El Molino reabre sus puertas

La Coordinadora d’entitats Poble Sec ha decidido iniciar un movimiento vecinal bajo el eslogan “Fem girar El Molino” para concienciar a las instituciones y al empresariado de la necesidad de recuperar el music hall más antiguo de Europa,  tras dos intentos fallidos desde su cierre en 1997.  

A tal fin se ha constituido una plataforma que, según declaró a este diario Jordi Romeu i Barrera, presidente de la Coordinadora, realizará próximamente un acto simbólico consistente en limpiar la fachada de El Molino que todavía conserva los carteles de su último espectáculo “Pluma y peineta”. En dicho  acto  “al que invitamos a todos los ciudadanos”, actuarán las vedetes Merche Mar y Lidia Moreno, el humorista Diomny y los artistas barceloneses que se quieran adherir.  Asimismo la Coordinadora ha hecho público un manifiesto firmado por más de 600 vecinos en el que denuncia el estado de abandono y deterioro del teatro, “a pesar de estar catalogada su fachada y escenario como patrimonio histórico”. Asimismo el manifiesto insta a las instituciones a la recuperación de El Molino como patrimonio histórico-artístico de la ciudad creando un espacio cultural polivalente gestionado por las entidades sociales que impulsan estas demandas.

El Molino cerró sus puertas por falta de público el 14 de noviembre de 1997 con una deuda acumulada de 70 millones de pesetas.  En 1998 un supuesto mecenas ruso,  Vadim Komarov,  y su socio el hostelero Iakov Tchetchelnitski arrendaron por 13 años con opción a compra el local. Iniciaron unas obras preliminares desguazando el  patio de butacas y tiraron los archivos del teatro a los contenedores.  Poco tiempo después, desaparecieron. En enero de 2001 un grupo catalán, representado por el interiorista Rafael Salanova Roma, adquirió la totalidad de las acciones de la sociedad Vila Vilá sin que, hasta la fecha, según fuentes consultadas por este diario, se haya materializado el proyecto consistente –según dicho grupo– en respetar la fachada construyendo un edificio nuevo de tres pisos en los cuales se instalaría una sala de espectáculos y un  museo virtual. 

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Durante la última década la mítica sala permaneció cerrada hasta en octubre del pasado año, cuando reabrió con un programa interesante, especialmente las sesiones de los sábados del night club Disco Marisco -fusión de la época dorada de la música disco y la electrónica contemporánea-.

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Artículo publicado por Juan Soto Viñolo en El Periódico de Cataluña

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