The Loved Ones – ¡No puedo oírte!

portadaEl baile de fin de curso, ese acontecimiento típicamente estadounidense que hemos visto en infinidad de ocasiones gracias a su prolífica industria cinematográfica. Ahora descubrimos que en Australia también es una institución consolidada, aunque gracias a The Loved Ones (2009) de Sean Byrne también sabemos que a veces no todo sale como se esperaba. Con un punto de partida tan típico y tópico, porque incluso el giro hacia el terror está ya muy visto, The Loved Ones sabe hacerse un hueco y una identidad propia gracias a su sardónico humor y a su apariencia grotesca.

Efectivamente, estamos ante otro caso de torture porn, otra de esas películas que ya hemos podido ver en vertientes más comerciales, como Hostel (Hostel, 2005) de Eli Roth, o en su lado más extremo con Martyrs (Martyrs, 2008) de Pascal Lauglier. Un torture porn de baile, de cuento de hadas, de empático envoltorio por su familia de psicópatas disfrazados de adorables personas que parecen hechos de algodón de azúcar. Tan empalagosos como peligrosos.

Todo comienza con el rechazo del chico de la película a la petición de la aparentemente inofensiva Lola Stone para que le lleve al baile. Él, Brent, es un joven que trata de sobrevivir al recuerdo de la muerte de su padre, producida por un accidente con un coche que él conducía. Su frustración le lleva al consumo de drogas y a la automutilación. Ella, Lola, vestida siempre de rosa chicle, es una joven desequilibrada incapaz de sentir empatía alguna y de aceptar una negativa. Una enfermiza hedonista con un cómplice: su padre, también perdido en sentimientos antinaturales ante su propia hija. Brent será secuestrado, silenciado inyectándole lejía en el cuello y se iniciará una serie de secuencias no aptas para todos los estómagos.

Aunque The Loved Ones no es tan agresiva como otras películas del mismo género, sí que resulta desagradable en más de una ocasión, más por lo que se insinúa que por lo que enseña. Su director y guionista, Sean Byrne, juega perfectamente con la cámara y mantiene siempre la tensión, gracias a que su protagonista, Brent, despierta la suficiente empatía como para podamos sufrir por él. Además tiene alguna que otra sorpresa inesperada para mantener la atención. Sin duda bebe bastante del clásico La Matanza de Texas (The Texas Chainsaw Massacre, 1974) de Tobe Hooper, la sádica familia recuerda a la texana, incluso tiene sustituto para el senil abuelo en la figura de una misteriosa mujer que aparentemente padece demencia, aunque su cicatriz en la frente y su apodo Brighted Eyes, ojos brillantes, nos dará una obvia pista de lo que le ha sucedido.

Fotograma

En el apartado negativo tenemos un par de tramas no demasiado bien llevadas o mal resueltas. Una es la de Jamie, amigo de Brent y su acompañante en el baile, sirve de contrapunto para las escenas duras, pero no acaba de llegar a ninguna parte ni enlazar con la historia principal. La otra deriva de la anterior, ya que casi al final descubrimos que la acompañante de Jamie tiene un hermano desaparecido, pero ni se aprovecha ni se desarrolla la historia, ya que realmente no tiene incidencia en lo que ocurre en el baile.

The Loved Ones es, hasta el momento, el único largometraje de Sean Byrne. Otra de esas películas que no hacen ruido porque las distribuidoras no han querido traerla hasta nuestro país, pero que sin embargo ha triunfado en aquellos festivales en los que ha sido estrenada.