Ed Wood – El homenaje de Tim Burton a la serie B

PortadaCuando ya era un director consagrado por el gran público por el estreno de Batman (Batman, 1989) y la sorpresa que fue Bitelchús (Beetlejuice, 1988), y tras haber firmado esos dos cuentos neoclásicos que eran Eduardo Manostijeras (Edward Scissorshands, 1990) y Pesadilla Antes de Navidad (Nightmare Before Christmas, 1993), el sello personal de Tim Burton era fácilmente reconocible. Imágenes oscuras, decorados tenebrosos y una gran imaginación solían adornar sus producciones. Sin embargo, en 1994 sorprendería con la que a simple vista sería su película más impersonal, por no gozar de los elementos anteriormente citados, y que obtuvo una discretísima recaudación en taquilla, pero que puede ser considerada como su mejor obra.

Ed Wood (Ed Wood, 1994) tomaba como punto de partida el libro Nightmare of Ecstasy de Rudolph Gray, adaptado para la gran pantalla por Scott Alexander y Larry Karaszewski. Antes decíamos que ésta era su obra más impersonal, pero un breve repaso a las andanzas de Edward D. Wood Jr. basta para comprender por qué Tim Burton se interesó en dirigir una película sobre su vida. Ed Wood, un director de películas de serie B, siendo generosos, que encadenó fracaso tras fracaso y que dirigió la que se llegó a considerar, injustamente, la peor película de la historia: Plan 9 del Espacio Exterior (Plan 9 From Outer Space, 1959). La que fue la última película de Bela Lugosi, ya que Ed Wood disponía de un vídeo de apenas cinco minutos del actor, saliendo de casa y parándose a oler una flor, y a partir de ahí tejió un guión que hablaba de extraterrestres que querían destruir a la raza humana con su solarnite, por supuesto mucho más potente que la bomba atómica. Para completar el metraje usó el sobrante de otras producciones, quedando un pastiche que no logró encontrar distribuidor y fue retirado pronto de los cines, espantados por semejante engendro.

Pero la industria del cine no estaba preparada ante la avalancha de nuevos seguidores de la serie B casposa, que encumbraban obras del calado de Plan 9, donde el término malo se puede convertir en bueno de forma difícilmente explicable. Entre estos entusiastas se encontraba Tim Burton, quien quiso homenajear a un colega de profesión como Ed Wood y a un actor consagrado como Bela Lugosi. La estrecha relación de amistad entre Wood y Lugosi recordaba a Burton la que él mismo mantuvo con Vincent Price. En ambos casos se trataba de directores noveles que se veían respaldados por reputados actores del cine de terror que se encontraban ya alejados de la primera línea. Lugosi comenzó colaborando en Glen or Glenda (Glen or Glenda, 1953), una película sobre el travestismo en el que difícilmente encajaba el veterano actor húngaro, mientras que Vincent Price colaboró en la ya citada Eduardo Manostijeras de Tim Burton.

Ya entrando en Ed Wood, veremos que estamos ante una película biográfica en forma de comedia. Retrata a un joven director alegre, sonriente y eternamente optimista, que encadena fracaso tras fracaso sin rendirse mientras persigue su sueño de seguir los pasos de Orson Welles. Precisamente su optimismo es lo que arrastra a su cuadrilla de freaks, entre los que se encuentran el propio Lugosi, Bunny Breckinridge, genial Bill Murray, el adivino televisivo Crisswell, destacable Jeffrey Jones, una exuberante presentadora de nombre Vampira, interpretada por Lisa Marie, su pareja en aquella época, o el luchador sueco Tor Johnson que apenas podía balbucear el inglés. Todos ellos forman un grupo de perdedores que despertará en el espectador sonrisas y ternura a partes iguales.

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Porque si algo tiene Ed Wood es que es un entrañable homenaje a una manera de hacer cine, del amor por hacer cine. Tim Burton en ningún momento trata de mofarse del personaje. Al contrario, le regala momentos que Ed Wood nunca vivió y que, de algún modo, Burton le regala en esta producción. El primero sería el ficticio encuentro entre Ed Wood y Orson Welles en un bar, mientras Wood trata de ahogar su frustración por no poder dirigir Plan 9 tal y como quería. Con el propósito de terminar sus películas, Wood cederá a las pretensiones de sus actores y de su productor, hasta que el encuentro con Welles le decida a tomar las riendas y hacer su mejor/peor película. La segunda sería el multitudinario estreno de la propia Plan 9, algo que Ed Wood nunca pudo disfrutar y que a título póstumo lo vivió encarnado por Johnny Depp.

Si destacable es la actuación de Johnny Depp, de sublime podría considerarse la de Martin Landau como Bela Lugosi. Una réplica casi exacta del mítico Drácula que revive al actor, regalando momentos cómicos, tiernos, dramáticos, etc. Y en todos ellos Landau brilla, grabando en nuestra memoria su monólogo para Glen or Glenda. Merecidamente fue ganador de varios premios por su actuación, incluido el Oscar al mejor actor de reparto.

Otro punto sorprendente sería que a cargo de la música no estuviese el sempiterno Danny Elfman, pero se encontraba inmerso en Pesadilla Antes de Navidad y Burton escogió en su lugar a Howard Shore. Como era de esperar, hace un gran trabajo, pero siempre quedará la duda de cuál sería el resultado con Elfman a cargo, dándole seguramente todavía más dinamismo a la partitura.

Las desventuras de Ed Wood merecen toda nuestra atención. Se trata de otro caso más de película que gana su estatus de culto con el tiempo, haciéndose a fuego lento y ganando adeptos según pasan los años. Es recomendable revisitarla ahora, justo ahora que Tim Burton nos está dejando más dudas que nunca, para así recordar todo el talento que fue capaz de desprender en los que fueron sus mejores años.