Obsidian Kingdom – A Year With no Summer

Cuando los Obsidian Kingdom se presentaron al mundo con su álbum Mantiis (Autoeditado, 2012), se autodefinían como de difícil clasificación. Es cierto que Mantiis era un monstruo que mutaba en nuestros oídos, adquiriendo diversas formas y texturas, en un continuo ir y venir de estilos, desde el rock más melancólico hasta el black metal más agresivo. Parecía que esa misma indefinición sería el sello característico de los catalanes, y seguramente ahí residía su mayor encanto, el ser capaces de mutar sin complejos y saltándose todos los clichés para colocarse en la vanguardia sonora de la escena metalera  nacional.

Con estos precedentes y su fichaje por Season of Mist, todo hacía presagiar que su nueva aventura podría suponer un nuevo salto de calidad en su carrera. Finalmente han lanzado A Year With no Summer (Season of Mist, 2016) y con él nos hacen dudar de si lo de “difíciles de clasificar” sigue siendo una frase verídica. Su nuevo álbum se muestra más comedido en el sentido de que se ciñe a límites sonoros más definidos, pero al mismo tiempo desborda en cuanto a creatividad y calidad compositiva.

 

Mantiis era una bestia, y precisamente por eso se usa el recurso del black para ambientar la angustia. A Year With no Summer es una obra mucho más melancólica y no por renunciar a determinados estilos es una obra menor a su predecesora. Al contrario, siguen mostrando un sonido muy personal que ha ganado en emotividad manteniendo la rabia mucho más contenida, con una voz desgarrada que no acaba de liberarse. Ahora nos ofrecen menos mordiscos, menos cortes pero más profundos y densos en sus siete temas.

A Year With no Summer exige dejarse mecer por sus intrincados pasajes sonoros, pero realmente merece la pena entrar en el juego para seguir creyendo en Obsidian Kingdom, un grupo que ha conseguido sacar la cabeza desde uno de los países en los que más cuesta lograrlo. Inimaginable a la altura que podrían estar ya si hubiesen surgido de parajes más fríos.