Outlast: Whistleblower. Regreso al infierno.

Por lo visto, los miembros de Red Barrels Games no tuvieron suficiente con hacernos sufrir en nuestra primera incursión en el manicomio Mount Massive, sino que nos invitan a una segunda visita que promete rompernos los pocos nervios que nos quedaron intactos en Outlast.

Bajo el revelador título de Outlast: Whistleblower se esconde un DLC que amplía la experiencia del juego original. En esta ocasión encarnaremos a Waylon Park, empleado de la Corporación Murkoff, quien es el encargado de darle el chivatazo a Miles Upshur, protagonista del juego original, poniéndole sobre la pista de los macabros experimentos que lleva a cargo Murkoff. Esta expansión, por lo tanto, arranca antes de los hechos presenciados en Outlast. Park es descubierto y detenido por los guardias de seguridad, pero tras dos horas preso se desatará la locura y dará comienzo una masacre que pondrá a prueba la capacidad de supervivencia de Park y su nivel de cordura.

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Outlast ya se caracterizaba por el nivel de tensión que era capaz de transmitir al jugador, gracias, sobre todo, a la extrema vulnerabilidad del personaje, ya que tu única posibilidad es huir y esconderte, además de ofrecer casi constantemente escenas escabrosas y sangrientas que ponían muy alto el nivel de violencia. Pues esta expansión revienta la barrera del original y va aún más allá, es cierto que no ofrece novedades a nivel jugable, reservando las novedades para una futurible segunda parte, pero los chicos de Red Barrels han puesto toda la carne en el asador a la hora de ofrecer imágenes desagradables, sangre a borbotones y violencia explícita.

Los nuevos habitantes de Mount Massive no tienen nada que envidiar a sus predecesores, comenzando con un cocinero que se adapta a la nueva situación practicando el canibalismo y, sobre todo, con especial énfasis en Eddie Gluskin, el cual será una de las primeras personas con la que nos cruzaremos y que, tras sufrir en sus carnes los horrores de Murkoff, volverá completamente trastornado y con la obsesión de casarse con su chica ideal, siendo conocido como “el novio”. El hecho de estar únicamente rodeado de hombres no le frenará, ya que nuestro Gluskin es un hombre de recursos y dispone de múltiples objetos afilados para adaptar nuestro cuerpo a sus deseos. Sin duda, será quien más desvelos nos provoque y quien más ansiedad nos genere.

Gracias a su reducido precio, Outlast: Whistleblower es una opción muy recomendable para todos aquellos que no tuvieron suficiente con Outlast y no pueden esperar al desarrollo de la segunda parte.