10 libros para comenzar 2016

2

José Domingo

“Aventuras de un oficinista japonés”

Pocos cómics más fascinantes que éste para caer en la certeza del gran estado de salud que lleva viviendo el mundo de la viñeta en el siglo XXI. Sin duda, la disciplina artística que contiene un porcentaje más alto de aciertos. Como esta impepinable Odisea, una travesía de aventuras que es una oda al poder de la imaginación por encima de todas las cosas. Porque, más allá de todos los contextos posibles que se puedan extraer de esta obra, lo que pesa con más fuerza es su poder hipnótico para adentrarnos dentro de su historia, hacernos sentir como los ojos que marcan el destino de su “desgraciado” oficinista japonés. Tres años después de su publicación, no cabe duda: obra maestra.

1

Marcos Gendre

“Britpop. La vida moderna es una basura”

Para esta ocasión, Gendre ha realizado uno de sus mayores esfuerzos: perfilar con gran profundidad de campo el zeitgeist del Britpop, sus luces y sombras. Un viaje en modo documental hacia las entrañas de este fenómeno typical ‘90s. Su desarrollo, contradicciones y posterior mutación en el presente. Sin duda, el gran ensayo que nadie se a atrevió a escribir hasta el momento sobre esa época, y la obra más reveladora y polémica de entre todas las llevadas a cabo por Gendre.

Sin duda, el libro que mejor recoge las luces y sombres de esta no-generación.

3

Federico García Lorca

“Bodas de sangre”

Clásico entre clásicos, nunca es tarde para adentrarse o redescubrir esta cúspide del universo lorquiano. Un regalo, que ya sea para uno mismo o alguien al que tengas en alta estima, siempre funcionará de la misma forma: caldear el gusanillo de la curiosidad, hacer despertar rincones de sensibilidad que llevaban dormidos toda la vida. Teatro en sentido literal, tejido con punzada genial e imágenes nacidas para copar el altar de los recuerdos más vívidos. Toda una experiencia a la que seguir acudiendo siempre que se quiera degustar teatro del bueno de verdad.

Una de las pruebas que mejor representan las teorías de Godard: clásico=moderno.

Por cierto, si la edición es la de Cátedra, pues mejor que mejor.

4

Carmen Viñolo

“Fargo. Una historia real”

Tras su monumental reinvención del ensayo mediante “Twin Peaks. Fuego, camino conmigo”, Viñolo ha vuelto a la carga, tendiendo una red monumental sobre el universo Fargo. Armada con un renovado dechado de virtudes, su enfoque mezcla la “Minnesota Nice” de los Coen con la recreación perfilada por Noah Hawley. De Mike Yanagita a Lorne Malvo, el trayecto articulado entreteje película y serie, personajes y reflexiones  en un gran tapiz invernal; sólo alterado por el profundo negro de unas palabras rebosantes en significado, en las que lo sublime suena natural pero profundo. El resultado enaltece la materia prima enfocada, y nos la sirve para ser catada en 15 bocados sobrados de sustancia y miga. Todo un festín en la nieve.

5

Osamu Tezuka

“Fenix”

“Fenix” es un revelador “tour de forcé” a contracorriente que va del pasado al futuro, y al revés, acercándonos progresivamente al presente.  Planteamiento único, esta Fenix mira desde su atalaya de clasicismo y modernidad insultante al resto de la propia obra de Tezuka, y por ende a la de todo el manga japonés. Incluso, superior a obras inolvidables como “Adolf”, “El árbol que da sombra” y “Buda”, adentrarse en el remolino de estilos, tramas, subtramas, e inabarcable desfile de personajes que se dan vida a sus viñetas, resulta una de las gozadas más nutritivas que nos haya podido ofrecer jamás el mundo del comic.

Y si empezáis por el primero, recordad que el despliegue de genio se estira hasta los 12 tomos. Casi 5.000 páginas de puro goce. A lo que hay que añadir la cuidadosa edición llevada a cabo. De lujo.

6

David Stubbs

“Future Days. El krautrock y la construcción de la Alemania Moderna”

Menudo regalazo  para el fin de año. Y es que estamos ante nada menos que la obra d-e-f-i-n-i-t-i-v-a sobre el krautrock. Y es que ya son cuarenta años de influencia en toda la estratosfera pop, y parecía que el único que se había dado cuenta era el crack de Julian Cope. Sin embargo, Stubbs llega más hondo en su inmersión. Lo suyo es trasladar al papel el gran documental que se tanto se echaba de menos sobre esta generación de músico-investigadores, portadores del grano en el culo como leitmotiv para sacar enfocar hacia regiones sonoras anteriormente solo imaginadas en su memoria. Definitivamente, para leer a ritmo de ‘Hallogallo’.

 

7

Edward Bunker

“La educación de un ladrón”

Ratero en su infancia, el preso más joven de San Quintín, planeador de robos -Bunker llego a vender planes de robo a ladrones profesionales -, escapista de la libertad condicional. La vida de Bunker es de esas que dan pleno sentido a frases como “la realidad supera la ficción”. Y es que a pesar de haber escrito novelas tan aterradoramente humanas como “No hay bestia tan feroz”, “La factoría de animales” o Perro come perro, donde realmente Bunker plasmó todo el río vital que lo inundaba fue a través de su autobigrafía, “La educación de un ladrón”. La cumbre de toda su trayectoria, cada página de este libro nos muestra los pliegues de la memoria de Bunker en toda su crudeza; exhalando chorros de vida pura, mediante una especia de filosofía brutal de la especie humana más desfavorecida.

8

Juan Soto Viñolo y Carmen Lloret

“La hipoteca de nuestra vida”

Recientemente considerada como “lectura obligatoria” en los colegios, esta obra de teatro se muestra adelantada a su tiempo, reveladora: como un oasis de genio dentro de una escena teatral anémica de sustancia e intenciones.  El verdadero encontronazo con la demoledora realidad, “La hipoteca de nuestra vida” no sólo es una radiografía tremendamente humana de la gente anónima que padece la crisis día a día, sino que es el filtro por el que la imagen del “España va bien”, ¿os acordáis?, queda derrumbada. Entre sus escombros, podremos ver la verdad al desnudo, la verdadera esencia de unos sueños que viven al borde la pesadilla, sin ni siquiera saberlo o querer verlo. Intensa, vivaz, crítica y desgarradora. Nadie hasta ahora, se había adentrado con tanta clarividencia en las entrañas de la ceguera, que guía los pasos de la sociedad actual.

 

9Jimmy McDonough

“Shakey”

Crónica de una obsesión sin límites, este más que exhaustivo trabajo se va desarrollando mientras el lector sigue adelante conmovido por saber si McDonough será capaz de conseguir su objetivo de traspasar la membrana que cubre el corazón del universo “Neil Young”. Mientras puede ir comprobando el destello de su victoria, se van desplegando ante sus narices la historia de la gran anti-estrella de rock: su infancia en una familia rota, sus comienzos con los Squires, su irrupción en la escena musical de Winnipeg, ese viaje iniciático a Los Ángeles con el grupo a bordo de un coche funerario, sus interminables disputas con Stephen Stills, su compleja relación con las mujeres, sus tortuosas giras como CSNY, el nacimiento de los Crazy Horse o la trágica muerte de Danny Whitten. No falta nada.

10

Eduard Limonov

“Soy yo, Édichka”

Limonov en estado puro, cada página escrita en este libro está insuflada por la rabia de Celine, la humanización de la maldad de Hubert Selby Jr. y la picaresca de un superviviente obsesionado con su ex, Elena, y enfrentado con todo el mundo. El resultado no puede ser otro:  un dantesco descenso a los infiernos que sirve de radiografía de todos los males del capitalismo y el comunismo, dos cánceres por igual. Para ello, Limonov nos relata su experiencia en Nueva York. Está asqueado. Allá donde va, se siente como un exiliado. Limonov está movido por el demonio del odio. Cada palabra de este libro parece escupir veneno ante nuestra mirada estupefacta.