La esencia más pura del colectivo Native Tongues, Jungle Brothers fueron la sublimación del hip-hop positivo, abierto a respirar fragancias nuevas y a probar con cadencias insospechadas entre las matemáticas del scratching. Formados en 1986, los MCs Mige Gee y Afrika Baby Bam y el Dj Sammy B señalarán una vía de acceso desde el corazón de los callejones neoyorkinos hasta las verdaderas raíces africanas. Orgullo y reivindicación de los valores primigenios, sobre esta base, este trío de presdigitadores de la rima camaleónica se convertirán en el secreto mejor guardado de la Nueva York más colorida; la misma desde la que sus compañeros de colectivo -De La Soul y A Tribe Called Quest- se llevarán todos los parabienes, éxitos y reconocimientos.
Siempre al rebufo de sus hermanos de Native Tongues; en realidad, Jungle Brothers llegaron tan lejos como estas dos formaciones. Sobre todo, gracias a sus dos primeros álbumes: los coloristas Straight Out the Jungle (Idlers, 1988) y Done by the Forces of Nature (Warner Bros, 1989). Obras pivotales del hip-hop en su expansion hacia nuevos horizontes, como la música africana, el house, el ambient o la psicodelia. Si a esta apertura de miras, sumamos la profunda hacia las entrañas de la música negra de los anteriores treinta años -de Sam Cooke a Afrika Bambaata-, daremos con un frugal coctel de funk camaleónico, y jazz de latido seco y repetitivo, infestado de rimas paladeando orgullo africano por cada una de sus papilas gustativas.
En cuanto al disco que toca reivindicar para esta ocasión, nos decantaremos por el siempre “tapado” Straight out the Jungle, quizá no tan redondo como su siguiente LP, pero igual de importante; y, sin duda, uno de los discos más relevantes en la intrahistoria del hip-hop.
Safari al corazón del ritmo, esta cacería de musicas y rimas arrancará de forma proverbial por medio del minimalismo inoculado casi de forma imperceptible en “Straight out the Jungle”. Raíles musicales ensamblados sobre bases muy espaciosas y ralentizadas. Estas estarán dispuestas para que una infinidad de samples con ramalazo setentero se cuelen entre puzzles sonoros tan excitantes como en el sentido homenaje al “What’s going on” de Marvin Gaye, incluido en el tema del mismo título.
Para “Black is black” el funk se desparramará en un cambio de velocidad embriagador, mientras Mike Gee y Baby Afrika Bam volatilizan rimas a todos los niveles contra la segregación racial. Para tal empresa, en esta pieza contarán con la inestimable aportación del gran Q-Tip -A Tribe Called Quest-. En cuanto a “Jimbrowsky”, la psicodelia se apoderará de una atmósfera rayana al arty-hip-hop-. Palabras esculpidas en flotación, los Jungle Brothers aplicarán su concepción selvática de los engranajes musicales mediante un filtro de sana libertad; una que planeará a lo largo de todo este sembrado trayecto.
El LP continuará por medio de “I’m gonna do you”, donde las costuras estarán zurcidas por una línea de bajo jazz casi invisible, fascinante al roce con la tribal base percusiva al ralentí. Tras este respiraderos de hipnótico perfume negro, “I’ll house you” arremeterá como un corte básico en la historia del hip-hop. Inmersión en el house, África sudando en las discotecas neoyorkinas. La importancia de este single se convertirá en una bola de nieve que desembocará en Inglaterra con fuerza expansiva: Grime, trip-hop, garaje U.K. Entre los cinco minutos que ensamblan esta pieza se encuentra una vía conductora demasiado relevante como para obviarla.
Paso al frente, en “On the Run”, el old school toma nuevo brío mediante el scratching afilado de Sammy B, creador de una base industrial cercana a la de unos Public Enemy bajos en calorías. Por su parte, “Behind the bush” nos adentrará en un bizarro foso de jazz ralentizado, mediante unas bases muy cercanas a lo que unos años después llevarán a cabo Portishead por medio del proverbial Dummy (Go! Beat, 1994).
Sin visos de agotamiento en su discurso infinito, mediante “Because i got it like that” se transmutarán unos aguerridos Erirc B. and Rakim de garbeo por la Polinesia, mientras que a a través de “Braggin’ and Boastin’” nos recuerdan que Rum DMC fueron los que cortaron el bacalao para que se colaron todas las nuevas camadas del hip-hop.
Totalmente acelerados, al galope de “Sound of the safari” nos zambulliremos en plena selva. Trasiego atolondrado, en medio de un vendaval de samplers, a lo largo de esta sacudida no se escaparán multitud de ecos provenientes del corazón de las estepas africanas. Vuelta al gueto neoyorkino, para “Jimmy’s bonus beat”, Sammy B hará virguerías con el scratch, justo antes que “The promo” ponga la rúbrica al LP, de nuevo, con la colaboración de un Q-Tip que ya daba indicios de sus dotes como un Mc de una dicción especial, entre nasal y aguda, muy peculiar y terriblemente original.
Cumbre del “buen rollo” y la actitud, Straight out the Jungle ejemplifica estos dos términos como pocos discos. Qué ya es decir.