Clonación. Apuntes de 2001 (I): introducción

 “This is no time for celebration

This is no time for marching bands

This is no time for optimism

This is no time for endless thought

This is no time for congratulations

This is no time to turn your back

This is no time for circumlocution

This is no time to be acting frivolous

Because the time is getting late

This is no time to not know who you are

Self knowdlege is a dangerous thing

The freedom of who you are

This is not time to ignore warnings

Let’s not be sorry after the fact

And let the past become our fate

This is the time to gather force

The future is at hand

This is no time for phony rethoric

This is no time for political speech

This is the time for action

Because the future is within reach

This is the time”

De “There is no time” del álbum New York por Lou Reed

 

Introducción

El 25 de noviembre de 2001 se hizo público la creación del primer embrión humano clonado por la compañía Advanced Cell Tecnology (ACT). La empresa que aseguró que no utilizará la técnica para la clonación reproductiva, sino para la creación de células madre, declaró que había empleado el mismo procedimiento que se hizo para crear a la celebérrima oveja Dolly.

En Scientific American , la edición electrónica donde se hizo público el experimento, los científicos de ACT afirman que el estudio consistió en extraer el ADN del núcleo óvulos humanos y sustituirlo por el extraído del núcleo de otras células. Los ocho óvulos así tratados comenzaron a desarrollarse a un estado embrionario; dos de ellos se dividieron formando embriones de cuatro células. Esperaban “inducir a los embriones tempranos a que se dividieran hasta producir unas esferas huecas de unas 100 células, llamadas blastocitos. Desgraciadamente, sólo uno de los embriones progresó hasta la fase de seis células, y luego dejó de dividirse”[1] . A pesar de que el experimento no ha sido un éxito, puesto que no se lograron crear células madre, se trata de un gran paso.

Gran parte de la comunidad científica ha aplaudido el ensayo y personalidades como Marcelo Palacios, presidente del comité científico de la Sociedad Internacional de Bioética ha calificado el trabajo científico en unas declaraciones a RNE  como un “hito en la investigación científica”[2] . Del mismo modo, desde la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) lo ha considerado un “hecho positivo” y ha hecho hincapié en que su utilización sea “exclusivamente con fines terapéuticos”[3].

A pesar de que el presidente de la compañía Michael West ha afirmado que “trabajamos para crear una vida celular, no una vida humana” las críticas de la Casa Blanca y el Vaticano no tardaron en llegar. El presidente  George W. Bush ha declarado que se opone “al cien por cien” a la clonación humana. Del mismo modo, también se han encontrado casos de rechazo ante el hallazgo entre la comunidad científica, como Juan Ramón Lacadena, director del Departamento de Genética de la Facultad de Madrid  que se mostró cauteloso en sus declaraciones y aseguró que “no se debería entrar en el mundo de la clonación por transferencia de núcleos dentro de la especie humana, porque abre una puerta que será muy difícil de volver a cerrar”[4]. Gonzalo Herranz, secretario de la Comisión Central de Deontología de la OMC manifestó que con esta técnica, muy costosa,  “se crean seres humanos para limitarlos a la condición de simples complejos celulares, al servicio no de otros, sino de la persona que dona el núcleo”[5], y a la que sólo tendrán acceso personas económicamente privilegiadas.

El debate sobre la clonación de seres humanos está abierto y hay que considerarlo una prioridad dentro del ámbito de la Bioética, ya que el ser humano está plenamente implicado en todos sus aspectos. Asimismo, deberían regularizarse las leyes para que ciertas técnicas, como la clonación reproductiva, no se legalicen y permitir así un libre albedrío que podría resultar devastador para el hombre.


[1] El país,  27 de noviembre de2001

[3] Ibídem.

[4] Ibídem.

[5] Ibídem.