series protagonizadas por adultos con vidas complejas, con traiciones, infidelidades, crímenes y desengaños. La mayoría de ellos con pasta gansa, a lo jeque árabe. Las echaban de nuevo después del telediario. Con el relajo de la sobremesa, especialmente en verano, la familia entera se quedaba ensimismada ante las tramas rocambolescas, las afiladas intrigas, pero sobre todo ante los peinados imposibles y los vestidos extremados de las señoras.

En los noventa los tiempos empezaron a cambiar en la televisión. Se rebajó el rímel y los peinados, pero más que nada, la exageración del drama. Y, de pronto, apareció un culebrón juvenil pionero: Sensación de vivir (Beverly Hills, 90210), creado por Darren Star en 1990.

En un primer momento, parecía una secularización de las viejas telenovelas de los ochenta: en lugar de cuarentones, sus protagonistas eran adolescentes, pero igual de pijos. Las tramas estaban enfocadas en los problemas y avatares de la muchachada, aunque con el mismo tono de serial. Ahora bien, aunque la serie conservaba toda esa pedagogía moralista de lo que está bien y lo que está mal de las series ochenteras, hizo hincapié en algunos temas hasta la fecha poco abordados.

La escena íntima de la fogata en la playa, en la que Kelly cuenta a sus amigas y me dice que vayamos a la playa, yo estoy nerviosa… Hay arena y rocas, y él me dice: «Venga, Kelly, serás mi novia, saldremos juntos». Y yo me lo creí (llorando). Luego regresamos con los demás y no volvió a decirme ni una palabra…

o la del mítico episodio de la fiesta de Halloween, cuando la misma Kelly se presenta vestida con un disfraz de bruja que deja muy poco a la imaginación, y casi es violada por un chico, porque, claro, si una mujer va vestida como una puta, que se atenga a las consecuencias.

Escenas como estas pusieron sobre el tapete algunos de los muchos abusos, humillaciones y engaños que sufren las mujeres por parte de los hombres, ya desde jovencitas.

Supongo que para muchos o muchas de las que vimos la serie durante nuestra juventud y que nos coincidió yendo al instituto nos quedaba un recuerdo vago de la misma, por ser algo prescindible, incluso una mácula en nuestro haber seriéfilo. Ahora bien, gracias al seriepic La historia no autorizada de Sensación de Vivir (The Unauthorized Beverly Hills, 90210 Story, 2015) ese punto de vista está a punto de cambiar.

¿Acaso éramos conscientes de lo que se cocía en la cabeza de su creador, Darren Star? ¿De lo que tenía en mente? ¿De sus principios? Fijo que no.

¿Recuerdan ustedes -y les trato de ustedes porque si lo recuerdan de aquella, ya tendrán una edad- el último episodio de la primera temporada en el que Brenda y Dylan se acuestan en la habitación de un hotel durante el baila de fin de curso? Ahora sí, ¿verdad? Cómo la cogió él en brazos y la entró en la habitación cual novia en su luna de miel. Brenda perdía su virginidad esa noche, y después, al acabar, ambos regresaban al baile. Brenda no podía contener la emoción y, agarrando las manos de su amiga, le contaba lo que había sucedido. Con una sonrisa en los labios, de oreja a oreja, Brenda resplandecía.

No obstante, lo que ocurrió después, que Brenda y Dylan rompiesen, eso nadie lo entendía. ¿Qué había pasado? ¿Por qué rompían, si todo iba bien entre ellos y habían compartido esa noche tan maravillosa?

La respuesta nos la da La historia no autorizada de Sensación de Vivir, minuto 54:

LOS DE LA CADENA FOX

Nuestros principales anunciantes se están largando! ¡Los padres no dejan de llamar, están indignados!

DARREN STAR

Indignados, ¿por qué?

LOS DE LA CADENA FOX

Porque les hemos dicho a sus hijas adolescentes que hagan el amor, por eso!

DARREN STAR

¿Qué hemos hecho mal? Una alumna de instituto ha perdido la virginidad

LOS DE LA CADENA FOX

Y ha alardeado de ello, sin arrepentirse.

AARON SPELLING

Darren, tienes que entenderlo, una adolescente estadounidense puede perder la virginidad en la tele, pero no puede…

LOS DE LA CADENA FOX

Disfrutarlo…

Así que, Brenda Dylan tenían que romper. No se acostarían más, y Brenda tenía que sentirse confundida y muy arrepentida por haberlo hecho.

Pese a que el gran Darren Star se negó en rotundo a tal giro en la trama, pataleó, golpeó la mesa y defendió sus principios,

Va en contra de mi conciencia. ¡Sería una traición! 

no pudo vencer contra Goliath y su vieja y putrefacta moralina represora de mujeres que asevera que una chica no puede disfrutarlo.

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Darren Star

Star pasó por el aro en esa ocasión, ahora, se desquitó, y a gusto, con un proyecto posterior: la genial Sexo en Nueva York basada en los artículos de Candance Bushnell, en la que el eje central y absoluto era el sexo practicado por las féminas. Y lo hizo especialmente con uno de sus personajes: la fabulosa Samantha Fox, musa de las mujeres libres, quien alcanzó su culmen en la película Sex and the City 2, cuando en el zoco de Abu Dabi, rodeada de señores moros, increpándola y señalándola con sus dedos y sus turbantes, porque al caer su bolso, salieron de él docenas de condones de colores, ella, hasta el límite, empieza a exclamar:

¡¡Sí, yo follo, yo follo!!

acompañando estas palabras con el gesto propio del acto sexual…

Pese a que Sexo en Nueva Yorkfue denostada en la última década gracias a las artimañas de una rata de claveguera, usurpadora de ideas y malaje, la serie será reconocida, muy pronto, como un punto y aparte en la historia de la televisión estadounidense.

¡Viva Darren Star! ¡¡Viva Darren Star, feminista y paladín de los derechos sexuales de las mujeres!!