Dos años (que se dice pronto en teatro) le ha llevado a Eva Zapico la gestación de “El gran arco” y, si no hubiese sido gracias a una baja en el Festival Russafa Escènica de Valencia, que hizo a los organizadores contactar con Eva y solicitarle un espectáculo, quién sabe, quizá el público estaría todavía inquieto buscando esta obra como algo que tenía que llegar.
Se trata de una obra excepcional que, partiendo de la figura de la mujer malvada, acabó adentrándose en el camino de piedras que conduce a la locura. Creada junto a Suso Imbernón y Ángel Figols, quien interpreta el papel de psicoanalista y durante unos instantes el de paciente, joder, se paró mi corazón y el tiempo con ese chasquido, ha dado como resultado un arco enorme, que nos muestra las innumerables y ocultas caras de la histeria, su incomprensión, ya sea por aquellos mismos que la padecen o por los que la intentan curar y el deseo, en ocasiones quimérico, de felicidad.
Una pieza mágica, en la que nunca sabes qué va a haber en el siguiente paso, si movimiento, si palabra, si psicoanálisis, una serpiente naciendo del pubis femenino, sexo, una carcajada. Lo único seguro es que es capaz de emocionar incluso a los muertos.
Próximas representaciones en Sala Ultramar (Valencia) c/Alzira 9 los días 6, 7, 8, 12, 13, 14 y 15 de diciembre a las 20h.