La nueva caligrafía tecno: de Depeche Mode a Detroit (I)

 

“Toda la electrónica proviene de Kraftwerk. La gente de mi generación estuvo muy influenciada por ellos. Depeche Mode, The Human League, cualquier grupo de esa época mamó su música. Y las generaciones siguientes entraron en contacto con la electrónica a través de nosotros.”

Daniel Miller

 

En una crítica reveladora sobre Music for the Masses (Mute, 1987), Jane Solanas, de NME, apuntaba la imparable proyección de Depeche Mode entre 1984-1987 y la denostada perspectiva que seguía teniéndose a esas alturas de ellos en su tierra natal: “Su estilo ha sido convertido en loops de música repetitiva en cintas de grupos soviéticos experimentales underground, además de que los productores house de Chicago se han apropiado de ella para hacer pistas de fondo. En el Reino Unido, Depeche Mode es probable que siempre sean vistos como los niños de diecinueve años de Basildon que hacen melodías bonitas con un montón de teclados. El respeto crítico y la adulación masiva de la que hacen gala en Europa, Oriente Próximo y ciertas partes de América no se mantiene en este caso. Pero deberían preocuparse al respecto”[1]. Estado repercusivo, resultante de una dualidad de contrarios, con la rancia Inglaterra como su despiadado verdugo crítico y el resto del mundo como un vergel abierto a dejarse inocular por su excitante picadura analógica, los cuatro chavales de la triste Basildon estaban enfilando tierras de conquista que jamás podrían haberse imaginado: Depeche Mode, en su proceso de expansión mundial, llegó a lugares tan insospechados como Detroit: la influencia de estos discos, y Black Celebration en particular, en el nacimiento del tecno es casi tan importante como la del italodisco de principios de la década y la obra completa de Kraftwerk. Depeche Mode describían en los punteos gélidos de piezas como ‘Fly On A Windscreen’, ese paisaje distópico que parecía llegado de un futuro catastrófico, pero que en realidad era el día a día en las pequeñas ciudades azotadas por la crisis de la industria y la extracción de recursos minerales”[2]. En este sentido, durante la gira de Music for the Masses, la llegada de Depeche Mode a Detroit se convirtió en todo un acontecimiento celebrado desde los clubs de la ciudad, algo así como la constatación de la revancha europea dentro de la cultura americana ya provocada anteriormente por las bases hip-hop señaladas por Kraftwerk.

Foto 15 Kraftwerk, los padres de la electrónica.
Kraftwerk. Sin ellos, nada.

Asombrados por el recibimiento en la capital norteamericana del automóvil, Gahan describe este momento: “Al igual que todos los elogios con los que nos aduló la gente de Detroit, nunca fuimos conscientes de nuestra influencia en la música de baile de los años ochenta. Y ahí se encuentra el encanto de todo esto, precisamente”[3]. Siguiendo con la reflexión: “Nosotros rompimos muchas barreras en nuestro propio camino y abrimos una gran cantidad de posibilidades musicalmente. El tipo de instrumentación que usamos se ha extendido al house y la acid músic. Todo eso es muy halagador. Ser reconocidos por la gente en Detroit y Chicago es genial”[4].

Quien servirá como vital lazo de unión entre esta fase en desarrollo de Depeche Mode y el tecno patentado en Detroit fue el visionario padrino de la música electrónica de Detroit, Juan Atkins: “Definitivamente, he tenido unas cuantas influencias. En mis comienzos, cuando empecé a grabar, los grupos que me sirvieron de base fueron, cómo no, Kraftwerk y Yellow Magic Orchestra, Human League; Eurythmics, también, pero no tanto. ‘Sweet Dreams’ fue un gran hit, aunque yo ya había publicado mi tercer disco en aquel momento. Más que ningunos otros, los que más me han inspirado fueron Human League y Depeche Mode”[5].

Foto 13 The Human League, pioneros.
The Human League, pioneros.

Primero rodándose desde el electro elemental de Cybotron, entre 1981-1983, para cuando Atkins llegó a su siguiente encarnación como Model 500, la dirección estaba más clara que nunca: de pulso orgánico, entremezclando texturas desde diferentes planos, buscando una rítmica agresiva, y enlazando con las técnicas de scratching. Entre la producción de singles que Model 500 ha ido sembrando desde 1985, los más representativos son ese dúo infalible inicial: Night Drive (1985) y No UFO’s (1985). Pero si existe un precedente todavía más representativo, ése es “Technicolour”, el resultado de su aventura como Channel One junto a Daniel Craig.

Hito del tecno facturado desde Detroit, la carrera de Atkins nunca ha cejado en ir convulsionando unos patrones muy relacionados con la visión maquinal, de pulso rítmico tremendamente físico, de una música dance estructurada mediante superposiciones de capas de sintetizadores, entre las que los colchones atmosféricos, las percusiones devastadoras, y el balanceo entre electronic body music y electro conviven en perfecta armonía.

Rozando la misma esencia de la estructuras que conforman temas como ‘A Question Of Time’, ‘Master And Servant’ o “People Are People’, precisamente, fueron estos cortes tres de los que más influencia tuvieron en las nuevas escenas tecno y house americanas. Mención especial también para ‘Just Can’t Get Enough’ y, sobre todo, “Get The Balance Right’, que, como ya hemos visto, fue una precursora fundamental de las corrientes house. Volviendo a echar un vistazo al baúl de los secretos de Atkins, tampoco deben dejar pasarse joyas de la electrónica de finales de los ´80 como ‘Bang The Beat’, ‘Testin 1-2’ -éstas bajo la máscara de Model 500-.

Aparte de Juan Atkins, el espectro de Depeche Mode se inoculó en los otros grandes padrinos del tecno de Detroit, como Derrick May, e incluso llegó a tierras neoyorkinas por medio de Todd Perry. Así, el propio May reconoce que el cuarteto británico “estableció el estándar con lo que hacen. En Estados Unidos han sido capaces de complacer a casi todo el mundo, como a un tipo como yo, que es un adicto al hardcore dance, a las multitudes de estadio. Estuvieron en el tiempo justo, en perfecta sincronía, y ni siquiera ellos mismos lo pueden evitar”[6]. De esta manera, el propio May “ve a Depeche Mode como una parte de la escena underground dance americana. “Ellos llevan el dance en la sangre”. Junto a ellos, se podría citar también a Nitzer Ebb, New Order, DAF, Yello y el resto de invasores europeos. Derrick también cree que Depeche Mode fueron una parte importante de la colisión club que acabó desarrollándose como el Chicago house. El sonido tecno de Detroit fue creado a partir de una dieta musical con George Clinton y canciones europeas como ‘People Are People’, el clásico de Depeche. Esta colisión intercontinental en el Chicago house, el tecno y los sonidos sampleados desde New York por Todd Perry son la llave del futuro de la música dance contemporánea americana.

Foto 16 DAF, la electronic body music.
DAF, músculo en la pista de baile.

Tal como queda corroborado en los testimonios de Juan Atkins y Derrick May, figuras-faro de la música dance, el pulso dance trazado por Depeche Mode desde sus comienzos fue sentando las bases en el tecno de Detroit y el Chicago house. Más allá de este radio, su imparable expansión también fue rozando el genoma musical de los sucesivos testigos de la prominente escena americana. Como resultado de esta concatenación de influencias, el virtuoso Carl Craig  fue otro de los grandes renovadores de la música dance que tomaron el testigo del influjo de Depeche Mode. “Recuerdo escuchar por primera vez ‘Lie To Me’. Fue una experiencia que explotó en mi cabeza. Junto a bandas como Yazoo y Visage, Depeche Mode tuvieron un gran impacto en toda la comunidad tecno de aquí”[7]. Un cuarto de siglo después, en plena segunda década del nuevo milenio: “Los puntos de referencia todavía existen. Crecer durante la adolescencia al lado de artistas y canciones como ‘Frequency 7’ -Visage-, Art of Noise y The Soulsonic Force fue de una influencia determinante. En Detroit siempre hubo una gran influencia de los sonidos synth europeos y del Reino Unido. En este sentido, O.M.D., Kraftwerk, Depeche Mode, Human League se escuchaban regularmente en la FM in Detroit”[8].

 



[1]Malins, Steve: “DepecheMode” (traducción de Iván Moldel Vallejo), Ma Non Troppo, Barcelona, 2007, pag. 130.

[2] Blánquez, Javier: “Por qué nos hicimos fans: así se construyó el mito de Depeche Mode”, Playground, 25/03/2013 en http://www.playgroundmag.net/musica/articulos-de-musica/columnas-musicales/por-que-nos-hicimos-fans-asi-se-construyo-el-mito-de-depeche-mode/2

[3] Wilde, Jon: “Hit it up & start again”, Melody Maker, 19/10/1990 en http://ebookbrowsee, pag. 34,  traducción del autor.

[4] Ibídem, pag. 34.

[5] Martin, Billie Ray: “The techfather: an interview with Juan Atkins, Electronic Beats, 19/02/2013  en http://www.electronicbeats.net/en/features/interviews/the-techfather-an-interview-with-juan-atkins/, traducción del autor.

[6] Ward, Linda: Pinterest, en https://www.pinterest.com/lindamarieward/detroit-techno/, traducción del autor.

[7] Passet, René: “Respect to the originators”, en http://www.tuug.org/~jaakko/dm/dmtekstit/respect.html, traducción del autor.

[8] Bodytonic: “An interview with Carl Craig”, 18/11/2011 en http://www.bodytonicmusic.com/words/2011/nov/08/interview-carl-craig/, traducción del autor.